Capítulo 5

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Seokjin estacionó y se recostó sobre el costado del auto, esperando que su Jungkookie apareciera. Seguramente Yugyeom vendría con él.

Efectivamente a los pocos minutos lo vio aparecer caminando hacia el estacionamiento, junto a su mejor amigo. Pero esta vez venía un tercero. Se veía de la misma edad que ellos, alto y bastante bien parecido. Tenía una amplia sonrisa.

Eun-Woo divisó a lo lejos a Seokjin y pensó en abrazar a Jungkook por sus hombros, pero luego recordó que estaba haciendo el papel de buen chico y se contuvo. Ya habría otro momento.

Cuando al fin llegaron donde estaba su esposo, Jungkook lo abrazó y Seokjin lo besó en los labios. Nada exagerado, pues estaban en el colegio y ellos eran muy respetuosos.

—¿Todo bien, Kookie?—preguntó, mientras saludaba con un abrazo a Yugyeom.

—Todo bien. Seokjin, te presento a Lee Dong-Min, es el nuevo profesor de deportes. Le hará clases a nuestros niños.

Seokjin lo miró por breves segundos, antes de que el profesor se inclinara respetuosamente. Lo miró a los ojos y no le gustó su mirada. Había cinismo en ella. Falsedad. Le recordó la mirada de James, su ex esposo. Quería a ese tipo lejos de Jungkook, de sus hijos y de sus amigos.

—Bueno al fin lo conozco. Sentía curiosidad por conocer al hombre que había atrapado a Kookie—Eun-Woo, supo de inmediato que no le había simpatizado, pero realmente no le importaba. Su objetivo era Jungkook. Seokjin le pareció atractivo, pero demasiado viejo para su gusto.

Seokjin, arrugó su frente. "Kookie", vaya que era confianzudo el tipo. Sabía que lo estaba provocando. En esos breves instantes se dio cuenta de las intenciones del hombre. Él, a diferencia de Jungkook tenía mucha más experiencia en cuanto a hombres y relaciones. Y sabía que ese profesor estaba interesado en su Jungkookie. Pero él no le permitiría que siquiera lo intentara.

—Bueno, yo no diría "atrapar". Más bien soy el afortunado hombre que logró enamorar a Jungkook y viceversa. Espero que tenga una buena estadía en el colegio. Y si nos disculpa, debemos irnos, nuestros hijos esperan en casa impaciente a sus papás. ¿Te llevamos Yugyeom?
Bamban, dijo que te esperaría allá.

Seokjin sabía que estaba siendo muy grosero y pudo sentir la mirada entre sorprendida y molesta de su esposo, pero no le importaba. Ese tipo tenía una áurea que no le gustaba nada.

—¿Les molestaría dejarme en el centro?, allí donde me dejaste ayer...
¿recuerdas Kookie?

Jungkook miró a Seokjin que tenía los puños apretados. No le había dicho que lo había llevado en su auto. Pero, era un detalle menor. No haría un escándalo por eso. Simplemente abrió el auto e invitó a todos a subir.

—¿Cómo va Bambán en su trabajo? —preguntó Seokjin, ante el incómodo silencio.

—Está muy contento. El trabajo es intenso. Muchos idol caen en depresión y llegan hasta él. Pero está satisfecho, pues los chicos confían en él.

—Eres tan afortunado. Tienes un novio inteligente, sensible y tan sexy...
—Eun-Woo se divertía molestando a Yugyeom. No entendía como un tipo tan caliente como el tal Bam-Bam, estuviera con uno tan aburrido, como ese profesor.

—Claro que soy afortunado. Es un hombre maravilloso. Y lo mejor de todo es que me ama mucho.

Seokjin miró por el espejo a su amigo. Estaba rojo de rabia y en ese momento odió el maldito tráfico que impedía llegar al centro, para lanzar al imbécil fuera del auto.

El silencio volvió a reinar. Jungkook podía sentir la mirada del profesor de gimnasia en su nuca y podía ver el rostro apretado de Seokjin.

Cuando al fin llegaron al centro, Eun-Woo se despidió de todos, pero aprovechó de lanzar su pequeña bomba.

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