ENSÉÑAME A VIVIR SIN MIEDO

Capítulo 38:

«Extraños sueños» 

««Me encuentro confundida porque no sé qué hago otra vez aquí. De nuevo estoy en aquel paisaje que una vez soñé. Aquel lugar tan armonioso y natural en donde pude ver a mi papá de una manera tan real. Por lo mismo no puedo evitar sentirme entusiasmada con la simple idea de que pueda volver a tener la oportunidad de abrazarlo y hablar un poco con él, aunque sea de esta forma. Así que rebosante de alegría comienzo a caminar por esa verde pradera, jugando de paso con las diferentes flores silvestres que hay, para luego recorrer la orilla de ese inmenso mar del que esta vez me percato, disfrutando de cómo se siente el agua cristalina bajo mis pies descalzos, mientras me maravillo con su color. Un color tan limpio y azul.... que me recuerda mucho a un par de ojos a los que le tengo cierto cariño. Con paciencia busco a mi padre por cada rincón, pero el tiempo poco a poco va pasando, y él nunca aparece. Lo que comienza a desilusionarme. Pero antes de que pueda entristecerme, y mientras veo ese lindo atardecer que se esconde detrás de aquella pequeña isla lejana, es cuando escucho el eco de una voz cálida y conocida resonando por todo el lugar. 

 "Tal vez no. Pero, después de lo que hiciste hoy por nosotros, para mí sí lo eres" Esa.... ¡Esa es su voz! No me queda duda de que esa voz que recién acabo de escuchar es la del doctor Darien. Pues incluso mi piel se eriza como si estuviera brindándome una dulce caricia. Pero para mi mala suerte aunque miro hacia todos lados tampoco puedo verlo. Mas me consuelo un poco cuando su voz se escucha enternecida y realmente agradecida, lo cual me hace sonreír, mientras me dejó caer sobre la arena, y miro hacia el cielo anaranjado que se prepara para dar paso al anochecer. "¿Qué pasó con el auto de Seiya?" Lo escucho preguntar, aunque no sé de qué está hablando y mucho menos sé a quién se lo pregunta. Retazos de su voz, que no sé si son cosa de mi imaginación, parte de mis sueños, o simplemente es una conversación que estoy escuchando sin querer, no dejan de resonar a mi alrededor, mientras yo tomo un puñado de conchitas que hay cerca y las comienzo a lanzar hacia el agua. Divirtiéndome igual que una niña chiquita, con ese sonido que hacen al caer. "Con gusto te puedo responder. Pero, antes podrías decirme tú desde cuándo supiste que no era tu novia" Como lo supe desde el principio, su conversación no es conmigo. Su voz resuena mientras charla con alguien más. Pero mentiría si dijera que no quisiera saber por qué no puedo escuchar a los demás y sólo lo escucho a él. Por eso sus murmullos me resultan mucho más intrigantes. Mas de pronto siento una brisa de aire que revolotea mi cabello y de alguna forma me acaricia suave y tiernamente la mejilla. Una caricia transparente que me estremece de pies a cabeza. "Me parece que no puedo ocultarlo" Continúa diciendo. Pero noto esa ligera tristeza en su voz. "Lo dudo. Para ella yo sólo soy su protector y su ángel guardián" Tragué saliva. ¿Acaso estaba hablando de mí? "No. Es mejor que nunca lo sepa" Mi corazón palpita fuertemente contra mi pecho con cada cosa que dice. "Porque ya sufrió demasiado a causa de un hombre que no solo es mi sangre, sino que, además, por desgracia tiene una apariencia muy similar a la mía" El resto de las conchitas que llevo en la mano se me caen de nuevo a la arena cuando por fin comienza a aclararse la mayor de mis dudas. "Tal vez. Pero, si te soy sincero, tengo miedo de que me rechace. Así que prefiero que ella no lo sepa nunca. Así tal vez yo sufra menos" Mi corazón duele. Su tristeza la siento como mía. Incluso siento unas enormes ganas de llorar que simplemente no me puedo controlar y sollozo. Tal y como lo hice contra sus brazos. Y aunque intente negarlo, yo misma sé por qué me duele que piense y que diga eso. Él claramente desconoce lo que yo hace no mucho descubrí que sentía, por eso me duele todavía más, que prefiera callar y sufrir en silencio, a hacerme sentir incómoda con su confesión. Y aunque no sé si esto que acabo de escuchar es un producto de mi imaginación o son reales esos murmullos, no puedo evitar sufrir de la misma manera en la que él lo está haciendo. Especialmente porque lo que siente por mí, es correspondido, más no sé si yo algún día pueda ser tan valiente como para vencer esa barrera invisible que ha tenido capturado por tanto tiempo a mi corazón.»»