Capítulo 22, Los siete dólares, 10 de agosto de 2015

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Capítulo 22

Los siete dólares

10 de agosto de 2015

-No sé el porqué de tanta discusión, a fin de cuentas solo es un grupo más, ¡como si esta fuera la primera vez que nos enfrentamos a una amenaza anarquista! –el alemán hablaba con muchísima confianza, como si todo fuera un tema secundario.

Esta vez, en la misma casa que la última reunión, solo se hallaban el alemán, el francés, el español y la italiana. Los demás no pudieron acudir por motivos de trabajo, además, esa reunión no era tan importante.

-Yo no pienso así –se pronunció la italiana-, llevamos tiempo ignorando estos pequeños "cabos sueltos" y dedicándonos a otros asuntos, también muy importantes desde luego, pero recordemos que el mundo lleva mucho tiempo conteniendo las ganas de revelarse, a pesar del nuevo papa que hemos conseguido colocar junto con sus ideas progresivas y los partidos progresistas que ha nacido en España y Grecia: son puntos que han calmado la situación y han dado esperanza, pero solo se ha quedado en eso, y la gente va a explotar, solo necesitan un detonante, y ese detonante puede ser este pequeño grupo anarquista.

-¿De verdad nos estamos preocupando por media docena de gilipollas que saben hacer explosivos? –reprochó el francés.

-Sí –afirmó la italiana-, en Estados Unidos todo puede ser el detonante, y no solo eso, he recibido rumores de que Michael Highstreet está colaborando con ellos.

-¿Otra vez es noticia el puto Highstreet? –Habló el español-, ¿también lo vamos a relacionar con las desapariciones?

-¿Desapariciones? –dijo el alemán.

-En diversos puntos del mundo están desapareciendo personas desde hace cinco años, pero no ha sido hasta ahora cuando me he percatado, ya que en el último mes han desaparecido catorce personas en la zona de Sudamérica.

-¿Algún patrón, italiana? –dijo el alemán.

-Todos son gente con pensamiento, según he investigado, con cierta moral revolucionaria; personas que quieren cambiarlo todo. Este patrón se repite con más personas de forma más destacable desde, como he dicho antes, cinco años, pero como acabo de decir, ahora es más pronunciado: catorce personas en Sudamérica, veinticuatro en España, ocho en Francia... todo en el último mes.

-Supe de las desapariciones –dijo el Francés-, pero no he sido capaz de asociarlo de esa manera.

-Yo tampoco –habló el español.

-¿Y crees que son integrantes de la banda anarquista esa por la que muestras tanto interés? –preguntó el alemán.

-No, para nada. A pesar de su pensamiento, no eran terroristas, y tampoco eran violentos, exceptuando algún que otro, claro. Son dos puntos diferentes, pero ambos importantes, y con esto llego al punto donde quería llegar: mientras yo investigo las desapariciones, necesito que uno de vosotros se halle en Estados Unidos, a poder ser en Nueva York, para vigilar a esta nueva amenaza; aún no han hecho nada serio, solo se han pronunciado, pero pronto harán algo, ¿quién iría?

-España no puede quedarse sin uno de nosotros, tal y como está la situación, y además, estoy ocupado intentando concienciar a la población, siempre de forma indirecta, de lo horrible que son las corridas de toros.

-No te preocupes Español –dijo el Francés-, yo iré, conozco allí a un colega que me ayudará a buscar un piso, e ir a verle será una excusa.

Areté #PGP2016Where stories live. Discover now