Capitulo 17 Especial

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Daba pasos apresurados al ver que Massimo se encargaría de todo los invitados para dirigirlos hacia la recepción, ellos super encantados después de esta tormentosa boda, tendría un poco de tranquilidad, levantaba partes del vestido y no pisarlo, la lluvia estaba demasiado recia, así que me daría el tiempo necesario.

Entré soltando el vestido se había mojado por completo, las orillas con lodo y suciedad que demostraba que nada era bien cuidado. Los hombres de la entrada me miraban siguiendo sin apartarla. Me detuve mirándolos. Eran 4 hombres más los que estaban afuera.

Willow: Quiero que salgan, que hagan guardia fuera.

Hombre: No está permitido señora.

Willow: Señora, señora, señora… SOY LA SEÑORA DE LA CASA Y ORDENO QUE FUERAAAAA, ACASO VAN A DISFRUTAR ESCUCHARME JADEAR MIENTRAS HAGO EL AMOR A MI ESPOSO.

Se miraron entre si negando con la cabeza, uno de ellos le señaló que era mejor salir, cosa que agradecía y no empezar a exigir respeto. La puerta se cerró caminé apresuradamente hacia la sala viendo a través de las cortinas, que habían muchas camionetas en la entrada, además la nuestra que estaba decorada en caso de irnos a la recepción.

Me aparté llevando mis manos hacia la cremallera del vestido, estiraba mientras subía los escalones, pisé sin querer la orilla del vestido cayendo sobre los escalones, miré hacia la salida viendo que habían aun personas en el jardín. Me levanté, sostuve una buena cantidad del vestido por que era tan desastroso que hasta feo ya lo veía en estos momentos.

Logré llegar hasta el ultimo escalón, caminaba hacia la habitación donde estaban las maletas y las cosas para irnos de luna de miel. Abrí la puerta, entré cerrando, reposé mi cuerpo levantando mi mano, miraba la argolla de matrimonio que era la más espantosa que había tenido en mi vida. Ahora era la señora Corneoli. Sostuve la argolla sacándola de mi dedo anular, la aventé sin importarme donde caería, solo sabía que necesitaba tranquilizas a Massimo y que no empezara con sus dudas ni sus malos tratos. Bien se dice que un hombre bien atendido en la cama, cede hasta lo que no quiere.

Estiré el vestido en ambos lados escuchando como se había roto, me lo iba quitando pasando mis brazos fuera del vestido, lo deslizaba hacia abajo quedando en la ropa interior para la boda. Agradecía que era la único bonito para este día. Quité las zapatillas arrojándolas en cualquier parte, corrí tomando una por una junto al mugroso vestido, lo metí todo en el armario empujando por completo. Salí del armario empezando a preparar todo lo que pudiera usar en esta noche, aunque no lo quiera aceptar estaba más que dispuesta a conquistar el corazón de Massimo aunque fuera en la cama. Miraba por ambos lados ordenando todo, metí lo que necesitaba bajo la almohada, me recosté sobre ella por si se llegara a sentir, me movía de un lado girando mi cuerpo en la cama, pero no se sentía. Bajé de la cama acomodando todo. Sostuve el aza de las maletas dejando hacia la otra puerta.

Reposé mi mano en mi corazón, estaba por pasar lo que nadie se espera que tenga que pasar pero tenía que hacerlo, solo así podría estar en paz y tomar mis propias decisiones teniendo del lado a todos los míos.

TOC!!! TOC!!!

(Escuchen- Carmina Burana: O Fortuna)

Tragué saliva al escuchar que golpeaban la puerta, se abrió lentamente, abrió por completo mirando de pies a cabeza…

Massimo: Pero que bien recibida me das.

Descrucé mis piernas humedeciendo tres de mis dedos que se deslizaban suavemente hacia abajo llegando hasta la tanga.

Cerró la puerta pasando su mano por su barbilla, me miraba con una lujuria tan penetrante. Mis dedos empezaban a dar movimientos circulares sobre la tanga dejando sentir ese calor en mi cuerpo. Me puse de pie caminando hacia él. Metí mis manos dentro de su saco empezando apartarlo.

Capítulos Sin censura: Mi Infierno... en el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora