Capítulo 11

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—Bebé, no, no digas eso. Ya te lo había explicado, ¿recuerdas? No importa que no tengamos este tipo de momentos entre nosotros, seguimos siendo una familia, somos una familia de verdad, ¿no es así YoonGi? —JiMin preguntó al alfa, pero para cuando le miró este ya estaba asintiendo.

—Tu papi tiene razón, campeón, nunca dudes de que somos una familia como cualquier otra.

—Yo sé, no lo dije con esa intensión, es solo que... —HaNeul le miró a ambos con algo de duda, sintiéndose cohibido por la mirada que ambos adultos le daban—. Es solo que siempre veo que las familias tienen este tipo de momentos, en la televisión, mis amigos y yo solo... no sé, se siente bonito que estemos así, solo nosotros tres cenando en casa.

JiMin sintió un apretón en su pecho, sintiéndose realmente desolado por su pequeño niño. Nunca pensó que HaNeul se sintiera de esta forma, él nunca le había dicho nada, pero desde que le habían confesado que YoonGi es su padre y había comenzado a pasar tiempo con él, estas situaciones se hacían cada vez más frecuentes.

"Mí pobre bebé, ¿cómo es que no me dí cuenta de cómo te sentías antes? ¿Qué clase de padre he sido?"

JiMin guardó silencio, justo en ese momento y por primera vez en cinco años, no supo qué decir para consolar a su hijo.

—HaNeul, escucha —YoonGi tomó una de las pequeñas y frágiles manos de HaNeul entre la suya—, de verdad lamento esto, lamento que te sientas así. Lamento no haber estado para ti antes.

—Pero no es tú culpa, papá, no podías estar aquí y por eso no estuviste antes. —HaNeul negó con la cabeza y sonrió—. Pero ahora estás aquí con nosotros, en cuanto pudiste, volviste por mí y estoy feliz por eso.

Tanto YoonGi como JiMin miraron con culpa a su pequeño. El omega sintió como sus ojos se aguaron, porque sabía que en gran medida, él era culpable de que el alfa no estuviera allí desde mucho antes.

—En realidad, no estuve desde el principio porque fui bastante tonto en el pasado. —JiMin no se atrevió a mirar al alfa frente a él, a pesar de que sabía que éste miraba en su dirección—. Por tonterías que hice, por palabras que justo ahora quisiera tomar devuelta pero no puedo, por los muchos errores que cometí.

La presión en el pecho de JiMin aumentó y un nudo se formó en su estómago. Él miró atentamente la comida en su plato, había perdido por completo el apetito. Puso ambas manos sobre sus muslos y las cerró en apretados puños, luchando por reprimir su aroma y no dejar que este le delatara.

—Por no haber apreciado lo que se me fue dado, lo que una vez tuve, porque no fui un buen alfa. —YoonGi miró a un confundido HaNeul—. Porque lastimé a tu padre, ¿sabes? Pero él es tan buena persona que aun así me perdonó en más de una ocasión en el pasado.

Una lágrima se derramó por la mejilla de JiMin, la cual limpió disimuladamente, dándole gracias a la diosa porque ninguno de los dos se percató de ello.

—E incluso ahora lo hizo, haciendo a un lado cualquier mal sentimiento que pudo tenerme y dejándome estar aquí con ustedes, de estar a tu lado. —YoonGi acarició suavemente la mejilla de un muy evidentemente sorprendido HaNeul—. Porque él me ha dado el mejor y más grande regalo que nadie me ha dado nunca y, ¿sabes cuál es? —HaNeul negó con la cabeza.

—No, ¿qué fue lo que te dió?

—A ti, cariño, eres el mejor y más fantástico regalo que nadie nunca me ha dado —YoonGi confesó, sacándole una risita a su hijo y nuevas lágrimas se formaron en los ojos del omega, quien comenzaba a temblar en su asiento—. Y te amo, y lo amo por eso, solo que lo nuestro no...

Por ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora