Demon Slayer: El viaje silencioso

151 Entrenamiento de jóvenes

[Punto de vista de Seiji]

(Al día siguiente)

Habían pasado tres días desde que me desperté y aún me estaba recuperando antes de salir a cumplir mis objetivos. Cada día me sentía mejor y debería poder salir pronto.

"¿Y qué puedes hacer?", le pregunté al chico que tenía delante. No sabía por qué, pero parecía muy incómodo conmigo. Su lenguaje corporal era muy diverso.

Tal vez fue porque lo saqué de la cama y lo llevé al campo de entrenamiento tan temprano en la mañana.

"¿Sé tocar muy bien el shamisen?" dijo inseguro.

Parpadeé como un búho.

"Genial, pero no tanto, porque soy sordo", dije. El shamisen era básicamente una guitarra japonesa.

"El Maestro me lo dijo. No me imagino cómo será, ya que tengo muy buen oído", dijo, con un lenguaje corporal descontrolado otra vez. Era difícil interpretarlo. "Lo siento".

Me obligué a sonreír, ya que parecía ponerlo muy nervioso. "No tienes que estar tan nervioso conmigo, niño. No soy como el viejo. No te obligaré a entrenar si no quieres".

"¿En serio?" se animó.

—No —dije sin piedad. Su hombro se desplomó, decepcionado.

"Jigoro me ha hablado mucho de ti y sé que nunca te rindes durante el entrenamiento. Así que hoy encontraremos la respuesta a mi pregunta: '¿Qué puedes hacer?'", dije, y saqué un palo.

Zenitsu era uno de los personajes más talentosos del elenco de Demon Slayer. Diría que era tan talentoso como el propio Muichiro, considerando que nunca se entregó por completo al entrenamiento desde el principio. De hecho, se contenía tanto que su estado inconsciente era más fuerte que él al principio.

Imagínense a Zenitsu con el arduo trabajo de Tanjiro.

No permitiré esas cosas esta vez. Después de tomar alumnos, me di cuenta de que me encanta pulir gemas como él.

Y era una joya sin igual. Sobre todo ahora que veía de primera mano lo especial que era su físico. No solo era talentoso, sino que tenía un cuerpo especial como el de Gyomei y Mitsuri.

Lo obligaría a alcanzar todo su potencial si fuera necesario.

Esto es abuso infantil y no lo voy a negar.

"¿Ves esto?", pregunté, y le mostré el palo que tenía en la mano. Era delgado y largo, de esos que infligían un dolor increíble sin apenas dañar el cuerpo.

Con la flexibilidad del palo, casi parecía un látigo. Le di algunos golpes y emitió un silbido al cortar el aire.

"A partir de hoy, este será tu peor enemigo. Lo usaré para disciplinarte cada vez que vea que te estás conteniendo y créeme..." mis ojos brillaron al mirarlo, "Sabré cuándo te estás conteniendo".

"¡Eeep!" prácticamente se encoge como un conejo.

"P-Pero ¿qué pasa si me lastimo gravemente?"

—Por eso no uso un palo más grande y no te preocupes, aunque sufras heridas leves, la Mansión Mariposa es un hospital —le mostré mi clásica sonrisa que desprendía malas vibras.

"Te doy diez segundos", le ofrecí amablemente, "Corre".

Y así huyó. Zenitsu no perdió tiempo y se alejó de mí. Se fue con un estruendo que no me molestó, pero sí a todos los demás en la mansión.

"Trueno y Flash", era una raya amarilla de velocidad cuando salió corriendo por la puerta principal de la mansión.

«Nada mal», pensé mientras observaba su espalda alejarse. Realmente necesitaba ser más refinado; su talento lo agobiaba demasiado.