Desastres (rubelangel)

Desastres (Rubelange) Parte 2

Cuando volvió a despertar encontró a Mangel recostado junto a el en la cama de hospital, teniéndolo tan cerca, tan quieto se dedicó a observarle con paciencia, lo primero que vio fue un par de ojeras verdosas que ya decoraban sus ojos, cuánto tiempo llevaba ahí cuidándole mientras él se encontraba dormido a causa de la cantidad de heridas que cargaba ahora, Mangel siempre vigilante aun cuando no le viera, ese cabello revuelto tan de una persona agotada, miro con extrañeza la mano de su amigo que reposaba cerca de su rostro con tres de sus dedos enrollados en curaciones, tomo el brazo que reposaba tranquilo sobre su costado para observar que de la misma manera tenía otros tantos igual enrollados en seda, como se había echo aquello?

-No te angustiehs, no es nada grave valió toda la pena, te encontré.

Mangel había despertado cuando sintió que su brazo se separaba de la cintura de Rubius para abrir los ojos y encontrarle examinando sus dedos y sus palmas heridas.

-Que paso?- le miro sin soltarle entre susurros

-Para encontrarte tuve que rascar mucho, no tenía herramienta con que hacerlo así que mis manos no aguantaron unas cuantas de mis uñas se cayeron y demás, nada que no se pueda solucionar

-Mangel... gracias yo, te debó el estar aún aquí.

-Calla ya pesao

-Sabes, sé que no está ahí pero la siento todavía como si estuviera y duele mucho- Rubén bajo los ojos al hueco donde debería estar su pierna sin detenerse mucho a observar regresando la mirada a la cara de Mangel

-El medico dijo que pasaría, es como una especie de fantasma que desaparecerá cuando el cerebro entienda que ya no está- Mangel se acomodó algo nervioso, tenía que preguntar- recuerdas algo de ese día?

Rubén sabía a qué se refería específicamente, sentía el corazón en la garganta en ese momento, cerró los ojos

-Recuerdo todo- esbozo una pequeña sonrisa muy leve antes de volver a abrirlos pero sin mirarle a la cara- todo antes de que me sintiera que me reventaba y se pusiera todo negro, por una parte desearía no recordar tan fielmente cada instante- escucho a Mangel pasar saliva- por otro estoy confundido pero recuerdo lo que hice aunque no sé exactamente que pensar, solo sé que creo en ese instante lo necesitaba y joder Mangel siempre estás ahí tío, ¿Por qué mierda siempre estás ahí? – empezó a notar que sus malestares disminuían y por alaguna razón estaba escupiendo todo con una sinceridad que ni él se creía, sus palabras empezaron a atropellarse unas con otras- cada que me siento mal que necesito algo tranquilizador apareces de alguna manera, todo el tiempo estas en mi puta cabeza y enterrado ahí adentro creyendo que estaba perdido entra tu puta llamada, se corta y que sucede?, pues que mi puta mente se atasca de recuerdos nuestros cual gilipollas en mitad de la obscuridad tío! Y no podía dejar de pensar que pasase lo que pasase ibas a encontrarme, aun cuando yo ya no pudiese despertar ibas a sacar mi cuerpo de ahí y llevarle a casa, cuando...

En ese instante entro la enfermera sonriendo.

-Chico todo bien? Creo que te han puesto un medicamento para el dolor demasiado fuerte tu voz se empezó a escuchar en el pasillo-Mangel se bajó de la camilla para volver a sentarse en una silla junto a el donde había estado todas esas semanas cuidándole- espero que sean muy buenos amigos por que los medicamentos suelen dar arranques de sinceridad a algunas personas, abecés es vergonzoso cuando sucede frente a la persona equivocada.

La enfermera ajusto la dosis en el gotero con la risa de Mangel de fondo, cuando se fue pudo ver a su amigo aun con la sonrisita de lado.

-Ehque ereh tonto!

Paso un tiempo más en el hospital hasta que pudieron darle de alta sin el temor que el muñón se infectase, sus padres le habían dicho que se fuese con ellos pero él se negó rotundamente aun cuando le decían que necesitaba cuidados, ante su terquedad Mangel intervino antes de que aquello se convirtiese en pelea diciendo que él se quedaría con Rubius que no se preocuparan.