، 🐺 : Sé que vas a sanar.

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Jimin se estuvo quejando durante algunos minutos, sus ojos no estaban abiertos aún y no decía palabra, solo soltaba sonidos lastimeros para expresar su sufrimiento, Jungkook liberaba sus feromonas para tratar de tranquilizarlo.

—¿Qué me pasó? ¿Por qué me duele tanto? —se quejaba adolorido el omega, estaba a punto de llevar su mano a la herida pero Jungkook lo impidió—. ¡Me duele mucho! —abrió los ojos un poco aturdido y parpadeó varias veces para aclarar su visión.

—Lo sé, lo siento mucho, amor —no era metafórico, él realmente sentía el dolor en su estómago. Su lobo y el de Jimin retorciéndose por la agonía del más pequeño—. Tuvieron que hacerte una cirugía porque se reventó tu apéndice —explica brevememte.

—¡Es horrible, Jungkook, duele! —cierra los ojos, comenzó a sollozar y retocerse ante el dolor.

—Puedo ayudarte, ¿me dejas ayudarte? —se inclinó un poco y comenzó a restregar su mejilla contra la de Jimin en un intento de marcarlo con su aroma, el omega trataba de inhalar lo más profundo que podía para obtener lo más posible del tabaco y la tierra húmeda, buscaba tranquilizarse pero el dolor no desistía.

—¡Alfa, me duele! —sus ojos liberaban hilos de lágrimas y su labio inferior temblaba por el llanto.

—¿Me dejas sanarte? —acariciaba el cabello del omega, este asintió rápido y muy convencido, quería dejar de sufrir lo antes posible, el alfa se apresuró a cerrar las persianas y la puerta, se acercó de nuevo a la camilla, el nerviosismo lo invadió, es claro que nunca había hecho esto, no puso atención a las clases que se les repartían cuando niños porque él insistía con ser un beta y no recuerda muy bien la vez que Jimin lo sanó porque se perdió por completo en los toques del menor, tratará de hacer lo mejor que pueda—. Voy a quitarte la sábana —avisó y retiró cuidadoso la manta que cubría la parte inferior del chico, éste tembló por el cambio de temperatura.

—¡Hace frío! —se quejó lloroso y se retortijó del dolor—. ¡A-Arde mucho! —su mano trató de tocarse de nuevo la herida pero el mayor lo detuvo.

—Tranquilo, amor —sujetó sus manos a ambos costados, se subió a la cama cuidadoso colocando una pierna a cada lado del torso sin tocarlo para evitar lastimarlo más, sus manos viajaron a sus mejillas para acunarlas y hacer que lo mirara directo a los ojos—. Estoy aquí —susurraba, su nariz frotándose con la contraria, sus partes animales tomando el control de sus cuerpos para tratar de alivar al más pequeño.

Sus labios se juntaron delicadamente haciendo suspirar a Jimin, el alivio invadiendo su ser ante las atenciones de su alfa, el beso se profundizó un poco, el mayor se separó y besó los pómulos, cada toque era lento y cuidadoso tomando su tiempo gracias a que el omega se había perdido por completo en las caricias que recibía, de vez en cuando soltaba quejidos pero más bajos, indicando que su dolor estaba pasando.

El rizado limpiaba las lágrimas de alivio que se le escapaban por las mejillas, pasaba su lengua por el delgado camino humedo y terminaba con un beso en suave sobre la mejilla.

Pasó al cuello, frotaba su nariz trazando líneas desde sus clavículas hasta la línea de la mandíbula, eran roces que enviaban escalofríos y alivio a todo el cuerpo del ojiazul, la lengua del alfa se hizo presente trazando esas mismas líneas y dejando rastros de saliva por ellas, sin evitarlo sus dientes rasguñaron la zona donde debía ir la mordida y ambos se aturdieron por la acción, sus cuerpos temblaron en espasmos por la satisfacción de sus lobos, lo repitió algunas veces y alternaba con besos y lamidas porque su alfa así se lo exigía.

Acariciaba sus brazos con la delicadeza que merecían, temiendo dañarlo y regresarlo al dolor, masajeaba y dejaba besos por donde tocaba, se saltó el estómago por la parte lastimada y pasó a los muslos y pantorrillas, repartiendo mimos, durante todo el proceso susurraba cosas lindas contra la piel del menor para hacerlo sentir querido y consentido.

where we land › kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora