06 de septiembre 2023
Milton Keynes, Reino Unido.
Fábrica de Red Bull—Solo serán un par de preguntas para aclarar todo, pero no digas nada que pueda afectar a otro piloto, no es lo que buscamos... Ya sabes a quien me refiero con eso. —Aclaro Horner, mirándome con advertencia y yo solo asentí algo desinteresada.
—No prometo nada. —respondi con una sonrisa algo burlona que lo hizo rodar los ojos.
Si el me había hecho quedar mal a mi ¿Por qué yo no podía hacerlo con él?
No veía las horas de entrar a esa sala responder con un si, no, tal vez a cualquier estúpida pregunta que me hicieran y salir para tomar un helado y tirar un par de horitas en el simulador de la fábrica. No me causaba nada de gracia o placer hacer esta rueda de prensa para aclarar rumores que de por sí ya eran estúpidos.
A este punto ya estaba harta de todo y todos. No me sentía triste por mi ruptura con Charles, tampoco me sentía intranquila por las cosas que los medios dijeran, estaba en un punto neutro donde todos pasaban a mi alrededor y no me importaba quien era o que hacía. Solo importaba yo y cerrarles la boca a todos con mis habilidades en pista como lo hice siempre.
—Lola, hablo enserio. —Advirtio otra vez antes de que abriera la puerta que nos separaba del infierno.
—Y yo también... Me destruyó, ¿Por qué yo no puedo hacer lo mismo con él si se da la oportunidad? —Pregunte lo que antes había pensado y él suspiro fuerte.
—Dijiste que su equipo lo había obligado a hacerlo, por eso no lo denunciamos por difamación.
—Pero aceptó hacerlo. —Recorde con el ceño fruncido. —No es un tema que pueda arreglar con una denuncia... Es un tema que se arregla con venganza.
Estaba cegada, lo sé. El rencor que gobernaba mi mente era más grande que cualquier tristeza, no importaba si lo habia amado o si aun seguia haciendolo, no me iba a quedar de brazos cruzados con la vista a un costado ignorando el hecho de que se puso en mi contra. Ya llore una vez, no lo iba a hacer una segunda. El dolor ya había pasado, o seguía escondido en alguna parte, lo importante es que no se hacía presente ahora.
Antes de que Horner pudiera decir algo más abrí la puerta entrando directo a mi sala de tortura como si yo fuera la torturadora. Le hice caso omiso a los flashes que me cegaban, di un vistazo rápido a la sala en lo que tomaba asiento y todos miraban mal, como si me odiaran, como si estuvieran listos para atacarme o simplemente no les gustará mi presencia.
Parecían pensar que llevaban la espada lo suficientemente afilada como para cortarme la cabeza, pero no eran más que presas con complejo de cazador.
—Buenos días. —Saludo Christian tomando asiento a mi lado, dándome una mirada para que diera los buenos días, pero solo les sonreí lo mejor que pude.
—Bien, el motivo de esta rueda de prensa es para aclarar los rumore que salieron el pasado jueves 31 de agosto, serán una serie de no más de tres preguntas por periodista. —Explico alguien que no conocía en lo absoluto.
Varias manos se levantaron al mismo tiempo y Horner se encargo de señalar una para empezar.
—Violeta Alonso para DAZN. El mismo jueves que los rumores fueron lanzados, no se presentó al media day ¿Por qué? ¿Fueron órdenes del equipo?
Y acá vamos. ¿Tenía que responder de forma educada a la segunda pregunta más tarada que haya escuchado en la vida? ¿O podía responder de forma sarcástica?
—Creo que la respuesta es obvia. —respondi tratando de ser lo más educada posible, pero la periodista solo hizo una mueca.
—No, no lo es. —negó y yo solo rei acomodando mi pelo hacia atrás, cruzando mis brazos sobre la mesa.
Bien, lo había intentado.
—¿Cómo que no? —pregunte haciéndome la desentendida dándole una rápida mirada a Christian que parecía sudar frío ante mi actitud. —Tenia a todo el mundo tratándome de la prostituta privada de mis compañeros de parrilla, no me estaban deseando feliz cumpleaños ¿Usted se sentiría bien si todos esos rumores se difundieran en su contra? —ella negó. —Entonces ahí tiene su respuesta. —le sonreí haciéndole un gesto con la mano y se quedó callada.
La sala se quedó un momento en silencio y mire para ver quién quería seguir, está vez fueron pocas las manos que se levantaron. Tal vez esta rueda de prensa dure menos de lo estipulado.
—Alberto Gutiérrez para ESPN. ¿Que tienes para decir sobre la declaración que Charles Leclerc dió ese mismo día? Fue el único piloto en ponerse en tu contra...
La respuesta me costó soltarla, no lo voy a negar. Era como querer soltar ese nudo molesto que tenía atascado en la garganta desde el jueves, obligandome a llorar frente a todos ellos, mostrarles una debilidad tan oculta en mi ser, pero no lo iba a hacer.
Respire fuerte mirando el techo unos segundos, no quería mirar a Christian, seguro y lo estaba haciendo con esa mirada típica de "Por favor no digas ninguna estupidez, ya te lo advertí".—Me pareció la respuesta más graciosa que escuche ese día. —Menti con una falsa sonrisa. —Leclerc es el hombre menos indicado para hablar de mi o testificar sobre los rumores, no me conoce en lo absoluto.
—Pero se les veía muy unidos, hasta se los vio juntos en un concierto de Taylor Swift. —dijo una al fondo de la sala.
—Ambos somos libra, éramos incompatibles. —Bromee.
—¿Crees que eso influyó en los accidentes que tuvieron ambos en Monza? —pregunto uno, rubio y ojos color miel situado en el medio. Lo mire atenta, creo que de algún lado lo conozco.
—Los accidentes en pista suceden todo el tiempo, pero claro que el de Leclerc contra mi fue a propósito, de eso no creo que haya dudas. —Le sonreí al periodista, que reitero, en algún lado lo he visto. Era buena recordando nombres, pero no caras.
—¿Dices qué fue intencional que Charles te haya sacado de pista en la primera vuelta?
—Por supuesto que si. —dije como si fuera lo más obvio del mundo. —No se que tan malo puede ser su auto o que tan nulas deben ser sus estrategias y habilidades como para que su única opción sea sacarme de pista... Oh esperen, si lo sé, es pésimo.
Me hice la sorprendida tirándome en la silla. Los periodistas empezaban a tomar fotos y notas como si de eso dependiera su vida, y es que bueno, de alguna forma lo hace. En fin. Christian me miraba con reproche, pues había hecho exactamente lo que el no quería que hiciera, no se cómo le hace para seguir manteniendo su paciencia conmigo. Menos mal y no había prometido nada.