Capítulo 11, Ángel, 13 de marzo de 1993

56 9 11
                                    

-¿Quién eres?

-Ángel González

-¿Acaso solo eres un nombre?

-No, pero así es como todos me conocen.

-Todos no. Ángel González es un poeta español del siglo XX. Le gustaba a tu madre, y aprovechando que el apellido de tu padre es González, debido a sus orígenes hispanos a pesar de haber nacido en Estados Unidos, te llamó Ángel en honor del poeta. Si solo dices tu nombre corres el riesgo de que los demás te confundan.

-¿Me confundirán ahora?

-Ahora no. En la historia.

Abrió los ojos después de la cabezada que había dado. Aunque Johnny se molestó un poco cuando Ángel le pidió si podría echarse un rato en su cama, comprendió que él no era un chico muy animado, y se cansaba de la multitud con facilidad. Johnny era la única persona del instituto que sentía cierto aprecio por Ángel, aunque realmente ese aprecio era más por pena que por amistad, ya que Johnny odiaba ver a alguien triste y solitario, aunque, incluso para alguien con esa mentalidad, Ángel era un chico con una personalidad demasiada extraña, por lo que, aunque se acercaba más que cualquier otro, nunca llegó a querer conocerlo del todo.

Ángel se desperezó en el cuarto de su amigo, lleno de comics de Batman y libros de autores famosos que nadie con la edad de Johnny y Ángel conocerían, por lo que el crío no tardó en pensar que los padres se los había puesto allí para decorar o para hacer creer a sus invitados que su hijo era alguien culto. Desde luego, los padres de Johnny eran muy ricos: su padre poseía varias tiendas de ropa, y su madre era dueña de un hotel muy prestigioso, y además cumplían con el estereotipo de gente rica: se creían superior a los demás, como si vivieran a otro nivel y el resto del mundo fuera escoria a su lado, pero disimulaban este pensamiento con su hijo, a quienes decían criar "desde la honestidad, el respeto y la comprensión con los demás". A Ángel le resultaba deprimente esa forma de ser, pero al fin de al cabo eran los padres de la única persona que a veces le trataba, así que no podía quejarse.

Salió afuera para ver como los demás bailaban y disfrutaban de la pequeña fiesta improvisada de Johnny. Ángel tomó un refresco y se sentó en una esquina, ya que no sabía cómo integrarse entre los demás: se sentía un bicho raro. Observó como la chica que había deseado desde el primer día en que la vio bailaba con aquel novio suyo que Ángel odiaba. Se imaginaba situaciones en las que ella dejaba a aquél idiota y empezaba a salir con él, pero solo eran paranoias mentales en las que Ángel se refugiaba para evadirse, aunque la realidad es que aquella chica de pelo rubio y ojos claros y preciosos nunca se fijaría en él, ¿Quién iba a querer a un chico tan raro, inútil y desgraciado? "Y además estoy roto" dijo Ángel para sí mismo.

Durante un buen rato, Ángel decidió parar de lamentarse en silencio e intentó pasárselo bien y adaptarse en la fiesta, pero todos los rechazaban, y no tardaron en surgir murmullos criticando al chico en todos sus aspectos: que era feo, que era un amargado... pero curiosamente, ni ese día ni nunca antes, alguien se acercó a preguntarle sobre su situación personal. Cuando Ángel se percató de esto sintió una rabia enorme, pero se calló, y en cuanto tuvo la oportunidad se despidió de Johnny diciendo que le dolía la cabeza y se fue a su casa, donde se volvió a recordar lo desgraciado que era. "Solo, sin amigos, sin familia, inútil en todos los sentidos y roto" Se dijo a sí mismo.

Finalmente, continuó haciendo lo indicado para que el tulpa cobrara vida.

Areté #PGP2016Where stories live. Discover now