Capítulo 33

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Naruto caminaba junto a Itachi observando los puestos en la aldea- tenía mucho que no salíamos a dar una vuelta, estoy un poco emocionado- el Uchiha sonrió -es verdad, el año estuvo bastante pesado en misiones, pienso que a pesar de la paz que se siente los últimos años en la aldea, en el exterior ha habido necesidad de apoyo- el rubio asintió, observó a Itachi levantar su mano y estirarla, su vista estaba al frente, Naruto levantó una ceja con duda- toma- el pequeño extendió su mano, era una pequeña pulsera negra, tenía un cuervo en ella, sonrió lindo -¿es para mí?- el Uchiha asintió sin verlo, estaba avergonzado, un pequeño sonrojo cubrió sus mejillas, Naruto lo vió con cuidado, sonrió ligero, colocó la pulsera en su mano derecha -siempre eres muy amable conmigo, yo invitaré los dulces esta vez, ¿quieres?-

Itachi sonrió, asintió- haz cambiado mucho- el rubio abrió sus azules con sorpresa -¿a qué te refieres?- el Uchiha suspiró audible -al inicio eras arisco, desconfiado, veías todo como un intercambio, cómo un zorrito acorralado, ahora eres alegre, tienes abajo tus defensas y no me refiero a los combates- Naruto parpadeó pensando, recordó su vida, mordió su mejilla -la vida era algo dura conmigo, cuando era pequeño en el orfanato, observaba como a diario llegaban niños y bebés sin padres, veía cómo llegaban parejas frecuentemente, se veían emocionados, felices de llevarse un pequeño a casa, los veía sonreír de emoción por ser padres- Naruto veía a la nada perdido, recordaba su dolor- cada día mi preocupación crecía, mientras más grande eres, menos probabilidades hay de que te adopten, tenía una fantasía retorcida de ser adoptado, ser amado por una familia-

Itachi lo veía con atención, nunca lo había escuchado hablar de esa época, guardó silencio viendo sus azules aguarse, aún le dolía -un día me resigné, entendí que nadie me quería, no había una pareja dispuesta a adoptarme, entonces me resigné a ser huérfano, pero yo quería ser visto, ser reconocido por alguien- guardó silencio un momento -escuchaba las historias de los chunin en servicio social que iban al orfanato, su admiración por el cuarto hokage y ninjas de renombre, sus grandes historias y cómo marcaban la diferencia, yo quería eso, quería salir de esa cárcel y conocer el mundo, que me conocieran, que me vieran, me obligué a pensar que no necesitaba a nadie que me amara, con la atención de la gente tendría- sonrió con sarcasmo.

-Solicité a la matrona mi ingreso al sistema shinobi, la bastarda destruyó mi solicitud en mi cara, dijo que un huérfano cómo yo nunca sería nada- Itachi abrió sus ojos con coraje, esa maldita iba recibir una visita -me metí en su oficina, tomé una solicitud, la llené, esperé en la madrugada al cartero, en cuanto lo ví saque mi mano por un pequeño espacio en el portón, el amable cartero se llevó mi solicitud -sonrió divertido, Itachi lo vió con diversión -esperé a diario en la madruga por el cartero y la respuesta de la administración shinobi, dos semanas pasaron, la carta llegó, la abrí con velocidad y ví la palabra aceptado, me emocioné tanto que empecé a armar un plan para escapar, tenía una semana, estuve espiando la entrada día y noche por días, hasta que el camión de la basura apareció- sonrió con diversión- no esperé más, me lance con lo que tenía puesto, no tendría otra oportunidad, escapé del lugar, ese día era el inicio a clases, sólo traía un cuaderno usado y una punta de lápiz, corrí por las calles preguntando a cada persona que pasaba como llegar a la academia -Itachi veía con sorpresa al pequeño -olía a mierda y a basura -rió con diversión- lenguaje-

Naruto infló su mejilla -No sabía cómo demonios iba a sobrevivir, no sabía nada, nunca había salido del orfanato, gracias a kami ese día Shikamaru y Choji se acercaron a mí, me compartieron de su bento, no había comido nada desde un día antes; cuando acabaron las clases, no tenía donde dormir, me colé en uno de los salones que usaban como bodega en la academia, ese salón fue mi hogar bastante tiempo, una colchoneta y unas cortinas usaba para taparme por las noches, entrenaba a diario en el gimnasio, estudiaba en la biblioteca, tomaba el material del área de maestros, me bañaba en los lavabos de los baños al igual que mi ropa- Itachi sintió un hueco en su estómago, no sabía si él hubiera tenido el valor para hacer lo que el rubio.

-Los primeros días comía de la basura lo que los otros niños desechaban, las manzanas de los maestros en sus escritorios, todo lo que pudiera- el Uchiha tomó su cabello con vergüenza, sabía que era algo íntimo todo lo que le contaba, se sentía mal por lo que vivió, ahora entendía bien el porqué era arisco y no confiaba tan fácilmente en la gente -un día Shikamaru llegó con un bento extra, Yoshino-san comenzó a mandarme comida- Naruto rió quedito -Shika es un genio, siempre sabía qué demonios me pasaba, a la fecha, da miedo- Itachi sonrió con diversión, le agradaba Nara.

-Un fin de semana decidí que debía salir y tomar aire en el bosque, llegué a los campos de entrenamiento, era de madrugada, comencé con mi rutina cuando Guy-san me encontró, al inicio me daba tips, después consejos e instrucciones, al final hacíamos ambos la rutina hasta que tomó un equipo y un pupilo, le agradezco, gracias a él mi taijutsu no es una basura -Itachi sonrió -un día en la academia escuché a Menma alardear sobre lo grandiosa que era su tía, la ubicaba por mis estudios y algo de información que Shikamaru me dió, Tsunade Senju, me enteré que estaba en konoha en el hospital, Shikamaru me había contado que el sensei del hokage era un sannin, era mi oportunidad, continuamente iba al hospital por las rutinas de Guy-san-

Itachi negó con diversión -así que me sabía el camino, ese día salí de la academia, entrené cómo loco para causarme algo de daño controlado, corrí al hospital, me escabullí por el pasillo hasta el consultorio central, la vi pasar y la seguí, coloqué mi Carnet en su gabinete, esperé pacientemente hasta que mi turno llegó, Shizune me hizo pasar, comenzó a curarme, las heridas llamaron la atención de mamá, les conté que Guy-san me ayudaba, eso despertó su curiosidad, bueno y que fue bastante evidente que llegué a ella con artimañas -Itachi sonrió al escucharlo- ese día recibí mi primer caricia -Naruto sonrió con emoción, sus azules eran aguados, el Uchiha sintió dolor al escucharlo, levantó su mano y golpeó suavemente con dos dedos su frente, el rubio sonrió, lo había hecho en otras ocasiones, lo hacía feliz.

-Mamá me retó, tenía buen control de mi chakra para mi edad, me puso pruebas, dijo que si en una semana las cumplía me ayudaría, después de cumplirlo, dijo que se iría de viaje por meses, si conseguía leer ciertos libros y completar la torre de piedras de control de chakra para su regreso, me tomaría como alumno oficial- el Uchiha lo veía con sorpresa, Naruto rascaba su nuca con vergüenza -dijo que como me había ayudado, tenía que trabajar para ella cuidando su casa y su jardín, debía mudarme a la mansión- sonrió con diversión -mamá sabía que dormía en un hueco en algún lugar en la aldea, es demasiado inteligente, me dejó usar la ropa de cuando era niño Tobirama-sama, aunque me quedaba grande, cazaba y pescaba en el bosque para tener que comer mientras tanto, pero ya tenía un lugar cálido para vivir- guardaron silencio -¿te estoy aburriendo?- Itachi negó con tranquilidad -si ya te admiraba, creo que mi admiración llegó a un nuevo nivel- Naruto sonrió divertido -exageras- el Uchiha negó -es verdad, siempre he admirado tu determinación, esa voluntad de hierro que tienes para vivir y cumplir tus sueños-

El rubio levantó el rostro con sorpresa, observó que estaban sobre el monte hokage, no se dió cuenta en qué momento llegaron a ese lugar, vió al Uchiha verlo con un brillo en su mirada, sus mejillas se sonrojaron, se sentía cohibido por como lo veía, giró su mirada a la aldea, ya era de noche, brillaba llena de alegría- es hermoso, ¿no es así?- Itachi no dejó de verlo a él, observaba con descaro sus facciones y sus hermosos ojos, se sentía perdido -bastante -Naruto levantó su mirada observando que el Uchiha sólo lo veía a él y no a la aldea, por un momento pensó que se lo decía a él, sus mejillas se pusieron rojas, mordió sus labios avergonzado, sonrió nervioso -me harás creer que me lo dices a mí Itachi-san- el Uchiha salió de sus pensamientos, sonrió de manera distinta, tenía que avanzar, no podía seguir esperando, esa paciencia que ha tenido por años comenzaba a flaquear- si fuera así, ¿me odiarías?- Naruto abrió sus azules bastante, su rostro adquirió un rojo marcado, abrió y cerró su boca sin saber qué decir, lo vió con duda- nunca podría odiarte-

Noppera bo (Itanaru)Where stories live. Discover now