، 🐺 : Perdóname.

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Se llegó la noche y como era su costumbre Jimin caminó a la habitación de Jungkook para despedirse, estaba algo emocionado ya que su nuevo trabajo iba a comenzar, pero no puede negar que se siente abrumado por el esfuerzo que implica, obviamente no iba a admitirlo frente al alfa.

—Hola de nuevo —dice sonriente y se deja caer en la camilla, Jungkook lo abraza inmediatamente y comienza a frotase contra su fuente de olor para marcarle, es ahora un hábito que aunque no los mantiene del todo tranquilos los ayuda ligeramente a no salir corriendo en búsqueda del otro.

—Hola —sonríe entre el abrazo—. ¿Tienes todo para la escuela? —cuestiona, pues sabe que tendrá que irse directo al instituto cuando salga de su turno de trabajo.

—Así es, mi padre vendrá por mi en 10 minutos y comenzaré a las 11:30 —estaba escondido en el pecho del mayor.

—Bueno, ten muchísimo cuidado —lo aprieta más fuerte—. Sé que eres un gran enfermero y vas a hacer un gran trabajo con ese anciano —Jimin se encargaría de vigilar a un hombre de 89 años, el señor Joon padece una enfermedad que lo ha dejado en cama y está desahuciado, cosa que pone algo nervioso al omega pues no le agrada la idea de perder un paciente, pero comprende que son cosas de la vida.

—Eso espero —se levanta de la cama—. Oye... —mira las puntas de sus pies y los mueve nervioso.

—¿Qué pasa? —cuestiona interesado.

—Lo que pasa es... —toma un respiro y lo libera—. Que mi familia quiere conocerte y yo quisiera saber si pueden venir un día de estos a saludarte y...

—Me encantaría —acepta gustoso—. Aunque no voy a poder dar una buena primera impresión —señala sus ropas de pijama.

—Te ves guapo de todas formas —agita su mano despreocupado pero se sonroja al darse cuenta de lo que ha dicho.

—¿Crees que soy guapo? —habla burlón haciendo que Jimin ruede los ojos pero le tome la mano.

—Cállate —se sonroja más pero continúa—. Entonces... ¿pueden? —bate sus pestañas y sus ojos se ven brillantes ante la esperanza, Jimin podría ser el mismísimo diablo pidiéndole su alma, pero con esa cara jamás podría negarle nada.

—Como tú digas —se encoje de hombros sonriente.

—Bien, entonces tal vez vengan mañana —sonríe de vuelta—. Así podrías decirle a Jiyoung que venga, y ella verá a Hye como quería —se veía emocionado por la idea, cosa que hizo que el lobo de Jungkook se sintiera orgulloso por complacerlo.

—Le diré cuando regrese —asintió.

—Bueno, tengo que irme —besó su mejilla y se alejó—. Te veo mañana, ricitos —dijo antes de salir por la puerta.

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Estuvo ansioso la mayor parte de la noche, su lobo siempre lo estaba cuando se alejaba de Jimin pero por lo general se calmaba con la idea de su omega pacíficamente dormido en la seguridad de su casa, pero ahora, ahora tenía constantemente en la cabeza que Jimin estaba despierto en algún lugar y que algo podría ocurrirle.

Logró calmarse un poco y durmió tranquilo por ratos, la mañana llegó y pasó demasiado rápido para su gusto, se encontraba ansioso por la idea de desagradar a los que serían sus suegros, la palabra le revuelve más el estómago, no lo mal entiendan, es de una manera agradablemente escalofriante, pensar en un futuro con el bonito castaño le es fascinante, pero a la vez es algo demasiado grande.

Ese gratificante revoloteo estomacal solo aumenta cuando lo ve ingresar al cuarto, con una enorme sonrisa en sus labios y esos preciosos ojos celestes que lo vuelven loco, no sabe cómo es que cayó tan rápido pero ahora solo le queda pensar en que así son las cosas con las almas gemelas, y no protestaría jamás, no podría pedir a alguien más perfecto que Jimin.

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