39. Latidos

4.3K 657 337
                                    

Eso... había sido intenso.

Charles se quedó un momento congelado mirando fijamente la puerta que tan ligeramente lo había resguardado de todo el drama causado por la pelea de Lando y Carlos. Nunca pensó que las cosas podían escalar a ese grado y lo peor de todo, es que ahora se sentía terriblemente culpable por ser la causa de todo ello.

Es cierto que Lando no era de su agrado, pero seguía siendo el mejor amigo de Carlos. Por tanto, fuera de tenerle envidia por su posición, sabía la clara ventaja que tenía sobre él y lo aceptaba. Siempre que Carlos trataba de hacerse un espacio para Lando o le negaba salidas casuales por tener planes con él, Charles nunca hacía un escándalo al respecto ni le molestaba. Él también tenía amigos como Max y Pierre con los que le gustaba pasar el rato y no era sano celar a tu compañero de equipo como una pareja que no era. No era justo para ninguno de los dos.

La situación no había sido siempre así, incluso hubo un momento en el que creyó que él y Lando podrían tener una linda amistad, compartir el sentimiento de gustar de Carlos, darse consejos al respecto y apoyarse mutuamente, pero Lando simplemente lo había hecho imposible. Lo había tachado del villano de la historia y el mal tercio en la ecuación; lo que le molestaba en extremo, pues no había hecho nada para ganarse todo ese desprecio fuera de compartir el mismo objetivo que él.

Siempre eran pequeñas cosas que podían pasar por desapercibidas por la mayoría, así que solía lograr su objetivo de herirle sin que nadie más lo notara. Pequeñas acciones como ignorarlo en conversaciones en grupo, las barridas de mirada cada vez que se encontraba con Carlos, lo comentarios cortantes y lo que más le molestaba, que se burlara de su casta. Nunca lo hacía cuando Carlos estaba presente, no era tan idiota para exhibirse de esa manera, pero cada vez que estaban en grupo sin Carlos o solo ellos dos, las hirientes palabras no se hacían esperar y lo peor de todo, es que iban tan bien disfrazadas de comentarios inocentes que Charles llegó a pensar que solo eran alucinaciones suyas, pero con el tiempo pudo identificar el veneno de sus palabras que a su vez se habían vuelto ataques más directos.

Debe ser muy difícil ser un omega en Formula Uno, invariablemente todo mundo termina siendo mejor que tú.

¿Puedes bajar un poco la intensidad de tus feromonas? Es molesto.

Déjalo, es un omega, el cerebro no le da para más.

Con lo empalagoso que es tu aroma, no me sorprendería que alguien terminara vomitando.

Claro, típico de un omega.

Llegó un momento en el que esa dinámica entre ambos se volvió un hábito, en el momento que Lando se sentía amenazado por Charles, trataba de dejarlo en ridículo frente a otras personas, pero la jugada no le había salido esa noche.

Sabía que se había sentido amenazado por la rápida aceptación que recibió de parte de los padres de Carlos, misma que a él no tenía, por lo que había visto durante su visita. La amenaza había sido tal, que se había olvidado por completo de la presencia de Carlos y su comentario venenoso había salido como su mecanismo de defensa.

No es como si Charles no se lo hubiera esperado, si el comentario hubiera sido de cualquier otra cosa, su aroma, su debilidad o su torpe inocencia, lo hubiera dejado pasar, hubiera cambiado el tema con agilidad para que nadie pudiera comentar al respecto y no se rompiera la linda armonía que se había creado en la mesa tras recibir la aprobación de los padres de Carlos, pero ni en sus más locos pensamientos se hubiera esperado que Lando tratara de exhibir su descuido con Daniel.

Es cierto que debería de haber sido más cuidadoso con su celo y a lo mejor saltarse el fin de semana de carrera, pero Checo le había ofrecido una solución y Carlos había sido tan amable para facilitársela que no le dio mucha importancia, pero había estado tan cerca de que Daniel abusara de él... Le daban escalofríos de solo pensarlo. Se había sentido tan impotente, presente en el momento, pero sin la habilidad de hacer algo al respecto, había llorado y gritado pidiendo ayuda a quien quiera que se apiadara de él y lo ayudara, pero al final, había perdido toda esperanza de ser rescatado, misma que solo pudo recuperar al ver la figura de Carlos en la puerta del garaje.

No Te Pertenece (Chestappen)Where stories live. Discover now