𝐔𝐧 𝐚ñ𝐨 𝐡𝐚𝐛í𝐚 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐛𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐏𝐚𝐧𝐬𝐲 𝐲 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞, 𝐲 𝐥𝐚 𝐝𝐞 𝐁𝐥𝐚𝐢𝐬𝐞 𝐲 𝐑𝐨𝐧, 𝐞𝐯𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚𝐛𝐚𝐧 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐦𝐞𝐦𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝𝐚𝐭𝐨𝐫𝐢𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐬𝐮𝐬 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬. La boda de Blaise y Ron había sido una ceremonia sofisticada y elegante, celebrada en una mansión antigua que había sido transformada con un estilo moderno: cortinas de terciopelo negro, candelabros dorados que caían del techo y luces cálidas que iluminaban la sala. Los detalles innovadores incluían mesas interactivas que proyectaban los recuerdos de los novios en hologramas y una pista de baile que cambiaba de color al compás de la música. Un lujo que Blaise no dejaría pasar.
Por otro lado, la boda de Pansy y Hermione fue un cuento de hadas de la Edad Media. Celebrada en un castillo en las afueras de Escocia, tanto Pansy como Hermione lucían vestidos de novia que parecían sacados de un libro de princesas: mangas largas, corsés ajustados, faldas amplias con encajes delicados. La decoración era simple, pero romántica; antorchas, banderolas colgantes y una iluminación tenue que hacía que todo pareciera sacado de otra época. La ceremonia estuvo envuelta en un ambiente de amor profundo y compromiso.
Draco, aunque disfrutó cada una de estas bodas, no pudo evitar preguntarse cuándo llegaría su propio momento con Harry. La propuesta estaba sobre la mesa desde hacía tiempo, pero Harry no había formalizado el pedido. Los nervios comenzaban a transformarse en inseguridad. ¿Por qué Harry aún no había dado ese paso? Aunque no lo admitía, esa pequeña duda lo seguía a donde fuera.
A lo largo de ese mismo año, Draco y Harry tomaron una decisión trascendental en su vida juntos: adoptaron oficialmente a Teddy como su hijo. Aunque Teddy siempre supo quiénes fueron sus padres biológicos, jamás dudó del amor que tenía por Draco y Harry. Con el tiempo, empezó a presentarse con orgullo como Teddy Potter-Malfoy, y no había lugar en el que no presumiera su nuevo apellido con una sonrisa resplandeciente.
El año también trajo nuevas sorpresas para Draco, quien había sido nombrado Jefe de Inefables, destacándose rápidamente entre los recién llegados gracias a su experiencia como Auror. Era conocido por haber derrotado a varios aurores de alto rango en duelos, aunque él sabía que la verdadera razón de esos enfrentamientos era un secreto que guardaba celosamente. Por su parte, Harry había pasado el año viajando por misiones relacionadas con su trabajo como Jefe de Aurores, aunque eso no frenó los planes que tenían para su futuro juntos. Constantemente se enviaban ideas sobre cómo querían que fuera su nuevo hogar, asegurándose, en especial, de evitar cualquier casa con almacenes bajo las escaleras, algo que Draco descartaba al instante.
En una de esas visitas a propiedades con Teddy, después de inspeccionar una casa en los suburbios, Draco llamó a su pequeño.
—¿Listo? —preguntó cuando Teddy apareció con el ceño fruncido.
—No me gusta. Tiene un aura rara —respondió Teddy mientras su cabello cambiaba a un gris apagado, reflejando su desánimo.
Draco asintió y se volvió hacia el vendedor con una sonrisa cordial pero firme.
—Gracias por la oferta, pero mi hijo tiene la última palabra —dijo, extendiendo la mano para que Teddy la tomara—. Vamos, cariño.
Teddy sonrió de inmediato y ambos se alejaron, dejando atrás la casa y sus malas vibras.
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𝐿𝑜𝓋𝑒 𝒢𝒶𝓂𝑒 (𝐻𝒜𝑅𝒞𝒪)
FantasyDraco debe enfrentarse a la temida "Independencia" de un hombre con mayoría de edad. Pero, ¿cómo podría hacerlo si siempre le dieron todo en bandeja de plata? Si era inteligente, guapo y atractivo, pero ¿eso que tenía que ver con ser independiente...