Capítulo 31: ¡Voluntad de madre! El secreto del collar

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(Mientras...)

Mientras Spyro estaba luchando contra el mismo Morgaus cara a cara; Ray luchaba contra Saluk y Thorr contra Umbra, Edel había aparecido en una caverna despejada y amplia, su respiración acelerada mientras miraba a su alrededor.

"Ese Xyron..." se dijo Edel, "Me tomó desprevenida, pero esta vez..."

De repente, una risa fría y burlona resonó en la caverna, haciendo eco en las paredes de piedra. Edel sintió cómo la ira comenzaba a arder en su interior (a pesar de que era una dragona de hielo).

"¿Alguien me buscaba?" dijo la voz.

"¡Xyron!" gritó Edel, reconociendo la voz que tanto odiaba.

Frente a ella, apareció el Cazador de los espejos, con una sonrisa cruel en su rostro mientras observaba a la joven dragona.

"Vaya, vaya... Mira quién tenemos aquí" rio Xyron, "La pequeña Edel, ¿verdad?"

Edel no respondió con palabras; su cuerpo reaccionó antes de que pudiera pensarlo. Con un rugido de furia, cargó hacia Xyron, su cola transformándose en una afilada cuchilla de hielo. Se lanzó contra él con toda su fuerza, pero justo antes de que pudiera alcanzarlo, Xyron se desvaneció, desapareciendo en uno de sus espejos.

"¿De verdad crees que será tan fácil?" la voz de Xyron resonó desde varios puntos alrededor de la caverna.

Edel se detuvo en seco, girando rápidamente para ver cómo Xyron reaparecía desde otro espejo detrás de ella. Enfadada, lanzó esta vez una ráfaga de picos de hielo. No obstante, el Cazador se tocó el pecho, donde tenía una especie de espejo circular como un escudo. De inmediato, creó un duplicado de aquel espejo, pero de tamaño grande, el cual reflejó el ataque hacia la dragona. Por fortuna, Edel esquivó los picos.

"Ese espejo debe ser la clave..." pensó Edel, al ver cómo, cada vez que creaba un espejo, Xyron hacía un movimiento rápido alrededor de aquel amuleto de espejo, "¡Es verdad! Si todos los Cazadores usan armas..."

"Eres perspicaz, niña..." le dijo Xyron en un tono de sarcasmo, "Sí... este es mi Escudo-Espejo, y no solo me sirve como amuleto, sino que también de defensa. Sin embargo, el que lo sepas no te será de utilidad: eres tan predecible... como lo era tu madre..."

Si bien la joven dragona de hielo respiraba con dificultad y trataba de calmarse usando su astucia en lugar de su ira para enfrentarse a Xyron; al escuchar a este mencionar a su madre, sumada a cada burla, solo avivaba más su furia.

"¡Cállate!" gritó Edel, realmente enojada, "No voy a dejar que te burles de mi madre y de mí. ¡Te haré pagar por lo que le hiciste!"

Xyron rió de nuevo, con su tono lleno de desdén, desapareciendo en otro de su espejo. Luego, este se duplicó y todos los espejos empezaron a girar alrededor de la joven dragona, empezando a confundirla.

"¿Venganza? Qué dulce..." le dijo, "No eres más que una niña jugando a ser una guerrera. Tu madre era más fuerte que tú, y mira dónde ella terminó"

Las palabras de Xyron eran como dagas en el corazón de Edel, pero también la motivaban a no ceder. Mientras observaba los espejos, un plan comenzaba a formarse en su mente. No podía dejar que Xyron siguiera jugando con ella. Necesitaba encontrar una forma de obligarlo a enfrentarse cara a cara, sin sus trucos de espejos.

"Entonces, si te crees la gran cosa, no seas un cobarde en esconderte" le dijo Edel, desafiándolo.

"¿Con que quieres pelear cara a cara?" preguntó este, "Bien, si así lo quieres..."

Y, de uno de los espejos, apareció de nuevo. No obstante, y a pesar de que Edel sentía demasiada ira contra él, no planeaba lanzarse contra él de nuevo...

La Leyenda de Spyro, Los Dragon HuntersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora