18. A los dos.

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Los días pasaban y la atmósfera tensa que reinaba en casa se esfumaba con lentitud, pero al fin y al cabo, disminuía. Intentaba no alargar las comidas y cenas para evitar llegar a conversaciones que empeoraran la situación, pero llegué a la conclusión de que las cosas se solucionarían si hablábamos. Así que, tras una larga conservación que hizo alusión a temas como la precaución, la responsabilidad, a Luke y al dinero, ya que tener un hijo era algo que requería aflojar demasiado la cartera, mis padres entendieron que no había vuelta atrás y que quisieran o no, lo hecho hecho estaba. Decidieron que lo mejor que podía hacer ese día era pedir cita en un ginecólogo para hacer una ecografía y ver que el embarazo se desarrollaba bien. Mi madre misma llamó a su ginecólogo personal para que pudiera atenderme y me dio cita para la siguiente semana.

Me encontraba en el asiento copiloto del coche de Luke. Mis padres querían acompañarme a esta primera revisión, pero al decirles que Luke también quería (cosa que a ellos les encantó, Luke demostraba que se responsabilizaba de esto y no estaba sola) accedieron a que fuera con él y luego los llamara para saber qué tal había ido. 

-¿Estás nerviosa? - Preguntó mientras el GPS lo guiaba a la consulta, en respuesta me encogí de hombros. - Yo si lo estoy.

-Creo que todo saldrá bien.

-¿Ya sabes si quieres quedarte con él? - Dijo Luke mirándome por el rabillo del ojo y yo me removí en el asiento. Solía repetir esa pregunta con frecuencia. - No quiero presionarte, ya lo sabes, pero...

-Pero lo haces. - Dije con un tono cortante, pero al darme cuenta de lo tajante que soné sonreí durante una milésima de segundo, nerviosa, mirando hacia Luke. Posé una mano en la que tenía él en el cambio de marchas. - Lo siento, no quería ser tan brusca.

-No pasa nada.

-No quiero decidir ya si quedármelo o no... No creo que esté preparada para cuidar a alguien, al menos a esta edad, ¿tu no?

-Podríamos hacerlo bien. - Dijo justo cuando el GPS marcó la meta de la ruta, Luke aparcó y quitó las llaves del contacto. - Pero tu opinión también cuenta así que...

Salimos del coche y me estremecí en el frío aparcamiento. Me abracé a mi misma y caminé junto a Luke a la consulta. Estuvimos poco tiempo en la sala de espera. Entretanto, Luke caminaba de un lado a otro, llegó a sentarse en un sillón frente al mío, pero volvió enseguida a seguir caminando. Daba gracias a que era una consulta privada y no había nadie en ese momento, ya que desesperaría a los demás pacientes tanto como me estaba desesperando a mí.

-¿Quieres parar quieto? - Gruñí. Justo entonces una chica apareció por la puerta que daba a una pequeña habitación y preguntó por mi. - Sí, soy yo.

-Ya está lista la ginecóloga, puede pasar. - Informó con una sonrisa tranquilizadora. Entonces me levanté de mi asiento y me acerqué a ella, al igual que Luke. - Perdone, señor, usted no puede pasar.

-Oh... - Luke balbuceó, sorprendido por la chica que lo había llamado "señor" y ruborizado. - Iré a comprar algo en la máquina... ¿Te sujeto el abrigo, Dani?

-Gracias. - Le sonreí y le di el abrigo y antes de irme, le di un beso en la mejilla. Parecía él más nervioso que yo, aunque realmente yo también estaba intranquila por dentro. - Saldré enseguida.

La pequeña consulta estaba muy luminada, tenía una camilla contra una pared pintada de marrón y una silla a su lado, junto a una máquina con una pantalla. Al lado de la máquina había una mesa con diversos instrumentos (extraños para mí) y botellitas con etiquetas y cajitas. 

Me mandaron sentarme en la camilla y me hicieron algunas preguntas, ("¿Sigues una buena dieta?" "¿Fumas?" "¿Bebiste alcohol estas últimas semanas?"...) y después me pidieron que me echara. La mujer pasó  un gel y un aparato suavemente por mi barriga durante unos minutos mientras la señora anotaba cosas con lentitud en su ordenador y por fin, me limpiaron el frío gel y pude volver a colocarme la camiseta, tenía frío.

-¡Parece que está todo en orden! - Dijo finalmente la ginecóloga y sacó unas gafas de su bolsillo para escribir en un papel con una pluma negra. - Está bien, le recomendaría que viniera aquí en dos o tres semanas si le viene bien. Haremos otra revisión y entonces igual ya podremos determinar el sexo del bebé. - Sonrió. - ¿No está impaciente por saber qué será? La mayoría de las madres es lo primero que preguntan. 

-Sí, sí... - Suspiré y cogí el papel que había escrito y unas fotografías, las de la ecografía, metidas en un sobre blanco. - Muchas gracias.

-A usted, hasta la próxima.

En cuanto salí del cuarto vi a Luke sentado. Se levantó y vino hacia mí, dejando en la mesita que tenía al lado varios envoltorios de chucherías.

-¿Todo bien?

-Todo bien. - Le sonreí y él hizo lo mismo. - Tengo muchísima hambre.

-¿Quieres ir a comer algo? He visto un Mc' cerca de aquí cuando estábamos viniendo. - Asentí con entusiasmo y antes de que Luke empezara a caminar, yo lo detuve y me miró interrogante. - ¿Qué pasa?¿Te encuentras mal?

-No, para nada... Pero..., toma. - Le di las fotos de la ecografía metidas en el sobre pensando que le gustaría verlas, y él abrió este. Quedó mirando la primera fotografía durante un tiempo que me pareció eterno y cuando finalmente la hizo a un lado para ver la siguiente, reaccionó.

-Increíble. - Musitó y miró atentamente la nueva foto, mientras yo lo miraba a él sorprendida. Yo no había tenido ni el pequeño detalle de ver las imágenes y él se estaba tomando tanto tiempo, lo estaba prolongando y disfrutando tanto... Cuando vi como los ojos de Luke se aguaban al ver la última, tragué saliva y me acerqué a él.

-Luke... 

-Esto es increíble. - Susurró sonriendo, abrió los brazos y me abrazó con fuerza. - Dios mío Dani, estamos viendo a nuestro hijo. Es real. -Murmuró mientras tanto, notaba su barbilla moverse en mi hombro.- Esto es más que increíble.  Os quiero tanto a los dos...

Yo sonreí y seguí abrazándolo.

-o-

mEDIO SIGLO DESPUÉS HE VUELTO A APARECER. 



After Midnight  « 5sos»Where stories live. Discover now