، 🐺 : Lejos de ti.

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—¿Y si vienes mañana? —el alfa tenía los ojos brillosos y una mueca triste en su rostro. El lobo había tomado el control al sentir que su omega se alejaría por mucho tiempo de él; ambos estaban preocupados por el fin de semana y el viernes había llegado demasiado rápido. Jungkook y Jimin se conocen de apenas unos días atrás, sin contar claro las dos semanas donde el alfa estuvo en coma. Ahora él estaba, sin duda alguna, en muy buen estado de salud, cosa que los ponía felices a ambos; habían convivido un poco más, en los períodos de comida hablaban sobre sus vidas y las cosas que hacían y así formaron una linda amistad pero el inevitable viernes llegó y ahora tienen que alejarse por dos días... Saben que no será tanto tiempo pero sus instintos hacen que duela físicamente con tan solo imaginarlo.

Ahora Jimin terminó su turno, y está tratando del que el rizado lo deje ir, teniendo una especie de discusión que honestamente no los lleva a ningún lado, pero el lobo alfa está levemente contento por mantener al omega a su lado, aunque sea un poco más de tiempo.

—Lobito, ya te dije que no puedo, tengo que trabajar —rió ante el comportamiento del mayor. Jimin estaba sentado en el sofá con la mochila entre sus pies y Jungkook lo veía desde la camilla con sus mejores ojos de cachorro—. Pero te dejaré mi chaqueta para que mantengas mi aroma, ¿bien?

—¡Pero son dos días! —reprochó triste—. Perderá tu aroma.

—Jungkook, no seas dramático —la alfa pelinegra que tiene por madre entró al lugar—. Están con esta conversación desde que me fui, ¡hace 10 minutos! —rodó los ojos divertida, el omega rió cubriéndose la boca con su mano como una forma de disimularlo; el alfa tiró la cabeza hacia atrás con frustración.

—No eres dramático, ricitos —se puso de pie y tomó la mano del ojiverde—. Yo también te voy a extrañar, pero no hay nada que podamos hacer, tú al menos vas a tener la chaqueta con mi aroma.

—Yo voy a darte mi sudadera —repuso el alfa con prisa—. Toma —se sacó la hoodie y se la puso al omega con cuidado, el ojiazul se dejó gustoso; deslizó sus brazos dentro y sonrió contento cuando el mayor le colocó la capucha que el suéter tiene. Se sintió tan bien, estar rodeado del aroma de Jungkook, acogedor y delicado petricor abrazando su torso; el dolor se disipó con solo esa prenda sobre su cuerpo.

—Ahora tendrás frío, mi chaqueta no te queda a ti, alfa bobo —regañó bromista Jimin.

—Pero tú no, y eso es lo que me importa, además, así tendrás mi aroma contigo —suspiró alegre, tomando la pequeña mano de Jimin entre las suyas—. Eso es lo mejor de todo, nadie se te acercará —sus ojos brillaron ante la posesión que estaba implícita en sus palabras mientras acariciaba la mano del otro que lo golpeó suavemente en el hombro y comenzó a reprenderlo.

—¡Ustedes son tan dulces! —la voz de la alfa los sacó de su plática—. Siempre creí en las almas gemelas, pero ustedes dos me hacen creer aún más —sonreía en grande mientras veía sus manos juntas. Ambos chicos suspiraron frustrados por las palabras de la alfa y rodaron los ojos incrédulos; ni uno ni el otro admitirá que comienzan a creer en su destino, admiten la conexión que sienten con el otro pero admitir algo tan grande como ser destinados sería muy grande e iba en contra de sus creencias, eso es absurdo.

—Bueno —Jimin aclaró su garganta evidentemente sonrojado—. Yo me despido entonces —sonrió hacia la alfa, caminó hacia ella para darle un abrazo—. Los veré el lunes, chicos.

—Tu papá va a recogerte a la cafetería estos días, ¿verdad? —cuestionó el alfa con el rostro serio, sentándose de forma que sus pies quedaban colgando a lado de la cama.

—Si —respondió saliendo del abrazo de la alfa—. Él también es un alfa preocupón —caminó de nuevo a la camilla y abrió sus brazos pidiendo un abrazo del alfa, quien inmediatamente lo rodeó con sus extremidades y lo estrechó contra sí, el omega olfateó un poco el cuello del alfa y éste dejo un beso en su mejilla.

where we land › kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora