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Diciembre, 2007

Tomarse una enfermedad con calma, no es algo sencillo. Sin embargo, con el paso de las semanas, sólo suele acordarse de ello, cuando cae la noche. Su madre cuida bien de él, pese a que no es demasiada la dificultad que tiene, puede que esté exagerando un poco, pero también le sirve a Hoseok para aprovechar ciertas facilidades que su madre le ofrece para evitarle accidentes, como ir por el vaso de agua que siempre olvida.

Por ende, ha sido difícil que lo suelte, que le dé la libertad que antes le daba. Hoseok ha tenido que rogar para poder encontrarse aquí, en medio de la sala de la casa de Kim Daena, riendo a carcajadas por las malas bromas de su hermano mayor, a quien apenas tiene el placer de conocer.

—Entonces, ¿iremos?

—¿Uhm? —Una confundida Daena alza una ceja en dirección a su hermano—. Creo que no... no quiero meterme en problemas con mamá, Jin. Imagina que se entere la madre de Seokkie. Con lo de sus ojos... debemos tener cuidado en la noche, sabes.

—No seas aguafiestas. Ya tienes catorce años, Dae. Pronto te enseñaré conducir. Te quedan sólo cuatro años para ir a la universidad y no has tenido una fiesta de verdad en tu vida.

—¿Fiesta? —cuestiona Jimin—. ¿Qué fiesta?

—Mamá se va a molestar —alega Daena, ignorando su pregunta.

—No se va a enterar.

Los ojos curiosos de Hoseok observan toda la escena. Su boca permanece cerrada, pues cree que Daena tiene razón, si su madre se entera de algo como esto, con el nivel de preocupación que maneja ahora, estarían en graves problemas.

—Hay una fiesta en casa de un amigo de mi hermano, es de la escuela del pasto blanco...

—Prados Blancos —corrige Hoseok.

—Como sea. Quiere que vayamos con él, pero debemos mentir, porque sólo le permiten salir a él, no a mí.

—Menos a mí —ríe Jimin—. Pero yo voy.

—Mimi... —alega Hoseok.

—¿Qué? Suena divertido. No seas aguafiestas, Seokkie.

—Me agrada este chico —dice Seokjin.

—Mamá se volverá loca, si se entera.

—No le digas y ya.

—Jin, sus ojos.

—Lo cuidaremos bien, puede quedarse cerca de la luz toda la noche, si quiere —asegura—. O lo llevamos a casa, si él quiere y cree que es mejor.

Las miradas se posan en él y el calor de los nervios se instala en su vientre. Siente tantas ganas de continuar teniendo una vida normal, que ni siquiera se lo piensa demasiado, pese al temor de preocupar a su madre o tener dificultades para sobrevivir en la noche, dentro de una casa llena de personas desconocidas. Calcula las posibilidades de ser atrapado y la decepción que sentiría su madre, si eso ocurre. Luego, piensa en invitar a Yoongi, pero sabe que sus padres lo matarían, si hiciese algo como escaparse de casa en medio de la noche para ir a la fiesta de un desconocido con personas desconocidas.

—Creo que estaré bien.

La primera misión es la más difícil: la mentira. Es la segunda vez que lo hace, y quizá podría acostumbrarse a eso para salvarse el culo de vez en cuando. Llama a su madre para decirle que se quedará a pasar la noche con sus amigos, puesto que todas las mentiras los implican a ellos en casa de alguno y agradecen que sus padres aún confíen en ellos. Así que no escapan, sólo se van de casa de Daena a «casa de Jimin», llevados por el hermano mayor de su amiga, quien «pasará luego a su fiesta».

Desde 1993 🎨 yoonseok.Onde histórias criam vida. Descubra agora