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N.A: hey babes.''enhorabuena'' louis :(

 –¡Llamar a la puerta! –chilló Nathalie con vergüenza.

–¡Para algo está el seguro! –Mery la imitó– Ni con terapia podré borrar ese recuerdo.

–Ja, ja –Nic tomó el brazo de Mery y dejó una caja sobre éste– Ahora largo.

–Ay, estábamos pensando en quedarnos a tomar el té con vosotros –dijo Inés sarcástica y fue arrastrada hacia la puerta por Nic.

Entraron en la habitación de Mery.

–Lección aprendida, no entrar a esa habitación sin antes llamar –susurró mientras cerraba la puerta.

–O mejor dicho, ni entrar –dijo Inés haciéndola reír.

Tomaron asiento en uno de los sillones negros que había.

Inés tomó la caja, y la abrió con delicadeza. Su gesto era de sorpresa y ternura.

–¿Qué es? –preguntó Mery emocionada.

–Es precioso... Te envidio.

Giró la caja en dirección a Mery, quien al ver el contenido, se llevó las manos a la boca como gesto de sorpresa.

—Dios mío... —colocó su mano sobre la tela del vestido.

Era una preciosidad. Color negro, con tirantes y un escote corazón.
La parte de abajo tenía un gran vuelo.

—¿Cómo distraemos a Jonan? —indaga Mery.

—Le enviaremos a comprar unas cosas, yo que sé —fijo restándole importancia— ¡Hay una nota!

Mery la cogió y la leyó mentalmente.

"Qué bien que hayas aceptado la invitación.

Un señor llamado Louis te estará esperando a las 8.00 PM, quien traerá al restaurante.

Espero que te guste el vestido, ponte más guapa de lo normal"

—¿Me ayudarás a arreglarme? —preguntó haciendo cara de gatito adorable.

—Pues claro tonta —dijo obvia— Sin mí, quién sabe qué harías.

—¡Heeey!— protestó.

—Shh —la calló— Al baño; un galán está esperando por ti.

———————————

Mery salió de la ducha e Inés se levantó de la cama rápidamente. En el tocador de la habitación estaban los maquillajes de ella, que no eran pocos.

—¿Qué te haré en el pelo? —se preguntó a sí misma y arrugó la boca, pensativa— ¡Ya lo tengo! ¡Siéntate!

Mery obedeció y se sentó en la silla del tocador. Inés ató su pelo en una cola de caballo alta, pero floja.

Dividió su melena en varias partes, y esas partes las dividía en delgados mechones, los cuales roció de laca mientras los envolvía en su dedo. Después les colocaba alrededor de la goma de pelo y repitió lo mismo con todo el pelo.

El final fue muy satisfactorio. El pelo recogido, en forma de moño, uno muy particular.

—¿Te gusta?

—Eres una genia, eh.

—Lo sé —alardeó haciendo reír a su amiga— Venga, que falta el maquillaje.

—————————————

—¡Rápido tonta! Faltan diez minutos y ya mandé a Jonan al supermercado.

Mery asintió. Abrió la caja, se colocó el vestido y unos tacones negros.

—¡Estás horrible! —vaciló Inés riendo— Ve a conquistar a Aaron.

—¿Crees que le guste?

—Le encantará, te lo prometo.

Inés se acercó a Mery y depositó un beso en la frente y sonrió.

—Venga, vamos al salón.

Las chicas salieron de la habitación hacia el saló, pero en cuanto llegaron se escuchó el claxon de un coche.

—¡Es Louis! —exclamó Mery, efusiva.

Inés se acercó a la puerta y la abrió.

—Abre la boca —Mery la abrió. Su amiga le roció un spray bucal sabor a menta.

—¡Sabe a mierda Inés!

—Te amo, adiós. Diviértete.

Mery salió de la cabaña con los nervios a flor de piel.

Al llegar al coche, el chofer se baja. Le hace un gesto en forma de saludo y Mery se lo devuelve.

—Buenas noches señorita. Usted se ve radiante esta noche —le halaga. Ella le regala una sonrisa y entra por la puerta que Louis le abre.

—¿A dónde vamos? —pregunta un poco nerviosa.

—A un restaurante, pero no me permiten decir más —le guiñó el ojo derecho.

—————————

—Hemos llegado señorita.

Mery sonrió emocionada y observó desde la ventanilla del coche el restaurante. Era uno prestigioso, y se veía caro.

Bajó del coche una vez Louis abrió la puerta.

—¿Me permite? —le ofreció su brazo y ella lo aceptó entrelazándolo con el suyo.

Abrió la puerta de cristal y la recepcionista los recibió con una amable sonrisa.

—Bienvenidos.

—Gracias —susurró Mery.

—Mesa doce, segundo piso. En el área privada —dijo la recepcionista leyendo una nota que le pasó Louis.

Los nervios de Mery aumentaban cada vez más.

Subieron las escaleras rumbo al segundo piso, en donde Louis la soltó y le hizo una seña para que continuara.

Un camarero apareció y la guió hasta la mesa.

El lugar estaba decorado todo en tonos blancos y dorados. Tomó asiento y probó de su copa de vino que el camarero le había servido.

Minutos después una canción empezó a sonar de fondo y las luces se apagaron, dejándola sin visión.

La canción la reconoció de inmediato, era Flightless Bird, American Mouth.

Una de sus canciones favoritas.

Un camino de luces se iluminó, dejando ver los zapatos masculinos que se dirigían a ella.

Su corazón se le quería salir de la emoción.

Poco a poco se fueron encendiendo otras luces alrededor de la mesa, en las paredes y en diversos lugares. Hasta que la luz se volvió tenue.

La sonrisa que Mery tenía en el rostro se borró al ver a Jonan de pie, con un ramo de rosas rojas. No era Aaron.

—Feliz primer año, mi amor.

Mery abrió los ojos como platos. Lo había olvidado por completo. Pero lo que más le decepcionó fue que quiejn quería que estuviese de pie ante ella, no lo estaba.
























¿Vuelta a empezar? (Aaron Carpenter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora