Vanessa no sabe quien es, no sabe qué es, ni sabe nada de su niñez.
Tiene conciencia desde los 12 años, pero antes de eso no se acuerda nada. Lo que si sabe es que posee unos increíbles poderes, que en la historia de lo sobrenatural nunca ha pasado...
- ¿Quién lo encontró? - Pregunté tomando mi chaqueta.
- Kira, está bien pero tenemos que irnos...
- ¿Más asesinos?
- Puede que muchos más...
- ¿Diferentes a los que trataron de prendernos fuego?
- Creo que sí.
Scott se paró en el umbral de la puerta y casi me choco con él. Se dio vuelta para verle la cara a su beta más joven.
Me di vuelta para comprobar que le llamaba la atención. Liam estaba de pie mirando el casco que le entregó a él, luego de darme el mio. El chico no parecía tener ganas de ir con nosotros. Vi algo que me dolió por un instante en su rostro, miedo.
Scott y yo compartimos una mirada de entendimiento antes de que él cerrara la puerta y fuera a hablar con su beta.
-¿Que tal si te llevo a casa?
- No soy como ustedes... - Murmuró con vergüenza el chico.
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- No todavía. - Contesté.
- No quiero decir más fuerte o que nunca voy a aprender a mantener el control... me refiero a todo lo demás. - Miró a Scott antes de continuar. - Tú y tus amigos intentan proteger a todo el mundo. ¿Han estado haciendo eso todo el tiempo? Quiero decir... ¿cómo es que todos siguen vivos aún?
- No todos lo estamos...
No tuve que preguntarle a Scott a qué se refería con ese comentario. Ya lo sabía. El recuerdo de cuando le hice la misma pregunta, surgió a mi mente. No todos sobrevivieron a intentar proteger a todo el mundo, solo una no lo logró. El primer amor de Scott.
'' Semanas después de instalarme en la casa de los McCall, luego de pasar sufrimiento en México, tenía que sacarme una duda que me carcomía la cabeza desde que vi a lo que se dedican estos adolescentes.
Me acerqué al alpha que estaba ocupado leyendo un libro de su instituto. No me importaba interrumpir y se veía como si fuera a dormirse en cualquier momento.
- Entonces... ¿cómo es que ustedes, manada rara, sobrevivieron a todas sus aventuras? Quiero decir, no creo que sea solo suerte...
El alpha y el chico con serios problemas de hiperactividad me estuvieron contando todas las aventuras que tuvieron desde que Scott McCall recibió su mordida. Alphas gigantes, Kanimas, Druidas oscuros, manadas de alphas, Nogitsunes... no, la suerte no puede ser lo único a su favor.
El alpha me miró un segundo y luego desvió la vista y no contestó. Miró a un punto fijo sin ver en realidad, parecía estar en un punto muerto, pensando. Recordando.
- ¿Scott?
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