La casa era un caos. Eran apenas las ocho de la mañana y todos corrían. El director de boda pensaba que iba a enloquecer. Hacía rato que había pedido que alguien se llevara a los pequeños demon...a los hijos de los novios, para poder hacer su trabajo. La pobre señora Ming y Jennie corrían detrás de Jihoon y May-Lee que habían despertado con demasiada energía, más aun sabiendo que ninguno de sus padres estaba para frenarlos. Cuando al fin los lograron atrapar, rápidamente les dieron desayuno y los ayudaron a vestirse, ellos irían a la casa de sus abuelos. Los padres de Jungkook venían desde Busan y también llegarían a la casa de sus consuegros. Cuando al fin los pequeños demoni...los hermosos hijos de los novios se fueron, el hombre a cargo de la boda de Seokjin y Kook respiró aliviado. Al fin dispondría de la casa para ordenar y preparar todo. Obviamente estaba nervioso, de ninguna manera era su primera boda, pero si su primera boda gay. Habría prensa, mucha prensa, pues sería una de las primeras en realizarse en el país, luego de la promulgación de la ley, con el detalle, además, que había pequeños involucrados. Jungkook oficialmente adoptaría a los niños y serían legalmente sus hijos. Por eso el hombre pretendía que la boda del siglo fuera perfecta.
Mientras los novios, recién se despertaban al mediodía. Jungkook en la casa de Yugyeom y Bambán y Seokjin en casa de Sandeul. Había decidido pasar la noche anterior a su boda separados, para hacer todo más emocionante.
En realidad, los últimos meses habían estado llenos de emoción. Todo había empezado el día que la ley se hizo noticia y Jungkook había decido que él debía tomar la iniciativa. A la mierda los convencionalismos de que Seokjin era el mayor, el top o lo que fuera. Él le pediría matrimonio.
Fue hasta una joyería de Seúl y compró unos sencillos anillos, los que podía comprar con su sueldo de profesor. Nada de usar la black card que Jin pagaba mensualmente. Con ellas, llegó a su hogar y había pedido a su pareja un matrimonio en serio. Y obviamente su Jinnie había aceptado.
Lo siguiente fue todas las decisiones relativas al matrimonio. En un principio Jungkook creyó que Seokjin querría algo sencillo, considerando que él ya había tenido un gran matrimonio en Nueva York, hacia años atrás. Para su sorpresa, su novio quería una gran ceremonia, pues este matrimonio era el que valía la pena, el que sería para siempre, con el hombre de su vida. Su Kookie. Decidieron casarse en su casa, pero contrataron una agencia que organizara el evento. Sin medir gastos.
Todos habían enloquecido de felicidad. Sus padres, amigos, y por sobre todo Jihoon y May-Lee. Ellos acompañaron a sus padres a elegir sus trajes, los cuales finalmente serían unos muy elegantes esmoquin ARMANI. Naturalmente Jihoon llevaría uno igual al de sus padres. En cuanto a la pequeña, ya había escogido un glamoroso traje blanco con tules y vuelos y por supuesto una corona. Ella se encargaría de llevar los recuerdos de la boda, mientras su hermano llevaría los anillos. Los padrinos serían Bambán y Yugyeom para el caso de Kook y Sandeul y Ken para Jin.
Por eso, después de meses de preparación, de enviar las invitaciones y planificar la luna de miel (que sería en el mar mediterráneo), al fin había llegado el gran día.
Lo primero que hizo Seokjin al despertar fue llamar a su madre, para saber cómo estaban sus pequeños. Inmediatamente se dio cuenta que estaban en perfectas condiciones, al escuchar sus gritos de alegría a través del teléfono.
—Los padres de Kookie llegaron hace unos minutos. Se volvieron locos. Partieron con sus tíos a encerrarse al cuarto de juegos. Tus cuñados están tan bonitos y grandes Seokjin. Jisoo está preciosa.
Seokjin sentía emoción al escuchar a su madre hablar así de la familia de Jungkook. Recordaba aquel primer encuentro que habían tenido, donde Kook había terminado llorando, por el rechazo que ella le había dado.
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Nuestra Pequeña Familia
FanfictionHan pasado casi 6 años, desde que Jungkook y Seokjin, junto a Jihoon y May-Lee, formaron su pequeña y hermosa familia.7 Los años han sido buenos con ellos. Siguen igual o más de enamorados que desde entonces. La vida de los Kim entonces, es bastant...