Flufftober 2024

Compras

La mañana estaba soleada en el pueblo cercano al Santuario, y Aioria y Deathmask caminaban juntos por la calle principal, rodeados de coloridos puestos de mercado. La brisa ligera acariciaba sus rostros mientras los aromas de frutas frescas y pan recién horneado llenaban el aire. Era su primera salida a hacer compras desde que se habían convertido en pareja, y aunque la idea parecía sencilla, ambos estaban visiblemente emocionados.

—Así que, según esta lista, necesitamos arroz, verduras y... ¿qué más? —dijo Aioria, mirando el papel que sostenía en la mano.

Deathmask, caminando a su lado con las manos en los bolsillos, hizo una mueca.

—¿Por qué tenemos que comprar apio, arroz? Esto es peor que dejar qué Dite haga las compras —protestó, con un tono que se acercaba más a un puchero que a una queja genuina. Aioria se detuvo y lo miró con una sonrisa divertida.

—¿Qué prefieres? ¿Comer solo carne todos los días? Además, me gusta hacer un buen curry. Es saludable —Deathmask rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír al ver el entusiasmo de Aioria.

—¿Y si, en vez de eso, compramos unas buenas piezas de carne y unos vinos? Así al menos cenamos como se debe —sugirió, levantando una ceja. Aioria lo miró, dudando.

—Eso suena tentador, pero no podemos vivir solo de carne y vino, Deathmask. Recuerda que debemos llevar una dieta equilibrada —regañó, Deathmask hizo un gesto dramático.

—Y yo qué pensé que Shura era disciplinado. Es solo una compra de comestibles, no nos hará daño si somos menos rigurosos.

—Esto es un hogar, no un bar —respondió Aioria con una risa—. La cocina necesita un poco de amor, no solo alcohol.

Deathmask se cruzó de brazos, un gesto que hacía que su expresión fuera aún más cómica.

—Está bien, entonces —dijo finalmente, rindiéndose—. Pero solo si al final me prometes que podemos pasar por la pastelería y comprar un pastel.

Aioria sonrió, sintiendo que había ganado una pequeña batalla.

—¡Hecho! Pero sólo si me ayudas a llevar todas las bolsas.

—Trato.

Siguieron caminando en medio de risas y pequeñas discusiones, descubrieron que esas sencillas salidas se convertirían en momentos valiosos que llenaban su vida juntos de significado.