Capítulo 3

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Era fin de semana, creyó conveniente tomar un respiro de la academia, el sol aún no salía, entrenar en el bosque lo ayudaría a evitar obstáculos, el gimnasio no tenía mucho de eso, mientras caminaba trataba de grabarse calles y edificios importantes, llegó a los campos de entrenamiento, parpadeó viendo que había alguien en el lugar -seiscientas doce- Naruto veía a un sujeto sobre sus brazos subir y bajar sosteniendo su cuerpo con sus manos, tomaba nota de los ejercicios que podía agregar a su rutina- muchacho, estás observando mi fantástica rutina de ejercicios?, ¿acaso quieres aprender?- el rubio vió brillar su diente, parpadeó con duda, asintió quedito -lamento si lo molesté, sólo quería aprender un poco, estoy en la academia ninja, deseo hacerme más fuerte, pero… -el rubio rascó su nuca con vergüenza, el sujeto en mallas verdes se acercó sobre sus brazos observando sus manos y rodillas dañadas, lo vió con seriedad, podía ver que se esforzaba- no se diga más, tus llamas de la juventud deben brillar como mil soles si a esta hora comienzas tu día, veamos qué es lo que tienes, puedes entrenar en este campo, no hay nadie más-

Naruto asintió quedito, Guy lo veía correr y observar su cronómetro cada que terminaba una vuelta al campo, nuevamente iniciaba con su mirada totalmente seria evitando troncos, arbustos y ramas a su paso, continuó ejercitándose observando que el chico no paraba, seguía y seguía, no parecía cansarse a pesar de no detenerse, continuó por una hora, al terminar lo vió caminar a un árbol tomando agua, lo observó golpear con sus puños el tronco cubierto para entrenamiento, acomodaba sus posiciones y volvía a iniciar, Guy veía que se esforzaba bastante, pero ocupaba técnica, sobre sus brazos caminó hasta su lado, habló con seriedad- endereza la espalda y pon duro tu cuerpo, no sólo tus manos, mantén el abdomen duro, respira en tiempos mientras lo haces-

Naruto parpadeó con sorpresa, asintió con duda, Iruka le había dicho que sólo practicara, no hubo consejo, asintió aceptando los consejos del mayor, era un jounin, debía saber de lo que hablaba, abrió sus ojos al ver que su golpe era más fuerte y rápido, repitió una y otra vez con ambos brazos, el sujeto seguía entrenando cerca de donde estaba, el pequeño observó el cronómetro, volvió a empezar la rutina, debía dar más golpes en menos tiempo, no se había dado cuenta, pero el sol estaba por llegar a lo más alto, levantó su mirada, su respiración era agitada, Guy se acercó a su lado viéndolo con seriedad -sí te presentas a diario cómo lo hiciste hoy, te daré algunos consejos, no soy tu sensei, pero no pierdo nada en corregir- Naruto sonrió quedito haciendo una reverencia -le agradezco… -mordió sus labios sin saber su nombre -Maito Guy, la noble bestia de konoha- el sujeto hizo posiciones presumiendo su nombre, el rubio sonrió ligero- mañana aquí estaré, gracias Guy-san -el pequeño corrió de regreso a la academia a estudiar.

….

Era domingo, el lugar estaba vacío, era momento para activar su chakra, sólo unos pocos lo habían hecho, los chicos de clanes en su mayoría, se sentó y unió sus manos en el signo de la rata, cerró sus ojos tratando de concentrarse, comenzó a respirar profundo y a soltar el aire lentamente, nuevamente respiró profundamente, lo soltó suavemente comenzando a sentirse consciente de sus extremidades y cada parte de su cuerpo, trató de sentir esa energía cálida que venía del estómago, el punto de inicio del chakra, respiraba hondo siendo paciente, algunos de sus compañeros duraron días en lograrlo, pero él no se movería de ese lugar hasta obtenerlo, respiraba hondo una y otra vez buscando esa calidez de la que hablaba el libro, era bastante específico, su sensei Iruka aún no llegaba a ese punto, no iba a esperarlo; podía distraerse a momentos, pero se obligaba a regresar y comenzar de nuevo, podía imaginar cómo su respiración llegaba a sus órganos, sus extremidades se nutrían del oxígeno tan fundamental, esperó pacientemente, hasta que después de una hora logró sentir la calidez abrumadora que venía de ese punto, se dejó envolver por ella por completo, podía sentir cómo su cuerpo se sentía fuerte, poderoso, talvez exageraba en sus sensaciones, pero él se sentía así, no paró, continuó, tomó esa cálida energía y la hizo girar lentamente por cada parte de su ser, el libro decía que debía lograr un control completo para que en un futuro el desgaste de chakra al pelear y usar técnica fuera el mínimo, comenzó con ejercicios sencillos, primer paso estaba resuelto, ahora debía ser consciente de esa energía y la manera más sencilla era hacerse conciente de su red de chakra, manipularla astutamente haciéndola viajar por su cuerpo, no era fácil, a momentos perdía su concentración y se soltaba agitado completamente mojado por el sudor, respiraba hondo tratando de calmarse, comenzaba una vez más su labor.

Noppera bo (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora