Capítulo 61

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—Iré por ayuda.

—¡No!

De una manera que Lior no esperaba reaccionar, el grito lo estremeció de pies a cabeza y el cuerpo en el piso, débil y frágil, se levantó y se tambaleó hacia él. El pelinegro se apresuró a sostenerlo entre sus brazos y el omega un poco más alto empezó a temblar violentamente.

—No... por favor...—La voz de Mikkael era sumamente suave, como si el aliento no le alcanzará para buscar su voz—. No pueden saberlo, no pueden verme así, por favor...

Andersen rodeó a Lior, con su pesado cuerpo contra el suyo, y suplicó y lloró que no buscara ayuda. Sin embargo, aunque la petición se escuchaba triste y desgarradora, mientras que Lior ponía sus ojos sobre el charco de sangre que se extendía, su raciocinio iba a una velocidad tan intensa que solo alcanzó a poner una expresión severa antes de negarse duramente.

—Ni hablar.

Alejando al chico del débil abrazo, Lior lo dejó sobre la taza del baño y salió rápidamente de ahí. El corazón del pelinegro, que latía sin parar, era una clara señal de que podía estar entrando en pánico, y de que esa era la razón por la tropezó cuando entró a su habitación, al mismo tiempo que su cuerpo tiritaba sin parar.

Tomando en sus manos el teléfono, el omega marcó al servicio de emergencia del hotel y explicó la situación.

—Está en el baño que se encuentra en el piso siete, último cubículo. Necesita ayuda urgente —Mientras que al otro lado le respondian, Lior estaba marcando a su celular el número de Cindy—. Estaba tirado en el piso desangrándose...no, estaba consciente.

Al ver que la llamada era contestada por su asistente, Lior la puso en altavoz y le exigió a Cindy que viniera a su habitación. Antes de colgar, la chica ya estaba tocando su puerta.

—Una última cosa, necesito que mantengan la identidad del implicado en absoluto secreto. Tomen todas las medidas necesarias para asegurar que esta información se mantenga confidencial. Yo me encargaré de que no haya tanta repercusión, pero realmente necesito su ayuda.

Cuando la llamada finalizó, Lior colgó y se dirigió a la puerta, en donde le esperaba Cindy con el traje improvisado de trabajo, y un poco de mascarilla en la cara que no logró lavarse a tiempo.

—Ven conmigo —Al ver el comportamiento errático de su jefe, Cindy se asustó doblemente. Si recibir una llamada a plena madrugada no era extraño, que le pidiera ir a su habitación sí lo era—. No importa lo que veas, solo no vayas a gritar.

La advertencia aterrorizó más a Cindy. La joven asistente asintió efusivamente y juntos se adentraron al baño, que a esa hora de la madrugada estaba desolado y solo tenía en el la pobre alma de Mikkel. Cuando Lenox entró y vio a su ídolo lleno de sangre y perdiendo la conciencia, se llevó las manos a la boca y ahogó un grito.

—Hey, necesito que me digas cuál es tu habitación.

Mientras que Lior le preguntaba al chico, Cindy pensó tantas cosas que al final la que podría haberse desmayado primero podía ser ella. ¿Qué hacía Mikkel Andersen de esa forma? ¿Y por qué estaba implicado en ello su jefe? Un lado irracional de su ser, totalmente fuera de sí e impulsivo, saltó a la idea de que Lior era el culpable de la situación, como si estuviera frente a alguien peligroso, hasta que ella misma se dio una cachetada mental y reaccionó a la voz del omega.

—Cindy, iré a la habitación de Mikkel y traeré un par de cosas. Quédate aquí, vigílalo y mira la puerta. Llamé al servicio de emergencia, así que no demorarán en subir hasta acá.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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