Ice Heart ❊ ⤑ Uchiha Sasuke.

054ੈ✩‧₊˚

Capítulo 054⋆.ೃ࿔*:･

En su mano izquierda yacía una luna creciente, mientras que en su ojo izquierdo el Sharingan había sido remplazado por el Rinnengan. En medio del vasto campo de batalla, Sasuke observaba aquel cielo nocturno en el cual no se lograba apreciar estrella alguna, solo aquella luna sangrienta.

Sakura quien estaba herida por Madara, miró a Sasuke y notó cómo aquella mirada que estaba perdida en el cielo, se centró iracunda en Madara. – No pasa nada...

Sasuke pasó de la Haruno y miró a Naruto con seriedad. – Naruto.

Naruto también tenía una expresión de seriedad. – Sí lo sé, hay más.

- Basta de juegos. – Madara elevó su mano hacia el cielo y creó una esfera negra de la cual se expulsaban cientos de discos negros. – Devastación planetaria.

El suelo empezó a fraccionarse en miles de pedazos y a elevarse, para luego unirse en el cielo formando docenas de esferas gigantescas. Sasuke dejó salir a Susanoo y extendió las alas de este y así, se dirigió hacia aquella lluvia de piedras gigantescas, pero, aunque pulverizara una, aparecían más.

Madara quien estaba entre el cielo y la tierra, a miles de kilómetros sobre el suelo, quebró el protector de su frente y recordó aquello que estaba escrito en el monumento de piedra de los Uchiha. Ahora él tenia el poder del ciclo del renacimiento y al estar cerca de la luna, se abriría el ojo que puede hacer realidad el sueño infinito para reflejarse en él.

Un tercer ojo se abrió en su frente. Era del color de la sangre y poseía diez tomoes los cuales se reflejaron en aquella luna sangrienta. – Ilumínalos, luna...

Aquella luna emitió una luz cegadora que abrazó el mundo entero, nadie se salvó, solo el equipo siete al ser protegidos por las alas de Susanoo y los Hokages revividos. Una vez el Genjutsu sumergió al mundo entero en una poderosa ilusión y aquella luz desapareció, Susanoo se desvaneció, dejando ver al equipo siete.

Naruto miró hacia Sasuke con el ceño fruncido. – Sasuke ¿Cómo sacamos a todo el mundo del Genjutsu?

- Un Genjutsu creado con un Rinnengan probablemente necesite otro Rinnengan. – Supuso el joven Uchiha mientras miraba fríamente a Madara.

El Zetsu negro, quien había tomado el cuerpo de Obito, sonrió. – No lo permitiré, solo falta la princesa de la luna y librarse de ustedes.

- ¿Princesa de la luna? ¿a qué se refiere? – Sakura no entendía a quien o que se refería Zetsu con aquella pieza faltante. Su mirada se desvió hacia Sasuke quien no retiraba su hostil mirada de aquella cosa negra.

Las manos de Sasuke se cerraron en dos puños. Era tanta la ira descargada en ellos que las venas se marcaban notablemente y su aura se había vuelto más oscura.

Madara bajó a suelo firme y los miró. – No les dejaré hacer nada más. Detuve el karma de este mundo. Liberé a la gente del dolor, del sufrimiento, del vacío.

Naruto lo veía furioso. – ¡No son más que mentiras!

- Naruto... te interpones en la felicidad de todos. – Madara le veía con frialdad. – Fíjate, es un mundo en que se detuvo toda lucha ninja. Convertí el infierno en cielo y al final corregí el error de Hashirama.

Sakura frunció el ceño. - ¿Cómo que Hashirama cometió un error?

- Por supuesto, yo comencé esta cuarta guerra mundial ninja. – Reconoció Madara con sencillez. – Pero todo esto fue por él. Deberían haberme entregado a los Bijuu sin resistencia. Ahora todos tienen sueños felices en el interior del Shinjuu, solo hace falta la pieza clave para alcanzar la máxima fase del mundo ideal; la princesa de la luna. Compréndanlo ya, todo se acabó.