Siempre contigo.

Cap 50: Ira.

Kazuki: ¡¿A dónde crees que vas, cachorrito?!

El alma del perro giró en dirección contraria para escapar, Kazuki se abalanzó sobre él pero el alma fue más rápida, esquivándolo con agilidad. Kazuki en vez de frustrarse sonrió para si mismo y se lo tomó como un desafío.

Kazuki: [sonreír] Así que... Quieres jugar... Bien... Juguemos...

El perro esquivaba todos los intentos de Kazuki para atraparlo y por lo tanto... Kazuki empezó a sentirse cada vez más violento y desenfrenado. Con sus grandes alas provocaba remolinos violentos de aire, lanzaba plumas con la misma determinación y letalidad que unas dagas de acero, clavándolas en todas partes menos en su objetivo, levantaba coches y los lanzaba, todo aquel que se cruzaba en su camino tropezaba y o luchaba por no salir disparado por los aires o caer en una grieta salida de la nada en el suelo. Los semáforos se volvieron locos y el tráfico empezó a tener accidentes. Al fin Shin y el diablillo consiguieron alcanzarlo.

Shin: ¡Oh, no! ¡Kazuki, para! ¡Para ahora mismo!

Diablillo: [murmurar, asombrado por toda su destrucción] no sabía que podía hacer todo eso...

Kazuki se detuvo como recién salido de un trance y alzó la vista para mirarlos.

Shin: ¡Deja de hacer tanto caos! ¡Si sigues así, lo vas a empeorar todo! ¡Recuerda que las almas corrompidas se vuelven cada vez más fuertes, absorviendo la maldad del lugar!. Sí sigues con esta destrucción, el alma va a...

No terminó la frase, se había congelado de horror al ver la monstruosidad en la que el alma se había convertido. Tan letal, tan poderosa... Y todo gracias al carácter destructivo del ángel.

Diablillo: ¡¿Qué hacemos ahora?!... ¡Kazuki, Estúpido! Dijiste que sólo tenías que traerlo hasta nosotros. ¡No que lo harías un alma corrompida superior! ¡Tenías un sólo trabajo, UNO!

Kazuki: [decidido] ¡No pasa nada! Aún así, puedo derrotarlo.

Shin: ¡Dejame a mí! ¡Es mí trabajo! ¡No te adjudiques el trabajo de otro! ¡Por muy fuerte que seas... Esa alma sólo puedo purificarla yo!

Kazuki: Si digo que puedo derrotar al alma. Yo, como ángel, lo derrotaré.

Más plumas blancas de las alas de Kazuki se volvierón negras. Y aún si cambiaron de nuevo a blancas rápidamente, apenas en un parpadeo, Shin y el diablillo lo puderon ver con claridad alarmados.

Shin: Kazuki, por favor. ¡Basta!.

Diablillo: imposible, una vez que se le mete algo entre ala y ala es tan tozudo como una mula.

Shin: pero tú viste lo mismo que yo, ¿verdad? ¿Sabe acaso lo que le está pasando?

Diablillo: No, no lo sabe. Y eso es lo peor. Se está encadenando cada vez más a cada paso que él llama, "libertad".

Shin: ¡Pues no hay de otra! ¡Tengo que derrotar y  cosechar al cachorro cuanto antes!.

Kazuki seguía con el intento de derrotar al alma, hasta que de repente, sintió como un tirón en el pecho que lo detuvo.
Era Azuka. La unión le estaba avisando de que ya había pasado demasiado tiempo alejado de ella y tenía que volver. Kazuki resopló enfadado y derrotado, sabiendo que ahora, todo quedaría de verdad en manos de Shin.

Kazuki: ¡Shiiin! ¡No puedo seguir aquí! ¡Tengo que regresar con mi chica!.

Shin se quedó en shock ante el cambió brusco de Kazuki tan repentino. Hace 1 segundo quería ver el mundo arder con tal de ser el primero en derrotar al cachorro y ahora se tenía que retirar dejándoselo en sus manos, como si toda esa palabrería de que lo derrotaría el sólo no hubiera sucedido. Y sería muy convicente si no fuera porque su aura brillaba de furia al tener que irse y dejar las cosas a medias.

Shin: Kazuki... Controla tú rabia... Si el fantasma descubre su principal causante... Estaremos per...

Pero ya era tarde. El monstruoso ser había sucumbido al deleite del causante de toda esa deliciosa ira que irradiaba. Y sin pensarselo dos veces, salió en busca de Azuka. La principal fuente de odio que él sentía en ese monento... Su vínculo con ella.