Ahora: Cuarenta y Cinco.

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James apenas puede acercarse a coser mi labio y mi pierna por la presencia de Harry rodando, sus manos cruzando con las de su padre en intento de agarrarme.

Soy inútil aquí donde estoy tumbada boca abajo en el sofá de James: respirando en jadeos, respiraciones irregulares y exhalantes sollozos al mismo tiempo. No puedo ser capaz de calmarme.

—Catie—James arrulla mientras levanta mi falda para ver mi pierna. —Shh, muchacha. Respira. Shhh. Te tengo.

—Déjame ver la herida —Harry gruñe.

Muévete, muchacho —James insta, empujándolo gentilmente a un lado. —Déjame atenderla.

Harry se aleja unos pasos, con ojos grandes y clavados en mí, y luego, se voltea, agarrando un jarrón y lanzándolo a la pared. Se quiebra con un sonido ensordecedor, pero James apenas parpadea.

—¿Crees que eso ayudará, hijo?

—Soy un mar de rabia —Harry hierve. —Ayúdame a canalizar esto, James, o me volveré loco pensando en todo lo que ellos pudieran haberle hecho a ella.

Cierro mis ojos, presionando mis manos temblorosas en mi cara. La sensación de la tela encima de mi cabeza, la perforación del cuchillo en mi garganta, la manera en que el cuerpo de mi agresor se sacudió cuando el cuchillo se enterró en su cabeza, el sonido del rugido aterrorizado de Harry... No puedo dejar de revivir cada segundo de ello.

—Ellos pudieron haber puesto un cuchillo en su estómago—Harry dice, con voz ahogada. —Ella obviamente está embarazada.

Un sollozo sale libre de mi garganta, y Harry maldice en voz baja, disculpándose. Hubiera preferido que cortaran mi garganta cien veces antes de cortar a mi bebé.

—Sí—su padre concuerda, asintiendo mientras limpia la sangre seca de mí barbilla. —Pero no lo hicieron. Sé útil, muchacho. Tráeme más agua.

Harry la vierte en un recipiente de un cántaro en la esquina, derramando un poco mientras se acerca más. —Ellos iban a tomarla, ¿no es así?

—Eso creo—James contesta, con tranquilidad, tomando el recipiente de su hijo. —Pero que tonto capturarla en el camino a la cabaña. Su información no es tan buena, entonces, ¿eh? Liam sabía dónde estaría ella. Tú te dirigías donde ella. Ellos simplemente debieron haberla seguido.

—¿Crees que ellos sabían que yo vendría? —Harry pregunta, caminando de un lado a otro. —¿Crees que ellos sabían que yo llegaría y la encontraría? Si están buscando una pelea, les daré una maldita batalla.

—Nadie te mencionó en conexión a mí—le digo, mis palabras temblando. Harry se yergue más cerca al sonido de mi coherente voz. —Solamente a Liam. Ellos me querían como un cebo para Liam. —Y luego me detengo, mirándolo. —Pero, ¿cómo supiste buscar a Liam y Niall cuando viniste?

Harry me mira con ojos afligidos. —James hizo una señal —él dice.

—Con ellos patrullando y unos cuantos hombres estacionados en este lado de la tierra —James dice—, tuvimos que crear un sistema. Cuando los oí gritar esta mañana, envié humo.

—Lo vi en cuanto dejé el castillo, y corrí a tu casa. —Él se arrodilla cerca de mi cabeza, pasando su mano encima de mi cabello. —Ya te habías ido.

Lo observo, tratando de imaginar a Harry en mi casa pequeñita. No puedo. Él parece muy grande incluso para esta habitación amplia. Él parece encoger cada espacio alrededor de él.

—Me alegro que llegaste a tiempo. —Es todo lo que puedo decir, y esto lo hace sonreír simpáticamente. Sé que estoy en shock, pero aún no puedo controlar mis brazos, mi boca, incluso mis pensamientos.

No Fury (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora