Locos por Ella= Yo la vi primero. [Gemelos Harries]

Capitulo 20. Guardar secretos.

Finn.

Gruño y pateo un bote de basura con rabia. Ya lo tenía todo; tenía a Haytlin más cerca de mí que nunca, tenía su atención y ella no quería saber nada de Jack. Todo estaba bien, era mi turno, mi  chance de acercarme a ella y hacerla olvidarse de Jack.

No soy idiota. Sé que con el poco tiempo que tenemos conociéndonos Haytlin y Jack se habían acercado mucho, pero no es mi culpa que mi balcón no estuviera  al lado del de ella y yo no puedo quedarme hablando hasta tarde a su lado. ¿Por qué no evité que Haytlin tomara esa habitación cuando tuve la oportunidad?

Cualquier  cosa que suceda entre Jack y Haytlin puede desaparecer, estoy seguro. Sé que no es porque es guapo, digo, somos la vívida réplica en imagen uno del otro.

Todo iba tan bien. Pateo el basurero varias veces más, hasta que éste sale volando fuera de mi alcance. Ahora Haytlin se arregló con Jack y son todos abrazos, sonrisitas  y unión. Ignoro el basurero y ésta vez pateo uno de los lockers.

-Oye, oye, oye - Ceila, la amiga de Haytlin, corre hacia mi -. Finn...

- ¿Cómo sabes que no soy Fann? - rujo el absurdo, aunque debo admitir que gracioso, apodo que le puso a Jack.

- Fann está hablando con Hayle ahora - señala detrás de ella, indicando algún lugar.

Genial.

Me volteo y vuelvo a patear el casillero repetidas veces.

- ¡Hey! - se acerca y me sujeta por los hombros y me aleja del casillero - ¿Qué te pasa?

- Nada - contesto borde, no es mi intención, pero creo que me merezco estar como me dé la gana a éstas alturas.

- No tienes por qué enojarte así, el casillero no tiene la culpa de tus molestias - le da una mirada de pena al casillero - . ¿Te tranquilizas y me dices que es lo que te pasa?

Por alguna razón, sus palabras tocaron un algo en mi. Estaba enojado, pero ya no quería seguir pateando el casillero. Apoyé la espalda contra ellos y me deslicé hasta quedar sentado en el piso con las piernas extendidas.

- Dime.

- No te quiero decir - me cruzo de brazos refunfuñando. Esto es absurdo, no voy a hablar con ella.

- No se lo diré a nadie.

- No confío en ti - recalco fulminándola con la mirada. Por un segundo parece dolida por mis palabras, se recompone rápidamente y me regala una sonrisa ladeada.

- Si me lo dices, no lo digo. No soy chismosa, sé guardar secretos - dice.

- No es por nada, pero prácticamente te conozco desde ayer, así que no creo que sea buena idea tentar la validez de tu habilidad para ''guardar secretos''.

- ¿Por qué eres tan grosero conmigo?- frunce el ceño, disgustada por mi actitud. Sólo te quería ayudar...

- No pedí tu ayuda - le recuerdo. Frunce los labios, parece enojada ahora.

- ¿OK? Sólo intentaba ser amable...

- No quiero tu intento de donativo de caridad. Gracias. ¿Sabes? No porque estás en otro país y estás tratando de conseguir amigos tienes que ser hipócrita y fingir simpatía hacia todos - solté sin siquiera pensarlo, harto de tenerla frente a mí  insistiendo. En cuanto vi su cara me arrepentí de haberlo dicho, pero ya no podía retirar nada, ya lo había dicho.