El invierno reino en silencio. Su llegada había traído mucha nieve a diferencia de otros años, pero lo pobladores estaban preparados para el cambio. La brisa helada besaba todos los días el rostro de los pobladores de Drawstone, posando en ellos un sonrojo propio del lugar.
La nieve se extendió por los campos, caminos y el bosque como un manto de pureza, pero su velo blanco era peligroso, porque muchos seres mágicos aparecían en estas temporadas. Como las aves lloradoras, animales salidos del mismo infierno que simulaban ser un llanto de un alguna persona para atraerlos a su muerte. Los osos gélidos, animales feroces qué se alimentaban del calor humano y tenían unas garras horribles en su ataque.
Las noches oscuras y profundas invernales, obligaron a utilizar más de una frazada para soportarlo. La leña empezó a escasear. Tristán era muy cuidadoso con los árboles. Si se cortaban dos, tenían que plantarse cinco. Drawstone era una población algo grande, así que, utilizaron los minerales como el carbón para ayudarse. No importaba si ya no lo podían vender, el pueblo era lo primero. Además, los recursos eran generosos, para dar una vida honorable al pueblo.
Al transcurrir las semanas, fue un tiempo de reflexión para Tristán. El caballero no dejaba de contemplar a su esposa, con el más grande amor que se hubiera visto, pero la sentía tan lejos. Eliana había puesto entre ellos un abismo, y no dejaba que se le acercara, guardaba silencio cuando estaban solos. Un día Collete la convenció para que volviera a cenar con todos, pero nada volvió a ser lo mismo. Todos los habían notado, pero pocos lo comentaban. Incluso había dejado de usar los vestidos y accesorios exclusivos para ella. Eliana usaba vestidos típicos de Broshewd y los pocos aretes que había traído de su antiguo hogar. Mostrándose reacia a volver a verlo. Los papeles se habían invertido, hace unas semanas ella era quien le rogaba un poco de atención, ahora era él, quien quería verla.
La joven estaba enfocada con su nuevo propósito, tratar que toda la población joven de Drawstone, pudiera escribir y leer. Su relación con su esposo, era como el invierno que pasaban. Tristán podría ser todo lo que el mundo hablaban, pero le habían dolido sus crueles insinuaciones. Quizá fue su error acercase a Arthur, no debía de olvidar su posición. Ella era su señora y él, su caballero, pero también le tenia aprecio, como un amigo o un hermano mayor. Había sido el único que le había tratado bien desde el principio. Además, ante sus ojos Arthur era incapaz de sentirse atraído por ella. La futura escuela, estaba yendo por buen camino, pero, había tenido ayuda de su esposo. Quien, había ordenado a reparar la iglesia abandonada, que estaba a las afueras del pueblo. Su espacio podría albergar a los niños y adolescentes. No esperaba tener su aprobación, fue una sorpresa para ella. Cuando Benedict y un buen nutrido grupo de caballeros, llegaron con herramientas y materiales para la reparación del recinto.
Era poco más de medio día, Eliana tenía que ir al bosque a recolectar algunas hiervas medicinales. Algunos niños tenían dolor de estómago, intuía lo que les pasaba. Habían estado tomando agua sin hervir, por eso tenían esos dolores. El curador del pueblo estaba algo atareado, porque con el invierno, algunas enfermedades comenzaron a propagarse por Drawstone. La población de ancianos solía enfermarse por estas fechas, así que, de los niños se encargaría ella. Olga la estaba esperando cerca de la puerta norte del castillo, estaba con un buen ánimo.
—Tristán más despacio —se quejó Camille.
—¡vamos con el curador, tienes un desgarro!
—eso te pasa por tonta —se burló Benedict.
—Lo dice el caballero, al quien le acabo de patear el trasero.
Los caballeros de Drawstone entrenaban, contra viento, marea o nieve. Por eso, eran considerados los más feroces de todo el mundo. Su infantería era la más respetada alrededor del mundo, sus arqueros con la mejor puntería y su grupo de asalto los más certeros. Un solo caballero equivalía por decenas de otros reinos, estos bailaban con la muerte si era necesario y cuando había una pérdida, se les rendía el respeto que se merecía.

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El listón gris ©
RomanceEliana y Tristán son dos personas completamente diferentes, que unirán sus vidas en un matrimonio por conveniencia. Ella está enamorada de otro y él un enigma en todas sus letras. Dos mundos distintos marcados por la desgracia. La búsqueda de su nue...