Capítulo 5 : Las amenazas de Ginny

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— Eso espero — dijo Ginny en tono amenazador.

— ¿Eso esperas? — preguntó Harry —, ¿me estás amenazando, Ginny?

— Tal vez — contestó —. Mañana saldré, y necesito que cuides a James y a Albus. No tardaré tanto.

— Está bien, no hay problema — aceptó Harry, sin hacer preguntas.

— ¡Papi! — escucharon el grito del pequeño James y el llanto de Albus, y salieron corriendo.

La situación era esta: James tenía en sus manos una sustancia verde algo elástica y Albus lo tenía en todo el pelo.

— ¡James Sirius Potter! — gritó Ginny a tal estilo de su madre, Molly Weasley — ¿qué pasa aquí? ¿qué es eso que tienes en la mano?

— Es una de las cosas muggles que me compraste, mami — explicó el pequeño James algo tímido. La pelirroja tomó el frasco que estaba tirado y leyó: slime.

— Dice slime, Gin — leyó Harry tras ella, y con Albus en sus brazos —. ¿Qué es?

— Si supiera que es, claramente, nunca se lo hubiera comprado, amor — replicó ella.

Con un hechizo volvió el cabello de Albus a la normalidad y se llevó a los niños mientras, Harry terminaba de comer.

— Ya quedaron rendidos — habló y le dió un beso en la mejilla a su esposo —, ¿sabes? ... pienso que nos hacen falta unas vacaciones para nosotros, sin los niños.

— Si, pero no estoy en vacaciones ahora, Gin — comentó Harry —. Ahora mismo los aurores y el ministerio me necesitan.

— Eso ya lo sé — respondió dando un suspiro —, pero, desde mi embarazo y desde que dejé el Quidditch; no hemos tenido tiempo para nosotros.

— Te prometo que si lo habrá, sólo que no ahora — Potter le dedicó una sonrisa y se fue hacia arriba.

Al despertar, Ginny tomó uno de sus mejores vestidos, y sin despedirse de Harry se apareció en azkaban

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Al despertar, Ginny tomó uno de sus mejores vestidos, y sin despedirse de Harry se apareció en azkaban.

Llegando ante la celda de Malfoy, dijo:

— Te digo de una vez Malfoy, que si intentas acercarte a mi marido, haré que te pudras aún más en esta celda, asqueroso mortifago — amenazó y Draco rió.

— Ay, pobre Ginevra pobretona Weasley — fingió pena — su marido será corrompido por Draco Malfoy — entonces, borrando alguna expresión de su rostro, dijo —: yo no voy a tener la culpa si Harry viene aquí. Lo pudiste ver ayer, que vino a visitarme. Si vuelve...tal vez, no sé, me apetezca besar su cuello o mejor aún...

— ¡Ni siquiera lo pienses! — gritó — me costó mucho quitarle esa anormalidad que tenía y llevaba contigo, demasiado.

— ¿Y si él lo descubre todo, Ginevra? — preguntó amargamente —, y si Harry descubre que le has mentido durante años.

— No lo hará, porque esto nunca saldrá de mí o de tú gran boca, Malfoy — dijo y se dió la vuelta.

— Eso creés tú, Weasley...

Noches En Azkaban | Drarry  Where stories live. Discover now