Gorgeous - Satoru Gojo x OC

24. ¿Dónde pondrás las piernas?

Tus compañeros y amigos de Tokio empezaron a correr en cuanto el marcador dio cero. Te impresionó verlos en acción porque se veían muy temerarios e incluso daban miedo con tal agresividad en el rostro. Miraste a la pantalla de al lado que mostraba a los chicos de Kioto y sentiste que eran aún más veloces. No todos, algunos.

Miraste la pantalla del medio y esperaste el inminente choque entre ambos bandos, tus compañeros fueron siendo interceptados por sus contrincantes, que los atacaban con tanta fiereza que llegaste a levantarte de tu asiento por la impresión.

Yu había alcanzado a esquivar un puñetazo que destruyó el suelo en un radio de diez metros. Estabas horrorizada.

No habían pasado ni diez minutos y Shoko ya se estaba curando una rotura en su brazo izquierdo, oculta de una chica de tercero que la estaba rastreando. Agradeciste cuando al fin mostraron a Nanami; corría junto a otro chico de tercero y entonces apareció ella: Meimei.

Lo atacó ferozmente con una patada que le dio de lleno en el estómago, haciéndole vomitar sangre por la boca.

No podías creer lo que veías, giraste la cabeza hacia tu izquierda, afinando la mirada mientras identificabas el lugar donde estaban ellos dos, miraste otra vez la pantalla y cuando creíste que lo tenías, sentiste una mano presionando con fuerza tu muñeca derecha, deteniéndote.

—No —Suguru te niega frenéticamente con la cabeza, preocupado, pero con una firmeza que no habías visto hasta ahora —No, Kaori —te repite otra vez, ya que el desconcierto de tu cara no desaparece ni un ápice.

Intentas soltarte con fuerza, pero Geto te afirma un poco más. Satoru se levanta de su silla y mira desaprobatoriamente cómo te sujeta.

—Suéltame, Suguru —demandas —La voy a matar.

—Así es esto, no debes preocuparte —alzó su mano desocupada como pidiéndote calma —Todos los años es lo mismo, confía en los chicos.

—Que me sueltes —pronuncias con firmeza, justo entonces los tres vuelven a mirar la pantalla por el estruendo que revienta los parlantes, mientras los otros cuatro estudiantes, que son de Kioto, celebran. Agitas nuevamente el brazo y esta vez Geto afloja. Te sientas sobre la mesa, con los brazos entre tus piernas —Qué mierda —susurras para ti —Que Shoko los puede curar, ¿Y si le pasa algo a ella?

Te levantaste, caminando hacia las ventanas de la pared a la izquierda, apoyas tus brazos en el umbral mientras la frustración arde dentro de ti.

Satoru ve tus puños cerrarse con fuerza.

—Entiendo cómo te sientes —sigue el pelinegro, con un tono más condescendiente que nunca, porque la verdad es que Suguru no quiere por ningún motivo enemistarse contigo —Pero debes contenerte.

Literalmente lo fulminas con la mirada. No dices más y vuelves a tu asiento.

—Todo está mal en esta escuela —levantas los ojos para ver con rabia la batalla entre Meimei y Nanami —¿Pelear entre hechiceros? —resoplas con fastidio —Y como si no fuera poco, después vienen los duelos individuales.

—¿Por qué te molesta tanto? —pregunta Satoru con tranquilidad.

—Lo encuentro innecesario. Hay pocos hechiceros como para exponerlos a algo así —respondes sin mirarlo.

—Es entrenamiento —sigue.

Quieta, lo miras fríamente —Hay otras maneras. Todos tenemos el mismo objetivo, ¿Por qué dividir?

Satoru suelta una risita que te indignó —Cuánta ética, Kaori.

—Kaori —miras a Suguru —Sensei no actúa a ciegas, ya verás.