Confianza de pareja

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Capítulo dedicado a una gran amiga que me ha apoyado desde hace ya algún tiempo: AlfDay. Te quiero. :)

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Ino entregó el cambio de una venta a la madre de uno de los compañeros de su hijo. La señora le habló de los avances de su hijo y de cuán emocionado estaba por los exámenes chunin. Ino, en cambio, se explayó presumiendo las habilidades de Inojin y la posibilidad que tenía de pertenecer al escuadrón ANBU en pocos años. Naruto había dicho que era muy probable que eso ocurriera si Inojin siguiera como hasta ahora. Sai no supo qué decir ante eso, pero Inojin se negó de inmediato; pues no planeaba separarse de su arma más poderosa: reconocer sentimientos.

Empero, Ino seguía relatándolo con total orgullo y con la frente en alto. Pronto, la madre de Yato se despidió de ella, un tanto molesta por la reacción que no consiguió en Ino.

- Sí, vete, envidiosa. Mi hijo es mejor que el tuyo. - farfulló entre dientes. - Hm... Me pregunto si ya habrá entregado las flores a la tal Tomoyo.

Levantó la bocina del teléfono que tenía a su lado y marcó el número del lozano encargado. No tardó ni dos segundos en escuchar el reclamo del joven ninja. Las flores llevaban veinte minutos de retraso y su novia ahora estaba más enfadada. Ino recibió el reclamo sin rechistar, no porque no le doliera que un cliente le gritara, sino porque se extrañaba. Su hijo no era irresponsable, no era mucho menos impuntual. Si algo lo había detenido, seguramente había sido un asunto muy importante.

Ino soltó un pequeño grito antes de suponer una larga lista de posibles situaciones, que encabezaba la desaparición de Yūyin y Sarada.

- Bueno, ¿sabe qué? - le preguntó al cliente, interrumpiéndolo. - Las flores sólo arreglan la mitad del problema.

Enseguida, colgó y corrió hacia la salida, pero en la puerta se encontró de frente a Sai, preparado para salir a una misión. Ino leyó en sus ojos lo que sucedía y negó con la cabeza mientras sus ojos se anegaban de lágrimas.

- No, dime que no es Inojin. - suplicó tomándolo de la camisa.

- Se fueron hace treinta minutos, cuando mucho. Aún podemos alcanzarlos. - respondió Sai utilizando el tono neutral que Raíz le había enseñado. En realidad, él también estaba angustiado por su hijo, por su único hijo. No quería que la aventura los llevara al secuestrador de Yūyin y terminara por matarlo... Sai no lo soportaría.

- Entonces, iré con ustedes. - dijo ella tajantemente.

- No, te quedarás. - respondió con firmeza, tomándola de los hombros. Ino se sacudió para quitar sus manos. - Lo siento, Ino, pero no puedo permitírtelo.

- ¡Es mi hijo quien está en peligro! ¡Yo lo parí y yo lo salvaré! - exclamó enérgica antes de empujar a su marido para salir.

No obstante, al retirar las manos del torso de Sai, sintió sobre la piel cómo la tinta se derramaba. Miró un segundo sus manos previo a ver el rostro de su marido. Como si se tratara de un dibujo en tercera dimensión, la silueta de tinta se percibía en la nada. Sai sonrió con franqueza.

- No puedo arriesgarme a perderte también. Hemos partido. Espero que puedas perdonarme, te amo. - dijo el clon de tinta antes de extinguirse en un charco negro.

- ¡No! - bramó Ino con dolor, dejándose caer de rodillas al piso y golpeando a la mancha que antes había sido la figura de su esposo. - ¡Por favor! ¡No! - suplicó llorando.

Medio segundo más tarde, ya corría hacia la salida de Konoha. Tal vez podría alcanzarlos, tal vez aún podía hacer algo. Se negaba a permanecer en la aldea cuando su hijo corría peligro fuera de la misma. No permitiría que su marido se arriesgara solo a lo mismo.

Los tres cuarzos (Longfic SasuSaku/Familia Uchiha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora