Ice Heart ❊ ⤑ Uchiha Sasuke.

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Capítulo 052 ⋆.ೃ࿔*:･

La guerra, era algo necesario en el mundo, pero era lo más cruel y frívolo que podría pasar. Una cortina de humo y una necesidad llevada al extremo por el beneficio de un solo sujeto; el más inteligente y el que supiera mover sus fichas en ese juego.

Muchas personas inocentes morían, la muerte. Algo inevitable, al fin y al cabo, y aunque esta era un punto de parada obligatorio en lo que era el camino de la vida, esta tenía diversos detonadores, algunos eran automáticos y otros eran ocasionados. La verdad había salido a la luz hasta cierta parte y solo dos en el mundo sabían la realidad, una parte la creó y la otra lo descubrió.

La muerte era algo natural en la vida y ya les había afectado a muchos de los partícipes en esta guerra, habían perdido un amigo, otros un hermano, un primo, alguien que ocupaba una parte importante en sus vidas y que no volverían a ver a menos de que viajaran a los recuerdos que tenían con esas personas.

Naruto estaba al borde del colapso, su vida pendía de un hilo; uno de se iba desgarrando muy lentamente. Sasuke no se quedaba atrás, pues sufría la agonía de su lenta y tortuosa muerte, pero se aferraba a un destello de luz, uno que, para él, tenía nombre y apellido y que además estaba tatuado en su corazón.

Aquél colgante que pendía de su cuello se iluminó y de un momento a otro empezó a generar un polvillo helado que poco a poco se fue extendiendo alrededor del Uchiha, encerrándolo en lo que parecía ser una cápsula de cristal, la cual emitía ondas regeneradoras llenas de vitalidad.

Sasuke sintió la familiaridad de aquel Chakra que le iba brindando vitalidad y tuvo un recuerdo de hacia algunos meses, cuando Megumi maduró al cien por ciento su Chakra y de ese proceso tan doloroso, el Chakra de él que estaba en aquella esfera de bilocación, la protegió. Le tranquilizaba saber que había bloqueado el receptor de dolor en Megumi en caso de que él fuera herido en batalla, sin embargo, él aun podía sentir si algo estaba mal con ella.

Podía sentir como su Chakra se regeneraba poco a poco, como si le estuvieran suministrando buenas cantidades de Chakra. Logró ver por el rabillo del ojo como una figura familiar se acercaba y se detenía analizando la situación en la que se encontraba.

Aquél sujeto intentó traspasar la barrera, pero fue expulsado por una fuerte corriente de aire helado y luego se le fueron lanzados algunas agujas de hielo que con dificultad puedo esquivar. Nuevamente se acercó al Uchiha, pero esta vez solo lo observó y notó como aquella capsula le estaba reviviendo lentamente. Aquello fue lo último que vio Sasuke antes de caer en la inconciencia.

Por otro lado, Naruto parecía estar en lo que era el vacío del todo y el nada, en un punto nulo. Tirado en un espejo de agua tranquila, miraba hacia la obscuridad que tenía ante sus ojos y se preguntaba a sí mismo, lleno de confusión ¿En qué lugar se encontraba? ¿Estaba muerto?

- ¿Por qué piensas que muerto has de estar? – Una voz madura y llena de sabiduría rompió el silencio de aquél inhóspito lugar. Naruto se exaltó ante aquella nueva compañía desconocida y se sentó afanado por saber quién era aquél sujeto. – Tu percepción ética sobre la muerte totalmente diferente de la de mi época ahora veo que es.

Lo primero que notó Naruto fue aquella manera tan peculiar en la que aquel hombre de túnicas blancas hablaba. Su apariencia era la de un sabio, eso se veía a leguas. – ¿Quién eres?

- Una pregunta muy natural en esta situación ciertamente es. – Respondió aquel extraño hombre. – Mas algo preocupado estoy de que tu reacción no se asemeje a la de tus predecesores cuando mi nombre sepas.

Naruto vio como aquel hombre dejó de darle la espalda y lo enfrentó. Era un tipo de piel blanca como una pared, tenía dos pequeños cuernos asomándose por su tupida cabellera castaña, ojos afilados portadores del rinnengan y una larga chiba que llegaba a su pecho. Además de que, en la parte de su pecho, tenía bordado seis anillos en la túnica blanca que portaba. Aquél sujeto parecía estar sentado en la nada, pues levitaba sobre seis esferas negras que reposaban en el aire.