، 🐺 : Tu alfa.

1.8K 268 18
                                    

Habían pasado 2 horas desde la última ocasión en que vio a Jimin, al parecer el omega no había despertado otra vez y eso lo mantenía tranquilo, pero su alfa no dejaba de sentirse ansioso al pasar tanto tiempo sin verlo.

Las 10 am se aproximaban, Zico estaría pronto en el hospital para llevárselo, así que debía pedir información sobre Jimin para poder salir sin tanto pesar, se acercó a una ventanilla que da a la sala de urgencias.

—Disculpe —saluda con una mueca parecida a una sonrisa, es claro que no está de humor para dar una buena impresión—. Quisiera pedir informes sobre el estado de Park Jimin, ingresó ayer como a las 3 de la tarde y está en cuidados intensivos.

—Ah, si —el chico teclea un poco en su computadora—. ¿Podría decirme su parentezco con él?

—Soy su alfa —se siente bien decirlo, es como presumirlo, no presume a Jimin, él no es un objeto, presume que tiene el honor de llamarlo su omega y que su suerte es muy grande por poder tenerlo consigo, es un alfa afortunado.

—Sigue dormido, le pusieron un medicamento que lo mantendrá así por al menos otras 5 o 6 horas —explica—. Si gusta verlo la hora de visitas es a las 4:00 pm, que tenga buen día —sonrie.

—Gracias —un poco más tranquilo se aleja, había dado dos pasos cuando vio a su chofer acercándose con dos vasos de café en las manos.

—Toma —Zico le tiende uno, pero se arrepiente y retrae su mano—. ¡Que tonto, no puedes tomar eso! —hace una mueca de arrepentimiento que hace reír brevemente al alfa.

—Tienes razón —asiente y se encoje de hombros—. Pero te lo agradezco mucho —es sincero y palmea su hombro.

—¿Estás listo para irte? —cuestiona.

—Solo esperaré a que llegue alguno de los padres de Jimin o mi madre, necesito que alguien esté pendiente aquí por si acaso.

—Claro, tienes razón —asiente, Jungkook se alegra al ver que su amigo tenía la vista en otro lado y las mejillas ligeramente sonrojadas—. ¿Te molesta si me voy por un momento? —sonríe incómodo hacia su jefe quien solo niega en silencio.

Jungkook observa con suspicacia como su chofer le entrega el vaso extra de café a un beta bien conocido, Yoongi. Una idea se forma en su mente al ver como ambos están un poco colorados y riéndose nerviosamente cuando el otro comenta algo, ya tendrá tiempo para preguntarle cuando todo pase.

Se exalta un poco cuando siente que alguien frota su espalda con cariño y se gira para encontrarse a su madre, la alfa pelinegra se estira un poco para besar su mejilla.

—¡Buen día, cachorro! —saluda con media sonrisa.

—Pues no es bueno pero puede mejorar —dice sin animos—. Sé que va a mejorar —corrige más convencido.

—Así será, cielo —su madre toma su mano y le da un apretón cariñoso.

—Iré a arreglar algunas cosas, y ducharme, ¿podrías quedarte aquí un rato por si pasa algo? —dice con la voz apagada.

—Por supuesto —le acaricia la mejilla—. Vayan con cuidado, yo te llamo en cuanto tenga noticias —confirma.

El rizado espera un poco mientras su amigo termina la conversación con Yoongi, ambos salen del hospital para dirigirse al estacionamiento, Jungkook sube en el asiento delantero, porque le gusta más ir ahí y porque teme que la mancha de sangre que Jimin dejó el día anterior siga ahí.

—La mancha desapareció en el autolavado —dice Zico como si leyera su mente—. ¿A dónde te llevo, jefe? —cuestiona abrochando su cinturón.

—Primero a casa de mis padres, necesito ducharme —expone—. Despues iremos a la cafetería donde trabajaba Jim —Zico lo mira extrañado pero se encoje de hombros, después de todo es su jefe y debe seguir sus ordenes.

where we land › kookminWhere stories live. Discover now