La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por todo el mundo entre los fanáticos del deporte.
Lola, es una chica directa y sin miedo a decir lo qu...
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01 de diciembre 2019 GP Abu Dhabi, Formula 2
Solo respira, concéntrate y acelera. Es tu última carrera en la Formula 2, no puedes fllar. Todos están viendo, esperando a que des un paso el falso... ¿Les vas a dar la razón a todas sus críticas? ¿Vas a dejar que los periodistas tengan una razón más para reírse de vos en esas estúpidas notas? Todo tiene que salir perfecto.
—Bien, Lola, solo quedan 3 vueltas, sigue así... —escuche que decía Tony, mi ingeniero, a través de la radio.
No le contesté y seguí concentrada en el camino que me faltaba por recorrer. Solo tres vueltas, no era mucho, podría hacerlas rápido. Miré por mi espejo retrovisor rápidamente, y quien yo creo que es De Vries venía atrás mío. Pobre de él si pensaba que podría superarme en las vueltas que quedaban, ya me venia fastidiando demasiado a lo largo de la carrera desde que le saque la primera posicion en la segunda vuelta.
—¿El de atrás es De Vries? —Pregunté.
—Si. Está a 1.5 segundos detrás de ti. —Contestó Tony al instante. —Tu solo concéntrate, última vuelta. —informo.
Inhale y exhale. Última vuelta y sentía la adrenalina recorrer mi cuerpo de pies a cabeza. Hoy iba a hacer historia, iba a salir en todos los putos noticieros de europa y todos los que me habían subestimado se iban a coser la boca por haber hablado de mi. Hoy iba a ser campeona de la Formula 2.
Última curva y podía ver a lo largo de la recta la bandera de cuadros flamear en lo alto y a parte del equipo gritar y levantar sus brazos. No pasó mucho para que los pasará y Tony hablara con emoción contenida en el radio.
—P1 y campeona, Lola. Lo hiciste, estoy muy orgulloso de ti.
En ese momento la emoción y el alivio me inundaron por completo y lo único que pude hacer fue gritar. Un grito liberador, de esos que te limpian el alma de cualquier miedo, incertidumbre y negatividad. Lo había logrado.
—¡Vamos carajo! —grite entre una risa emocionada, quería llorar.
Estacione el auto frente al cartel con el número 1 en el y al bajarme solo podía escuchar los gritos de la gente. Me paré sobre el capo y apoye mi dedo índice en el casco dónde deberían estar mis labios, en señal de silencio y luego lo levanté al cielo. P1 pretty boy.
Corrí hacia donde estaba mi equipo e hice una reverencia que fue correspondida por ellos antes de saltar a abrazarlos entre risas y felicitaciones. Ellos habían confiado en mi desde un principio, todo se lo debía a ellos y a mí abuelo que de donde sea que me estuviera viendo, espero que lo haga con orgullo.
—¡Lo hiciste! —me dijo Tony al abrazarme.
—¡Lo hicimos! —le corregí abrazándolo aún más fuerte. —¿Y Mick? —pregunte viendo a todos lados para localizarlo a unos pasos atrás.
