Capítulo 17

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Tris

2:35 am.

Alguien abre la puerta. Yo abro los ojos e inmediatamente escucho el llanto.

Prendo la lámpara que esta en la mesita de noche y me levanto lentamente, apoyándome en los antebrazos y enseguida reconozco una pequeña figura parada en la puerta con un oso de peluche entre sus brazos.

—¿Annie?— solloza y me levanto lo más rápido que me permiten los brazos de Tobias— ¿Qué pasa, princesa? ¿Estás bien?

Me inclino hacia al frente y veo las lágrimas correr por sus mejillas.

—¡Me siento mal!— solloza otra vez.

Coloco mi mano en su frente

—Amor, estas hirviendo— la levanto del suelo y volteo para despertar a Tobias, pero él ya se esta poniendo la camiseta.

—Ven aquí, princesa.— susurra Tobias, tomando a Annie de mis brazos.

Tomo los primero zapatos que veo y una chaqueta. Tobias le pone a Annie una cobija encima, para que no sienta frío, toma su celular, las llaves de su camioneta y bajamos las escaleras casi corriendo.

Tobias

Por suerte, las calles están casi vacías y me permiten acelerar. Annie todavia llora y Tris trata de calmarla, sin embargo no lo logra, puesto que ella también esta alterada.

—¿Que te duele, princesa?— pregunto sin despear los ojos de la carretera

—La cabeza... me duele— se sorbe los mocos y solloza— Y teno mucho calor

Estoy a punto de abrir la boca pero Tris habla primero.

—Tiene calentura y si le quito la cobija y siente el aire frío se pondrá peor

Annie rodea a su mamá con los brazos y esconde la cabeza en su cuello, mientras las lagrimas corren por sus mejillas

Me estaciono frente al hospital y Tris baja lo más rápido posible. Bajo junto a ella y en ese momento Annie saca su cabecita de la cobija y se inclina a un lado para vomitar la cena.

Tris la baja y mi niña posa los pies en el suelo, mientras mi esposa sujeta la cobija sobre sus hombros yo le apartó el cabello de la cara y le acaricio la espalda en círculos mientras ella vacía su estómago.

Una doctora sale del hospital y sus pasos resuenan mientras se dirige a nosotros.

—¿Tobias? ¿Annie?— pregunta la voz de mi hermana— Oh, peque... Aguarden, voy por una camilla.

Mi princesa llora y se inclina ante las arcadas que le produce el vomito.

—Tranquila, amor, esta bien.— la calma Tris— Respira, tranquila

Unos enfermeros llegan con una camilla, seguidos por Scarlett.

Cuando el vomito de Annie se detiene, la cargo, colocando un brazo bajo sus rodillas y otro en su espalda, y la recuesto.

Annie se encoge, abrazando sus rodillas contra su pecho, mientras los enfermeros arrastran la camilla al interior del edificio.

Tris toma mi mano y puedo sentir el pulso acelerado sobre su piel.

La recorro de pies a cabeza con la mirada y noto que trae un camisón blanco que le llega a mitad del muslo, los tacones negros, razón por la cual llega a la altura de mis ojos, y una chaqueta negra. Tal vez no sea el momento... pero luce preciosa.

—Bueno... mientras solo haya enfermeras— musito, aunque sé que escuchó.

Empezamos a subir los escalones de la entrada, siguiendo a la camilla y, como el mundo conspira en mi contra, hay un par de guardias, hombres, y ambos escanean a Tris de arriba a abajo.

Les lanzo una mirada asesina y los dos apartan la vista de las piernas de MI chica.

Bien.

La camilla cruza unas puertas de cristal y la seguimos. Cuando estamos adentro Scarlett y una doctora más la checan.

Mi pequeña nos mira con ojitos vidriosos.

—No me gusta los hospitales.— declara con unas lágrimas escurriendo por sus mejillas, se las limpio con el pulgar.

—Te prometo que iremos a casa después de esto ¿Si?

Ella asiente y Tris le toma la mano observando a Scar, quien tiene una jeringa en la mano con un liquido ligeramente rojizo.

—Se la voy a inyectar— Scarlett solo mueve los labios sin emitir sonido. Yo solo asiento y Tris mira con detenimiento a nuestra pequeña, esperando su reacción. Scar pone un poco de antiséptico en un algodón y luego limpia una pequeña zona del hombro de Annie. Inmediatamente, antes de que Annie tenga idea de lo que sucede, mi hermana le inserta la aguja. Mi princesa suelta un alarido, mientras le aprieta la mano a su madre.

Solloza y voltea a ver a su tía, Scarlett aprieta el émbolo, y saca rápidamente la aguja. Annie mira su hombro con detenimiento y mas lagrimas se derraman de sus ojos.

—Listo, ya está, ya está. — anuncia Scar mientras le pone un curita en el pequeño punto de sangre. Annie corre a los brazos de Tris. Ella la abraza.

—Eres muy valiente, mi amor.— dice con una sonrisa.

—Bien, peque.— dice mi hermana— Te vas a tener que tomar una pastillita todos los días y tomar una cucharada de jarabe por las mañanas, ¿Esta bien?— Annie asiente.

—¿Ya no me voy a sentir mal?

—Si te tomas las medicinas, ya no.

—Es un resfriado, nada grave — esta vez habla la otra doctora—. El dolor de cabeza lo causó la temperatura elevada o calentura. Al igual que el vomito. Necesita tomar muchos líquidos, salir bien abrigada. Las pastillas son para la temperatura y el jarabe para reforzar su sistema inmunológico.

—Muchas gracias.— nos despedimos y salimos del consultorio. Mientras estamos pidiendo las medicinas en recepción pasan un par de chicos (un par de años menores que yo) al lado de Tris y la escanean de arriba a abajo.

—Si mas chicas llegan así, vuelvo a quedarme en el turno nocturno.

Idiota #1 e Idiota #2 chocan los cinco como si fuera la cosa más divertida del mundo. Agradezco que me den las medicinas antes de que los golpee.

Tris

—Eres algo celoso— señalo, ya dentro del carro. Annie viene dormida en el asiento de atrás.

—Se lo merecía, amor.— responde Tobias, poniendo el auto en marcha.

—Lo golpeaste— susurro/grito volteando a ver.

—Oye, si lo ponen como guardia en un hospital, el punto es que CUIDE el hospital, no que le vea las piernas a mi esposa y mucho menos que le silbe.

—Esta bien, eso de que me silbe lo entiendo— asiento— pero no me estaba viendo las piernas.

—Tienes razón, no te estaba viendo las piernas— sonríe y me voltea a ver— te estaba viendo el trasero

—Eres imposible

—Y tú una ingenua— y nos empezamos a reír.

Tobias

Ella es el amor de mi vida. Y no porque estemos casados "hasta que la muerte nos separe", no; sino porque me puedo volver a enamorar de ella todos los días, sea con una sonrisa, una mirada, una palabra o un beso. La mayoría cree que nuestra intimidad a desaparecido debido a Annie, pero no es así. Nos amamos y nuestra hija es la mayor prueba de ello.

Ella y yo nos entregamos el uno al otro, sea de una forma u otra.

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Editado 💜

Holaaaaa, lo sé, ha sido un largo tiempo, pero mis proyectos no me dejaban ni respirar. Este capítulo no lo edite mucho, me gusta cómo está escrito y espero a ustedes también 😁

¿Les gustó? ¿Cómo han estado? ❤️ Espero disfruten esta historia tanto como yo, gracias por leer 😻

Bananas para ustedes

-Dana

Vivir por ti (Divergente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora