، 🐺 : Yo lo soluciono.

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El lunes por la tarde llegó y para ser sincero llegó más rápido de lo que el alfa pensaba, él creyó que sería un día larguísimo para él y su lobo, pero no fue así.

Desde que el omega partió a sus labores escolares por la mañana, algo dolía en su interior, era una sensación bastante conocida, y por eso pensó que su día sería bastante largo sin el castaño a su lado, pero en un parpadeo habían llegado las 2:30 pm.

Jimin pasó a saludarlo para después retirarse a su área de trabajo, no sin antes recordar que se verían en la comida, hora que había llegado igual de rápido así que estaba esperándolo pero para su mala fortuna la enfermera que lo atiende fue la primera en llegar para revisar su estado de salud.

—Buenas tardes, alfa —saludó sonriente la rubia—. Voy a colocarte el medicamento —batía sus pestañas con algo de gracia y enrollaba constantemente su cola de caballo en uno de sus dedos, coqueteándole descaradamente.

—No me digas así —gruñó, esta vez si que fue su intención, la chica estaba siendo muy atrevida y no le agradaba, no puede negar que en otros tiempos tal vez habría correspondido al coqueteo pero ahora su mente solo lo lleva a unos preciosos ojos azules que no puede arriesgarse a perder.

—Lo siento —retrocedió un poco asustada, pero volvió a aproximarse con la sonrisa ladina, miró el expediente de Jungkook y buscó entre su carrito el medicamento indicado, se acercó para conectarlo en la intravenosa pero en un tirón la safó por completo ganándose otro gruñido del ojiverde—. Lo lamento tanto —habló algo apenada.

—Solo colócame otra —bufó molesto, un hilo de sangre se deslizaba por su muñeca y un ligero dolor punzante lo acompañaba.

—Si, lo siento, perdón —estaba sonrojada por el error, volvió al coche de medicinas y encontró las cosas para colocar la intravenosa, tomó unas torundas con alcohol y comenzó a limpiar la zona donde se derramó la sangre—. Tengo buena mano, no va a dolerte —sonrió recuperando la confianza en si misma y con ello las ganas de galantear, Jungkook solo pudo sonreír ante el vago recuerdo de Jimin diciéndole aquellas palabras cuando era él quien colocaba su vía, claro que la enfermera frente a el no sabía de sus pensamientos.

Un omega con una sonrisa aún más grande entró a la habitación con su ya acostumbrado recipiente de comida, se extrañó un poco de ver alguien más ahí dentro, pero volvió a sonreír cuando supo que era una enfermera.

—Hola, ricitos —saludó contento y se sentó en el sofá mientras destapaba sus alimentos.

—Hola, Jim —el alfa sonrió más grande—. Que bueno que llegas, ¿podrías colocarme la vía? —hizo un suave puchero, rogando por las atenciones de la persona por la que él quería ser cuidado.

—Clar... —intentó responder dejando el recipiente a un lado pero fue interrumpido.

—No te preocupes —agitó su mano para que el omega no se pusiera de pie—. Yo puedo hacerlo, alfa —dijo suave, acompañando sus palabras con una caricia al antebrazo del mayor, cosa que no pasó desapercibida por Jimin quien solo atinó a fruncir el ceño.

—No le digas así —gruñó el omega, Jungkook solo sonrió con alegría, Jimin había gruñido posesivo, había gruñido por él.

—Quiero que él lo haga —asiente tranquilo el alfa.

—No —dijo secamente la chica—. Está en su tiempo de comida, además él es un practicante y yo una enfermera real —dijo sin medir sus palabras y volvió a tomar el brazo del ojiverde para buscar una vena—. Él no va a hacerlo bien, alfa —los ojos de Jimin brillaron del enojo, sus cejas parecían encontrarse en el inicio de su nariz, estaba a punto de hablar cuando Jungkook lo hizo por él.

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