W.O.L.F: Luz de Luna | Libro #2 |

Capítulo 16

- Tienes el don de la destrucción.

Una voz resonó en todo el lugar, busque a la persona pero sólo lo que veía era oscuridad.

- Naciste para destruir y así sera tu destino.

La voz volvió a hablar y de la oscuridad unos ojos rojos se acercaban a mi, la oscuridad se dispersó y una versión mía apareció delante de mi, mi cabello era más largo y llevaba una ropa muy ajustada algo que no utilizaría. Sus ojos estaban cerrados hasta que los abrió, el rojo oscuro que tendría un lobo alfa yacían en los de mi otro yo.

-Este es nuestro destino.

Hablo y luego gruñó sacando sus colmillos y garras, con un movimiento salto sobre mi.

Me senté en la cama exaltada y mire a mi alrededor, seguía en la casa de George en mi vieja habitación, está estaba un poco oscura debido a que ya el sol se está ocultando. Toque mi frente y estaba mojada, creí que los sueños extraños habían acabado. Ver esa versión de mi me causó escalofríos, era mi misma imagen pero a la vez era tan distinta, llena de odio. Sus ojos de Alfa me sorprendieron más, la única manera de que me convierta en Alfa sería asesinando a un inocente y yo prometí no volverlo a hacer. Ni porqué mi vida dependiera de eso.

La puerta de mi habitación se abrió y Derek se asomó en ella, el frunció su ceño cuando me vio sentada en medio de la cama mirando a la nada.

- ¿Estas bien? -Pregunto Derek, él se sentó al frente de mi y tomo mi mejilla en una de sus manos.

- Si -Le respondí-. Fue solo una pesadilla.

- Había olvidado que tenías de esos -él tomo un mechón de mi cabello y lo coloca detrás mi oreja - ¿Volvieron por lo que te dijo George?

Asentí.

- Parece que la noticia en vez de alegrarme comienza a perturbar mi sueños - Suspire cansada.

- Veras que todo saldrá bien, mientras mas sepas de tu don te hará bien, hasta podrías aprender a utilizarlo para saber cuando atacara algún enemigo.

Derek tenia razón, debía aprender a utilizarlo, yo solo esperaba la hora de que una visión llegara, pero no sabia como hacer que llegaran a mi.

- Tienes razón.

- Bien, hay que bajar, Charlie fue a mi habitación avisando que la cena estaba lista y dejo en mis manos despertarte.

Yo sonreí y con la ayuda de Derek baje de la cama, ambos caminamos a la puerta y salimos al pasillo de las habitaciones, bajamos las escaleras hasta la cocina y allí ya la mesa estaba puesta, George estaba en la punta de la mesa, Charlie nos llamo con la mano y aparto dos sillas donde Derek y yo nos sentaríamos, ella se sentó del otro lado al frente de nosotros.

- Disfruten -Nos dice mi abuelo y veo la comida que esta delante de mi, Charlie preparo filetes con papas, algo de arroz y guisantes. Probé un poco y sonreí, ya extrañaba la comida de Charlie.

Todos comíamos en silencio, tal vez George no quería retomar la conversación durante la comida y aunque quería seguir hablando de aquello agradecía que no lo hiciera, volver a hablar de ello me quitaría el apetito. Mire a Charlie de reojo, aunque ella tenia mi edad Charlie se veía un poco mayor que yo, su cabello es negro y largo igual que el de George, su piel era un poco mas oscura que la mía, era obvio que ella y George eran familia, mirándome a mi con mi piel pálida y ojos mieles no pegaba en esta familia, me sorprende que solo mi padre lograra engañarnos tan cruelmente haciéndonos creer que tenia una familia feliz, cuando el tenia tantos secretos.