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"Hola Kiki, ¿te puedo llamar luego? Es importante"

"Sí, claro. ¿Vídeo?"

"Sí, mejor"

El corazón de Chiara iba a mil por hora mientras la videollamada se iniciaba, incapaz de controlar los nervios por volverla a ver y también inquieta por lo que Violeta quería contarle.

Habían esperado a por la noche para hacerla porque así estarían más tranquilas.

Pese a estar en casa, Chiara se había peinado, maquillado y cambiado la parte de arriba de su chándal por un top un poco más bonito. No pensaba cometer el mismo error que la otra vez y que la pillara desprevenida.

Por mucho que había intentado aguantar y, pese a los límites que ella misma se había marcado, Chiara tenía que admitir que no había podido resistirse a usar el comodín de Jay para romper el silencio con Violeta.

Durante la semana en la que no hablaron, la inglesa lo había pasado realmente fatal. Veía sus historias mil veces, conteniéndose a preguntarle por los detalles de todo lo que hacía. Las fotos de beboteo también fueron difíciles de gestionar. Pero lo peor para ella fue verla en un estudio de música y no poder preguntar.

En su cabeza se reproducían escenarios de lo diferente que sería todo si ella no hubiera tenido la genial idea de empeñarse en no ser nada con Violeta.

Por eso, cuando Jay la nombró, ella no dudó en recordarle el día que habían pasado juntos y ayudarle a dibujar. Mentiría si dijera que no dio la idea de Violeta cantando en la Luna.

Y, cuando había recibido la propuesta de llamarse y leído que para Violeta era importante, no había dudado en aceptar.

Finalmente, la cara de la pelirroja apareció al otro lado de la pantalla, más preciosa que nunca.

- Hola, Kiki - la saludó Violeta, sonriente.

- Hola, Vivi - Chiara imitó su sonrisa.

Violeta sintió el impulso de corregirle el apodo y mandarla a la casilla de salida, como había sugerido la traductora la última vez que se vieron, para que viera lo que se sentía. Pero le sonó tan bien, y lo había echado tanto de menos, que no tuvo valor para hacerlo.

- Gracias por aceptar la llamada, pensaba que me pondrías más pegas - tanteó Violeta.

La pelirroja necesitaba confirmar de alguna manera que no era la única que se moría por volver a hablar. El hecho de que Chiara se hubiera puesto aún más guapa para hablar con ella le daba pistas, pero no quería crearse falsas ilusiones.

- Has dicho que era importante. Y eso para mí es una prioridad, estemos en el punto que estemos - explicó Chiara.

- Igual cuando te lo diga, no te parece tan relevante... - se mordió el labio Violeta. Chiara tuvo que contenerse para no imitar también ese gesto.

No pudo evitar, sin embargo, mirarle la boca siguiendo el movimiento con atención.

- Seguro que sí - la animó la traductora.

- Por cierto, me ha encantado el dibujo de Jay. Tiene una imaginación y una sensibilidad preciosas - empezó Violeta con el tema más cómodo para ambas.

Chiara se sintió un poco decepcionada, pues esperaba que le hablara de ella. O de algo que les afectara a los dos.

Más precisamente, algo que le confirmara que no había sido la única que no había podido dejar de pensar en la otra durante esos días de incomunicación.

Sin saberlo, ambas se encontraban en la misma situación. Con pies de plomo, esperando que la otra fuera la primera en admitir que la ley del hielo era una tortura sin sentido para ambas.

Starstruck | KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora