Capitulo 1

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Gente entraba y salía del edificio mientras corrían sujetando papeles en sus manos cubriéndolos del agua. El cielo estaba cubierto de nubes grises y grandes gotas de agua caían de ellas. Era el tercer día lloviendo de esta manera sin parar, como si quisiera inundar el mundo como lo hizo millones de años atrás en el diluvio. Quizás la gente normal se estaría preocupando después de tantas inundaciones y desbordes de los dos ríos que cruzaban por la ciudad. Pero no era así, todos estaban muy ocupados como para poner atención a este tipo de cosas.

Al mirar por la ventana del auto ella pensaba el cómo la gente podría vivir así, sin tener su opinión, sin tomarse un momento y observar el mundo que los rodeaba. Ella lo odiaba, odiaba como la gente vivía, como ella vivía. Aun con su café en la mano bajo del auto en cuanto el chofer le abrió la puerta. Al salir, este ya tenía un paraguas en la mano y se lo ofreció a la joven. Ella le sonrió y le dio las gracias. Le dio un sorbo a su café y le dio un último vistazo al edificio. No era su primera vez entrando a este, más bien lo había hecho muchísimas veces en el pasado. Estaba nerviosa y el tomar café no le ayudaba en nada, ella lo sabía. Hoy por primera vez volvería a entrar a ese edificio, al que tanto detestaba. Estaba nerviosa ya que conocería al nuevo dueño y por lo que había escuchado ya había comenzado a despedir gente de la compañía incluso a los que estaban aplicando. Estaba nerviosa porque no solo había trabajado ahí pero también había renunciado. ¿Porque regreso? Por qué el antiguo dueño de la compañía había pedido que la transfirieran y que si se reusaba seria despedida. ¿Pero que más le quedaba? Solo sonreír y aceptar. Y ella lo odiaba, odiaba el no poder decir nada, el quedarse callada, el tener miedo, miedo a esta estúpida forma de vida que ella y todos en la ciudad vivían. Ella sabía la verdad que ocultaba este edificio, y como no saberlo si fue usada para ello, trabajo para ello hasta que no lo soporto más. Tomando el paraguas que el joven le ofrecía se acercó a la gran puerta de cristal de la entrada al edificio que tanto odiaba.

Todo se veía igual, la decoración, el personal y todas esas falsas sonrisas que tenían en su rostro. Mientras le daba un sorbo a su café se dirigió al elevador una vez que dejo el paraguas en la caja de la entrada. Al abrirse las puertas ella como usual no espero que bajara quienes tuviera que bajar y un joven alto de cabello negro y ojos obscuros, que vestía de pantalones de mezclilla y una camiseta blanca con una chamarra de cuero iba tan deprisa que choco contra ella tirándole el café que sostenía en la mano a la altura de su pecho y el cual por reacción lo aventó hacia delante manchando al joven.

-¿Pero qué coños te pasa? Me has manchado.-Dijo el joven con enojo mientras la miraba de arriba abajo.

-De que demonios hablas si has sido tu quien me tiro el café encima.-Ella le respondió de igual manera.

-Sabes no tengo tiempo para ti.-Dijo el chico calmándose al notar que el nivel de estrés comenzaba a subir.

-¿Pero qué coños te has creído?-Ella dijo al ver como el chico se daba la vuelta para marcharse.

-¿Sabes qué pasa cuando esa línea blanca sobre pasa la roja? Pues significa que los guardias vendrán y nos encerraran por estar perturbando la paz. –Pregunto él y respondió sin esperar que ella respondiese.

La chica se giró a ver la línea comenzar a bajar.

-Mira que ese medidor no funciona conmigo. Así que si me disculpas tengo que ir a cambiarme la blusa que me has ensuciado.-Ella dijo empujándole del elevador.

-Pues yo voy para arriba también.-Dijo el volviéndose a subir al elevador.

-Voltéate.

Un Mundo Feliz: Proyecto InfinityWhere stories live. Discover now