Me quité el abrigo con suavidad. No pude evitar que mis manos temblaran ligeramente cuando lo colgué en el perchero del recibidor, ni tampoco que, al aparecer mi padre por las escaleras, el temblor aumentara.
-¡Hola, Dani! - Dijo con un falso entusiasmo, su sonrisa no llegó a los ojos. Seguramente había llegado de trabajar hacía poco tiempo y estaba cansado. - Tu madre dice que ya está la comida lista.
Asentí y fui a mi habitación a dejar las cosas que había llevado a la universidad. Me hice una coleta para estar más cómoda y fui al baño a lavarme las manos. Me miré en el reflejo del espejo mientras me enjabonaba.
-Estoy lista. Tengo que hacerlo. - Decidí, cerré los ojos y me intenté convencer de ello.
Bajé con un suave trote por las escaleras y fui hacia la cocina, donde saludé a mi madre y a mi padre (de nuevo) y fui a sentarme a comer. Ellos ya estaban en sus asientos; mi madre tenía las manos cruzadas y apoyaba su mentón en ellas, con la mirada perdida, mientras que mi padre miraba su reloj sin levantar la vista, como si fuera lo más interesante del mundo el segundero que se movía cada segundo.
-Pap... -Empecé hablar, pero mis palabras quedaron ahogadas por una fuerte voz.
-Dani, tenemos que hablar contigo. - Dijo mi padre, apartando la vista del reloj y ésta vez mirándome a mi. Estaban tan serios que por un momento pensé que ya se habían enterado, que Ashton o Grace les habrían chivado mi estado, o Luke se lo habría dicho a sus padres y ellos, indignados, a los míos. Pero al ver cómo mi padre llevó una mano a las de mi madre y las acarició, sentí que no tenía nada que ver con eso. - Queremos decirte esto desde hace semanas, pero sinceramente no sabíamos cómo hacerlo.
-¿El qué? ¿Qué pasa? Por la cara que tenéis deduzco que no será que nos ha tocado la lotería ¿no? - Intenté sonreír, pero al ver a mis padres tan destrozados el gesto se transformó en una mueca. -¿Qué pasa? - Pregunté esta vez asustada.
-No sé cómo decírtelo... -Empezó mi padre. - Es algo serio, pero no quiero que te lo tomes extremadamente mal. Igual conseguimos que todo salga bien y...
-Tu padre tiene linfoma de Hodgkin. - Soltó mi madre de sopetón, apartó una mano de mi padre y se la llevó a la boca con un gemido. Inspiró con fuerza, como si intentara no llorar.
-E-es-eso... -Balbuceé, mirando a uno y a otro. - ¿Eso es cáncer?
Mi padre asintió y mi madre se llevó ambas manos a la cara, cubriéndola.
-¿Y no me lo habéis dicho?
-Después de todo lo que sufriste hace unos años con Brooke, y lo ausente que te hemos visto estos días... No sabíamos cómo...
Fijé mi mirada en un punto de la mesa y respiré hondo varias veces. Mi padre, con linfoma... Mi vida parecía hecha a base de bromas de mal gusto. ¿Cómo me iba a enfrentar a esto? ¿Y mi padre? ¿Y mi madre?
-Está bien. - Dije intentando asimilar la noticia, pero al levantar la mirada y ver a mi madre al borde del llanto me vine abajo. Me levanté de la silla y miré mi plato de comida, lleno. Después fui hacia le asiento en el que estaba mi padre y lo abracé por la espalda. Él lo agradeció y mi madre se llevó una mano a la boca de nuevo.
-Yo no puedo... - Murmuró y se fue, seguramente al baño.
Permanecí en silencio unos segundos que se estiraron como un chicle, pareciéndome minutos. No sabía bien que decir y por la expresión de mi padre deduje que él tampoco. Al final, se me ocurrió preguntarle cómo estaba.
-Bien. - Me respondió. - Yo me encuentro bien, aún... Me lo detectaron en una revisión y aún no tengo una gran colonia de células cancerígenas. Es decir, podría ser mucho peor... - Hizo una mueca.- Con quimios y tratamientos especiales, puede que no... - No lo dejé terminar y hablé.
-¿Eso quiere decir que no es terminal?
-Si los tratamientos salen bien, aunque siga con unas defensas pésimas, podré vivir con ello.
Vi cómo los labios de mi padre se hicieron una fina línea. Él temía que algo pudiera salir mal, y mentiría si dijera que yo no. Después de todo lo que mi familia había sufrido con el suicidio de mi hermana no podríamos superar una pérdida más. No podía imaginarme una vida sin mi padre a una edad tan temprana y mi madre no volvería a ser la misma.
No era capaz de ver el triste rostro de mi padre, que intentaba inútilmente cortar un trozo de carne para aparentar que estaba comiendo. Necesitaba subir a mi habitación y desahogarme, llorar, hablar con mis amigos, y sobretodo hablar con Luke. Deseaba que él estuviera en ese momento conmigo y pudiera consolarme. Pero era incapaz de moverme de mi asiento, no quería dejar a mi padre comiendo solo.
-¿Qué tal te ha ido en clase? - Preguntó, intentando liberar la tensión un poco.
Yo abrí la boca, pero volví a cerrarla. Pinché una patata y la llevé a mi boca, pero no la comí. Miré a mi padre y con un suspiro, confesé:
-Estoy embarazada.
-o-
¿Os gusta el rumbo que está tomando la novela? ¿Qué os parece? :) Espero vuestros comentarios, últimamente tengo poco tiempo para escribir y ver que seguís ahí me anima mucho!! (Algunas os merecéis cien Lukes por navidad, amo vuestros comentarios JAJAJA)
