Nanuk
—Una humana... una humana igual que tu madre. Creí que te fijarías en una de los nuestros, pero vienes con una chica. —La sonrisa de mi padre se desvanece. No sé cómo tomarla, si está enfadado, contento o, la verdad, no entiendo su reacción.
—Padre, no fue algo que yo planeara. Simplemente la vi y ya no pude dejar de pensar en ella.
—No te confundas, hijo. Respeto tu elección; los dioses actúan de manera que no entendemos. No te preocupes por los miembros del consejo, ya has demostrado que no solo eres mi hijo, sino que eres el mejor guerrero de esta manada —Me relajo.
—Ella ha luchado por su vida... —Guardo silencio.
—¿Qué ha sido de quienes la atacaron? Espero que hayan recibido su merecido —Gruñe mi padre.
—Así fue, padre. En cuanto al ataque de Yumanaki... llegamos a tiempo, sin embargo, el desgraciado logró escapar de nuevo. Alguien le está ayudando...—
Me quedo pensando.
—¿Qué insinúas? —me increpa mi padre.
—¿No te parece extraño que, cada vez que llegamos, él ya se ha escapado? —
—Debemos dar con el soplón. Antes de que llegue el invierno— dice mi padre, apoyando mi teoría.
—Debemos reunir a toda la manada para presentar a tu pareja y a la de Drake. No creas que no me di cuenta del olor de él en ella. Así esas resbalosas dejarán de babear por ustedes —mi padre se burla.
—Padre, por ahora no quiero hacerlo del conocimiento de todos. Hasta que Magena esté recuperada del todo. Ahora lo que hay que hacer es entrenar a los nuevos guerreros. Tengo un mal presentimiento de que vamos a tener que luchar contra otro tipo de guerrero. El padre de Magena está involucrado con traficantes y quieren venderla como esclava para pagar sus deudas. Utilizan armas y presiento que en algún momento tendremos que enfrentarnos a ellos. No voy a permitir que se la lleven.
—Tranquilo, vamos a conocer a esa chica que te tiene como un tonto —sonreí.
—Tú también te pones tonto con mamá cuando estáis solos. —Me burlo de él.
Nos dirigimos a mi habitación. Espero que mi madre haya revisado a mi chica. Mi madre es una magnífica doctora. Abro la puerta y el olor a comida me inunda la nariz. Sonrío porque sé que ella se ha alimentado y deseo de todo corazón que recupere fuerzas, porque quiero hacerle el amor y quitarle ese olor de su cuerpo. Mi padre lo huele, pero sabiamente guarda silencio.
Mi madre me abraza y presenta formalmente a mi mujer. Luego nos dejan solos. La veo frágil, pero siento en ella una fuerza que me deja asombrado. Le cuento que, apenas se recupere, tomará su lugar en esta manada y que aprenderá a defenderse. Algo me dice que tendrá que aprender, porque no lo tendrá nada fácil aquí.
֎֎֎֎
Los siguientes días pasan tranquilos. Hemos comenzado con un nuevo grupo de jóvenes guerreros y Magena se ha ido recuperando poco a poco. No sale mucho de la habitación, solo cuando Anika decide acompañarla a dar algunas cortas caminatas por los jardines.
Hoy he salido muy temprano para una larga y extenuante sesión de entrenamiento y he dejado a mi chica durmiendo como un bebé, porque esta noche no dormirá. He notado que camina mejor y necesito que lleve mi olor antes de la presentación ante la manada, aunque sé que ya se ha corrido el rumor.
—Oye, amigo. Hoy tenemos más espectadoras de lo normal —bufa Drake.
Las mujeres se han vuelto muy insinuantes, no les importa que Anika esté presente, aun así, se le insinúan.
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La Perdición del Kodiak
FantasyEsta historia es completamente mía, la portada, ya que yo la diseñé, los nombres de los personajes . Tos absolutamente todo me pertenece. Así que dejando claro el tema de propiedad; se prohíbe la adaptación, el uso de los personajes en cualquier par...