Capitulo 6 : Con una condición, Potter

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— Eso creés tú, Weasley — murmuró y se sentó en la dura "cama" de cemento.

En la casa de Harry y Ginny, ambos se despidieron, pues Harry tenía que cumplir una pequeña guardia en el ministerio, pero aprovecharía para ir a azkaban y saldar cuentas con Malfoy.

— Cómo te decía, Potter — hablaba Cornelius Fudge, pero poco le importaba a Harry lo le tenía por decir — creo que sería buen...

— Señor ministro, sin ofender, pero...— divagó por un instante, pero igual dijo —: tengo cosas que hacer, y realmente no me interesa mucho nada que tenga que ver con El Profeta.

— Oh, disculpa, no quise incomodarte — le dijo y se dirigió a la entrada – adiós.

Luego de que el ministro se fuera, Harry hizo su aparición en azkaban y fue lentamente hasta la celda de Malfoy.

— ¿Qué haces aquí, Potter? — preguntó — ¿acaso no te cansas de que te insulte?

— Necesito que me termines de decir lo de la última vez, Malfoy — Draco sabía perfectamente a que se refería, pero no se lo diría tan fácilmente.

— ¿Qué cosa, Potter?

— Sobre mi mujer — contestó —, dijiste que ella hizo algo en tú jui...

— Yo no mencioné a tú mujer en ningún momento, Potter — dijo con burla —. Tú solito estás tomando atribuciones contra ella, yo no.

— Me dirás — demandó.

— Con una condición...

— ¿Cuál? — preguntó Harry, sintiéndose nervioso.

— Qué me regales una noche...ahora, contigo — sonrió con malicia.

Potter tragó saliva gruesamente, y por un momento titubeo. Pero tal vez, esa era la única oportunidad de saber que pasó, y porque Malfoy tuvo que ser condenado, si él lo defendió o eso es lo qie recordaba.

— Está bien — aceptó, luego de unos minutos y la comisura de los labios de Draco se alzaron en una sonrisa — entraré...

Abriendo la celda, sin que los dementores se dieran cuenta, Harry entró. Era un espacio grande pero estrecho a la vez, se la podían ingeniar. Tomando su abrigo lo transfiguró a una puerta, puso un muffleato a su alrededor y finalmente volvió a Malfoy.

— Ya estoy aquí, an...—fue interrumpido por los labios de Draco, era un beso feroz, era uno lleno de rabia y resentimiento, por parte de Malfoy — me lo di...— pero no terminó, pues, los labios del rubio lo atacaron nuevamente.

— ¿Creés que será así de fácil? — preguntó Malfoy, apenas se separaron del beso — debes.. darme la mejor mamada de mi vida, corderito.

Harry se arrodilló bajo la atenta mirada de Draco, bajó lentamente su pantalón, y esperó toparse con la ropa interior del rubio, pero; no con el golpe del miembro erecto de éste.

Era enorme, Harry podía calcularle unos 40cm de largo y gordo, que pensó que tal vez eso no iba a entrar en su interior.

— ¿Es muy grande, no? — preguntó Malfoy con orgullo — anda...metelo en tu boca, hoy te cogeré muy fuerte..

El ojiverde tomó el miembro con su mano, la cuál había llenado con algo de saliva para tener más facilidad de masturbarlo, con movimientos suaves Harry empezó a bombardear al ojigris.

— Oh.... — jadeó Draco al sentir lo cálida que era la boca de Harry — lo haces muy bien...

Harry, dejó que Malfoy agarrase su pelo y comenzara a dar ritmo a sus embestidas..o bueno, a la cogida que le estaba haciendo a su boca y que hacía que por momentos se atragantara.

— Eso es....oh, haz..z — los gemidos del rubio eran suaves y roncos a la vez, eran muy placenteros — aún no has perdido la técnica. Agh — gimió y tiró su cabeza hacia atrás — Harry....ummmm..

El castaño siguió masturbándolo hasta que el rubio se vino en su boca. Levantándolo, Draco sacó la camiseta que llevaba Harry al igual que sus pantalones y observó su cuerpo con lujuria, su mirada estaba cristalizada y tomándolo del cuello lo besó. Con fiereza, doblegandolo a su merced.

— Eres tan hermoso... — murmuró — vamos, voy a prepararte...ya quiero hacerte mío, corderito.

Dándole la vuelta y subiéndolo a la dura "cama" de cemento, Draco abrió las piernas de Harry, echó un poco de saliva en sus dedos, y tentó el orificio de Potter, haciendo que éste se estremeciera.

— Malfoy — jadeó con nerviosismo, y Draco introdujo uno de sus dedos, cosa que le dolió — ummh...due..duele.

— Debes de relajarte, Potty — habló Draco — si no lo haces, te dolerá muchísimo más.

Esta vez, Draco acercó su rostro y pasó su lengua por el orificio del de lentes, haciendo gemir por lo bajo.

— Recuerda que puedes gemir todo lo que quieras... corderito — dijo e introdujo sus dedos para comenzar a simular que eran unas tijeras.

— ¡Aaghh! — gimió Harry por lo alto — Oh... Malfoy.

Draco siguió con su trabajo por unos minutos más, y luego echó un poco de saliva en su miembro y sin previo aviso, se introdujo en Harry.

— Ummm — las embestidas dolían un poco, pero a medida que pasaron los minutos ese dolor de convirtió en placer, en lujuria y adrenalina —…Oh, Draco.

Malfoy le dió la vuelta y Potter clavó sus uñas en las espalda del rubio. Quién tomó el pene de Harry entre sus manos y comenzó a masturbarlo.

— Ooooooh, si, si, si, si — dijo Harry llorando de placer, cuando Draco rozó su próstata —. ¡DIOSES!

— Humm...no, no, no. Corderito — le habló Draco al oído — cuando estés conmigo...no menciones a ningunos dioses, porque de ahora en adelante; yo soy y seré tú único dios...amor.

Y dicho esto, las embestidas tomaron nuevamente su ritmo, pero esta vez más rápido y fuerte.

— ¡Aaahhh, Oh...Dra.aa..co!

— Umm — gimoteó Draco en el oído del de lentes — oh... vamos amor, ahora, monta a papi. Corderito bonito.

Malfoy se recostó y Harry se le subió encima, mientras, alineaba el pene del rubio en su entrada. Con un pequeño gemido comenzó a brincar sobre Malfoy.

— Lo haces estupendamente bien... bonito — halagó Draco, coquetamente.

Las uñas del castaño se mantenían clavadas en el pequeño de su amante, sus gemidos eran como un canto de pajarillos en la mañana, su pelo estaba bastante desordenado, y su piel se mantenía roja, y sudada.

— Mierda.... Draco..eso es...aaaghh — formó una perfecta O con sus labios, cuando Malfoy le dió vuelta y tocó agradablemente su dulce punto.

— Vamos, corderito bonito, gime para papi...amor, hazlo. Y papi te dará tú premio — demandó Malfoy.

— Aa..ah, papi...oh, si, si, si, si, ¡Papi... oh... Draco! — escuchar el llanto de placer de Harry era maravilloso, y Draco era el primero en saberlo, y no ahora, sino desde hace muchos años —...oh, papi. Si, por favor...aaaght.

El éxtasis que sentían ambos era impresionante. Harry estaba tan extasiado que no sabía lo que hacía o decía.

— ¿Eres mío o de esa Weasley?

— Tuyo..., papi, soy tuyo...tuyo, tuyo, sólo tuyo — dijo en medio de su lucidez y Malfoy curvó una sonrisa.

— Perfecto...amor.., perfecto — masculló, sintiéndose un dios al que le habían dado una gran ofrenda para caer en gracia con él. Tener a Potter en sus brazos era genial.. era simplemente inexplicable. 

Noches En Azkaban | Drarry  Where stories live. Discover now