Capítulo 6

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✧UNA FE INQUEBRANTABLE✧

 

 

—¡Detrás de ti!—Gritó Anjana antes de alzar el vuelo.

No perdí el tiempo. Desenvainé la daga que solía conservar alrededor de mi antebrazo y di media vuelta. Dos hojas metálicas hicieron fricción, iluminando el bosque por unos momentos. El destello dorado reveló unos ojos grises enojados en un rostro imposiblemente hermoso.

De inmediato desenvainé mi otra daga y la arrojé en su dirección. La evadió, moviendo su cabeza a un lado con un movimiento fluido y sin esfuerzo alguno. Lastimosamente para él, yo no estaba apuntando allí.

El sonido seco del metal clavándose en la madera hizo eco en el silencio de la noche. Los movimientos ofensivos del hada se detuvieron al sentir algo jalándolo hacia atrás. Mi daga había fijado parte de su capucha al tronco de un árbol a sus espaldas.

Esquivé un mandoble que envió en mi dirección. Y, antes de que pudiera usar su magia, me apresuré a presionar mi otra daga contra su cuello. Mi mano libre se lanzó como una serpiente por su presa. Con ella retuve el brazo que sostenía su arma. Debía aplicar un esfuerzo hercúleo para evitar que me arrancara los ojos con el filo del metal.

Lo tenía arrinconado contra el árbol.

Nunca había estado tan cerca de un feérico sin antes haberlo matado. Prácticamente podía ver el brillo etéreo brotando de cada poro de su piel como una neblina fantasmal. Era la primera hada que veía radiar luz... literalmente. No sabía que las hadas de hielo hacían eso.

Las personas normales no podían ver ni un guijarro en la oscuridad. Pero mis ojos eran especiales gracias al encantamiento de un hada, como había mencionado antes. Podía verlo perfectamente.

Su capucha se había caído, revelando por completo su cabeza. Sus cabellos níveos parecían resplandecer bajo la luz de la luna como un espejo bajo la luz del sol. Aunque fuera muy largo para lo que un humano consideraba propio para un hombre... No lograban ocultar sus orejas.

Ahí estaba la mayor evidencia de su sangre feérica. Dos prominentes puntas delicadas al final de sus orejas. En el lóbulo de una de ellas tenía dos pendientes con el dije de una luna y un copo de nieve en el otro.

—Segun recuerdo... El trato con Su Mierda Real era cumplir la misión y me dejaba libre CON VIDA. ¿Cambió de opinión tu dueño?—Presioné con más fuerza mi daga para hacer énfasis en mi tono amenazante.

—El trato era que cumplieras la misión lo más rápido posible sin comunicarle a nadie de la misma—Aclaró con su tono inexpresivo y se acercó a mí, sin importar si cortaba su cuello, para susurrarme:—Dime... ¿Con quién estabas hablando, Nameless?

Lo sospechaba desde el inicio del viaje... Él se encontraba aquí para vigilarme. Un hada probablemente capturada o comprada por la familia real. Mi mayor inquietud era qué tipo de deuda o trato había hecho para que sus servicios estuvieran a disposición del príncipe heredero.

—No es de tu incumbencia—Sonreí victoriosa bajo la máscara, aunque no pudiera verme.

Estrechó sus ojos y arrugó su nariz con desprecio en mi dirección. Esa expresión me recordó mucho a la que hacía el príncipe para demostrar disgusto. Ante eso, no pude evitar pensar que las mascotas se parecían a sus dueños.

—Ahora vamos a guardar nuestras dagas y regresaremos al campamento como si nada hubiera pasado. ¿Entendido?—Solo obtuve un asentimiento de cabeza como respuesta.

NAMELESS -just a little fairy tale-Where stories live. Discover now