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—¿Qué dices? — insistió Mel.

Asentí lentamente y ellos sonrieron.

—Salimos mañana — Nathalie se levantó de mi cama y se dirigió a mi armario — Rumbo a Hollywood.

—¿Y qué haremos allí? — aparté las mantas y me incorporé en la cama.

Ella inspeccionó mi ropa y sacó varias prendas.

—Vamos al paseo de la fama — dijo Inés y se encogió de hombros — Para sentirnos importantes por un día.

—¿Quién cuidará de Dylan?

—Tus padres. Ya le dejé con ellos — Nathalie se giró y caminó hacia mí — ¿Qué tal este? — colocó un short con una blusa sobre mi cuerpo y sonrió con aprobación — Mañana partimos de madrugada.

—¿Jonan irá? — asintió. Sonreí levemente.

—Nosotros nos vamos, tenemos que seguir haciendo la maleta. ¡Este será un gran verano! — exclamó Mel levantándose de mi cama.

—Si necesitas algo, nos llamas — agregó Nic con una sonrisa — Me alegra que estés mejor, Mery.

Ambos salieron por la puerta, dejándome sola con Nathalie e Inés, quienes buscaban en mi armario diversas prendas para el verano.

—¿Cuánto tiempo estaremos vagando por Estados Unidos? — pregunté con curiosidad. Me senté en mi cama y me crucé de piernas.

—No lo sabemos, tal vez un mes y medio — Nathalie se encogió de hombros.

—Iremos a Malibú, El Gran Cañón, San Francisco, ¡Las Bahamas!... — abrí mis ojos como platos.

—¿Cómo narices pagaremos eso? — Nathalie me miró con una sonrisa irónica.

—Tienes ahorros desde hace cuatro años. ¡Todos tenemos ahorros!

—Ya sabes, pasamos por ti a las 05 am — Inés cogió su bolso — Más te vale estar lista, ¿sí? — Asentí.

Me dieron un beso en la mejilla cada una, y salieron por la puerta principal.

—————————

El despertador sonó a las 4.20 am, y junto a este, mi mal ánimo.

No hay cosa que más deteste que levantarme muy temprano.

Aparté las mantas que me cubrían el cuerpo, me incorporé sobre la cama, y bostecé.

Me dirigí hasta el baño, y allí me di una ducha rápida.

Al salir, lo primero que hice fue ir hacia mi armario y sacar ropa muy cómoda para el viaje, que es muy extenso: de Louisiana a San Francisco.

Son, aproximadamente, 3100 km en coche de recorrido. Pero nos detendremos en distintas ciudades y playas en el camino para no hacerlo aburrido.

Me fijé en el reloj y tan solo eran las 4.47 am. Me agarré el pelo en una coleta y cogí mi mochila y mis maletas.

Debido a su peso, tuve que hacer dos viajes para bajarlas.

Decidí esperarles fuera, así que salí a la calle.

Minutos más tarde, llegaron. Y yo cogí con dificultad mis maletas para meterlas en el coche.

–Pareces una botones, Mery – golpeé el hombro de Inés con diversión y ella dio un grito de alegría.

Se abalanzó a mis brazos mientras reía estruendosamente.

Me soltó pare luego señalarme y reírse.

Rodé los ojos y me separé de ella.

Me acerqué a Jonan y deposité un pequeño beso sobre sus labios.

—————————

Baby, te lo digo modo Steisy. Y con la ola nos ponemos crazy — cantamos al unísono dos horas después de haber empezado el viaje.

—Quiero hacer pipí — murmuró Inés haciéndome reír.

—Hay un baño atrás, tonta — dije, ya que habíamos alquilado una caravana porque en el Jeep de Nathalie no entrábamos.

—Tengo miedo de que salga la muñeca de Annabelle — enarqué una ceja.

Se levantó del pequeño sofá y fue hacia el baño.

—Tenemos que ir a una fiesta. He oído que las mejores fiestas están en San Francisco — comentó Nathalie con la boca llena de galletas.

—¿Qué creéis que sucederá este verano? — pregunté con emoción.

—Ya le he advertido a Jonan sobre la caja de condones. Son importantes — dijo Inés; que ya había vuelto del baño, y la di un golpe en la pierna.

—Asquerosa.

—¿Qué? — dijo Jonan riéndose.

—Es mejor que no te entrometas en esto — avisó Nathalie.

—De lo único que estoy cien por cien seguro, es que este será el maldito mejor verano de nuestras vidas — dijo Mel.

—————————

Como habíamos alquilado una caravana, teníamos que conducir por turnos.

Mi turno acababa de terminar y estaba agotada, así que decidí irme a avisar a Nathalie, ya que le tocaba a ella ahora, y luego irme a mi litera.

—Nathalie — dije despertándola — Te toca conducir.

—Hmmm... No quiero — bufó.

—Nathalie venga — dije tirando de ella.

—Sólo si vienes conmigo.

—Venga, vale. Pero a lo mejor me duermo en el asiento eh.

—Da igual, vamos.

Nos sentamos cada una en el respectivo asiento y Nathalie empezó a conducir.

—Y dime, ¿qué tal va todo con Nic? — sonreí.

—Genial, este septiembre hacemos 3 años juntos.

—Guau, ¿tanto tiempo?

—Sí, es genial.

Estuvimos calladas un tiempo hasta que Nathalie dijo.

—Tengo que contarte una cosa.

—¿Qué? — fruncí el ceño — ¿Estás embarazada?

—No tonta. Es que, hace unos días...

—¿Qué?

—Aaron me preguntó por ti. Y hablé con él...

—¿En serio? — musité.

—Sí... Siento no habértelo dicho, pero estabas como estabas Mery. Y si te lo hubiera dicho hubiese sido peor.

—¿Q-qué te dijo? — dije aguantándome las lágrimas.

—Me preguntó que qué tal estabas. Sólo preguntó por ti. Cuando le pregunté por qué se fue, evadía el tema. No respondía — suspiró tras decir esto.

—Dile que ya no le extraño, que me acostumbré a estar sin él, dile que ya lo superé, que ya no le amo. Dile que ya me olvidé de todas aquellas veces que me hacía reír. Pero jamás le digas que mientras decía esto, estaba llorando — dije frotando mis ojos y yendo hacia mi litera.
























¿Vuelta a empezar? (Aaron Carpenter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora