«No hay lugar para el amor»
Cubrí con la manta a mi pequeño, dándole un ligero beso en los cabellos antes de encaminarme hacia la puerta, teniendo cuidado de no despertarlo. No tenía muchas ganas de despegarme de él, pero tenía obligaciones por hacer. Una de ellas era continuar trabajando para poder mantenerlo y hacerme cargo de él por completo. Pues a pesar de que el peligro nos acechaba aún, la vida tenía que continuar y seguir su curso. Y aunque ahora mismo no podía con el cansancio, no podía ser tan irresponsable, así que, quisiera o no, tenía que estar lista para ir a trabajar.
—¡Hola, buenos días, mamá! —murmuro despacio para no asustarla, pues veo que está ocupada haciendo el almuerzo.
—¡Hola, mi vida! ¿Cómo amaneciste? —llego hasta donde está y le doy un beso en la mejilla con el cual ella sonríe.
—Bien —deja la palita de cocina a un lado, y me devuelve el beso.
—Siéntate, ahora te sirvo una taza de té —asentí, haciendo lo que me pide, sentándome al otro lado de la encimera.
—¿Y tigre? —pregunto al no ver recostado en el sofá a mi hermano.
—Salió a hacerme unas compras. Seguro que no tarda —murmura girándose y dándome una taza humeante. Pero en cuanto me ve frunce el ceño. —¿Mi pequeño nieto te dio guerra anoche? —sabía bien que su pregunta era curiosa y a la vez irónica. Pues mi rostro refleja que no pasé buena noche, ya que se mira demacrado y lleva unas pronunciadas ojeras que me delatan.
—No, mamá. Él durmió como un angelito.
—Me lo imaginé. Así que ¿A qué se debe esa carita cansada? ¿Los problemas para dormir continúan? —pregunta un tanto preocupada, pues creíamos que mis problemas para dormir iban a disminuir con la presencia de mi niño. Pero eso no pasó. Y solo pude dormir bien la primera noche con Armandito, pero ya la segunda no. Y yo sabía bien cuál era la razón y no tenía nada que ver con mi pequeño ni con aquello que me persigue.
—Al parecer es algo que todavía no puedo regular —susurro una pequeña mentira, a lo que ella se gira solo para apagar el fuego de la estufa y luego se vuelve y se acerca de nuevo a la encimera, tomando mis manos entre las suyas.
—¿Te preocupa algo? —¡Claro que me preocupaba algo! Pero en vez de decir la verdad, resoplé, soltando una risita carente de gracia y admito solo una parte.
—Por supuesto, mamá. Me preocupa que "él" vuelva —murmuro, evitando decir su nombre.
—Pero no creo que se atreva —exhalé, deseando tener un poco de esa confianza que tiene.
—Mamá, ¡Él es el mismo diablo en persona! Así que es capaz de hacer todo lo que esté a su alcance con tal de lastimarme —la veo hacer una mueca de disgusto.
—Confiemos en que nada malo pasará. Y si se atreve a venir, esperemos que la seguridad que nos rodea sea suficiente para que pueda protegernos bien a todos —era lo que más quería yo también. —Pero no nos adelantemos ni hablemos de cosas desagradables. Mejor dime, ¿Sólo por eso no pudiste dormir? ¿O hay algo además de lo obvio, que no deja de atormentar a esa cabecita bonita? —tragué saliva, cuando un par de ojos brillantes y una sonrisa amable se pasearon por mi mente.
—Si hubo algo más...
—¿Es respecto a lo mismo? —negué.
—No. Son... ¡Tonterías...! —susurro, haciendo que me mire con los ojos entrecerrados.
—¿Por qué lo dices? —realmente no sabía cómo explicarlo porque ni yo misma entendía el revuelo de pensamientos que me carcomieron la mente durante casi toda la noche, pero creo que no hay alguien que me pueda ayudar más que ella. Especialmente porque quiero mejorar esa confianza que tanto desperdicié por culpa de esa inseguridad y esa timidez que siempre me han caracterizado. Pues antes solía ser tan reservada, que por lo mismo no hablé de los problemas y dudas que tenía en mi relación y debido a eso sucedió lo que sucedió. Pero esta vez no quiero cometer el mismo error. Esta vez quiero quitar ese mal hábito de esconder mis problemas y mejor voy a dejar que ella me aconseje sobre esas cosas sin sentido que no he dejado de pensar desde ayer. Pero justo cuando estoy decidida a contarle, el teléfono se escucha, impidiéndomelo.
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ENSÉÑAME A VIVIR SIN MIEDO
FanfictionSINOPSIS: Serena es una chica soñadora, tierna y amorosa con su familia y con todo aquel que la rodea. Pero una mala decisión en el amor, le hará vivir una desafortunada experiencia, en donde aprenderá a la mala, que no todos son lo que dicen ser...