Capitulo 31

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Desperté esa mañana con una sensación rara. ¿Alivio? Ya que Samantha ya no estaba con nosotros. ¿Angustia? Quizás Ian se siente solo. No lo sé, parece que algo está mal. Me levante sin siquiera tomarme la molestia de quitar las sabanas que están sobre mí, camine hasta la puerta del balcón y la abrí de par en par dejando que el aire puro de la naturaleza llene mis pulmones. El cielo sigue siendo celeste, y el sol brilla igual que en cualquier día soleado de verano, el bosque sigue estando allí, con su intenso verde. Voltee para observar la habitación. Mire cada espacio, cada centímetro sin perder de vista ningún sector. Todo sigue siendo igual. Toque mi pelo, como si fuera algo extraño que no pertenece a mi cabeza, me acerque al espejo que esta junto a mi placar, observe el reflejo de una chica rubia de ojos azules y largas piernas. Toque mi rostro como si no fuera mío, baje por mi cuello y luego toque mis pechos, continúe hasta mi estomago y finalmente mis piernas. Todo está en su lugar, no me creció ni un tercer ojo ni otro brazo, todo está exactamente como debería ser, entonces, ¿Por qué tengo esta estúpida sensación de que algo cambio, de que algo es diferente? Rodee los ojos a mi misma en el espejo y me dirigí al baño. Lave mi cara, cepille mis dientes y mi cabello, me cambie de ropa y decidí ir a desayunar o a comer algo, depende de la hora que sea, pero desgraciadamente, esa estúpida sensación no se iba. Recorrí el pasillo y baje las escaleras viendo cada centímetro del lugar, estoy realmente paranoica. Frene en el ultimo escalón de la escalera y me di cuenta de que es lo que anda mal, no hay nadie, ni en el living ni en la cocina, no hay ruidos ni nada, ni un susurro, nada. Camine hacia la cocina y desde la isla de la cocina dirigí mi mirada hacia el comedor, nada.


-Zo-Dijo una voz haciéndome saltar del susto.

-Ay por Dios- Voltee con una mano en el pecho completamente asustada, por un momento creí que estaba completamente sola en la enorme casa.

-Lo siento, no quería asustarte-Comento Josh, al parece acaba de entrar a la cocina. Se acerco a la heladera y saco una botella de cerveza. Lo observe sin aliento, de repente este lugar era muy caluroso.

-¿Dónde están todos?-Pregunte algo preocupada.

-Están afuera-Señalo la puerta.

-¿Por qué hace tanto calor aquí?-Pregunte abanicándome con mi mano.

-A tu papa se le ocurrió hacer una comida muy tradicional-Dijo algo fastidiado. -Empanadas, el horno es muy insoportable, así que estamos todos afuera- Asentí con la cabeza, la sensación del susto comenzaba a desvanecerse y el calor del horno empezaba a ser insoportable. -Vamos-Dijo haciendo una seña con su mano. -Todos están afuera -Asentí con la cabeza y lo seguí.


Afuera los murmullos comenzaron a invadir mis oídos y todo se hizo tan familiar que se sintió bien, aunque esa estúpida sensación aun no desaparece. Por un lado, los adultos están todos reunidos en una mesa improvisada en el patio debajo de un toldo que da sombra, allí están mis padres, los padres de Austin y por supuesto, Josh se acaba de unir al grupo sentándose junto a Nicole. Por otro lado, Teo, Noa, Austin e Ian están en la pileta jugando un partido de vóley. Pase junto a los adultos y salude con la mano junto con una sonrisa, algunos saludaron con la mano y otros acompañaron su saludo con un -Buen dia Zo-. Finalmente me acerque a la pileta y me quite las ojotas, sentándome en el borde de la misma y metiendo mis pies en la cristalina agua.


-Hola chicos-Dije mientras me sentaba.

-Despertó la bella durmiente-Comento Teo con una sonrisa mientras me saludaba. Todos comenzaron a reír, esboce una sonrisa tímida y asentí con la cabeza.

Mi Príncipe Azul [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora