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Beverly

Pasé por última vez el cepillo, alisando así por fin mis rebeldes cabellos rubios. Me asegure de que no haya ningún desperfecto en el maquillaje y retoque el rojo labial sobre mis labios para que resalten en mi pálida piel.

Écho una última mirada a mi cuerpo en el espejo, quedando satisfecha ante mi imagen. Me dedico una sonrisa a mi misma como aprobación.

Los tacones que llevaba puesto resonaban al mismo tiempo en que bajaba por las escaleras que destinaban a la sala principal de la casa. Allí se encontraban elegantemente vestidos, mis padres, y mi emocionada hermana esperando con impaciencia a su novio.

—¡Te ves hermosa, Beverly!—alabó mi padre con una sonrisa.

—¡Dios Bee, te ves preciosa! —exclamó la pequeña Thalie paseando su mirada por mi cuerpo. —No vaya a ser que mi novio se enamore de ti. —bromeó logrando que tiremos una carcajada en familia.

—Tú no te quedas atrás, Thalie. Creo que ese chico tendrá que limpiar su baba constantemente esta noche.

Las mejillas de mi hermana se tiñeron de rojo, haciendo una tierna combinación con su rojizo cabello. Debido a la vergüenza, se cubrió el rostro al mismo tiempo dejó escapar una pequeña risa por mi comentario.

Aproximadamente diez minutos después, el timbre sonó provocando un sobresalto en todos. Sophia, la más joven entre las muchachas de servicio, se encargó de abrirle la puerta a nuestro invitado y dirigirlo a la sala, junto a nosotros.

Thalie chilló emocionada al verlo y corrió para saludarlo con un tierno abrazo. Sin embargo, yo estoy totalmente sorprendida con el muchacho que se encuentra ante mis ojos. Su aspecto era totalmente ajeno a mis espectativas.

Su cabello era ceniza, evidentemente teñido, pero aún así, lo lucía. Su vestimenta consistía en unos pantalones negros, con una polera de manga larga, igualmente negra y botas de cuero, de vuelta, negras.

Típico chico malo.

A pesar de corresponder el abrazo de mi hermana, el sujeto, no expresaba emoción alguna en sus facciones. Sus ojos mieles estaban callados, no transmitían una sola mirada que pueda revelar sus pensamientos en este instante.

Sinceramente no es este el chico que esperaba que Thalie trajera a casa. Y, a juzgar por la expresión en mis padres, su criterio tampoco lo predecía.

—Mamá, papá—habló mi hermana al instante de separarse del cuerpo de su chico. —Él es mi novio, Zayn Malik. Zayn, ellos son mis padres. —los presentó nerviosa. Supongo que se dio cuenta de la reacción facial de nuestros padres.

—Buenas noches, joven. Mi nombre es Philip Waldorf, y ella es mi esposa, Tiphanie.

—Buenas noches, señor y señora Waldorf . Es un placer conocerlos. —saludó educado junto a un asentimiento con la cabeza.

—Y ella, es mi hermana, Beverly—me presentó, y logró que, por primera vez, el chico de ojos mieles note mi presencia en el lugar.

—Un gusto, Beverly—musitó el muchacho, con un tono de voz causando un erizado en mis vellos de la nuca, en señal de escalofríos.

Me encantaría poder responder lo mismo, pero no podía. Hay algo en este chico que me impide ser agradable con él.

—¿Por qué no pasamos al comedor? —sugirió mamá antes de que formará otro pacífico y molesto silencio.

Sin decir nada, todos nos transportamos a dicho lugar y ocupamos los asientos que se encontraban alrededor de la mesa.

Mientras llegaba la comida, papá, intrigaba un poco acerca de la vida de Zayn. Esté se limitaba a responder cortés y sin revelar muchos datos acerca de él.

Más tarde llegó Donnatella para servir la comida; el ya conocido y famoso pato a la naranja. Pero para mi, una liviana sopa de verduras.

—¿No gozas del el pato?—preguntó Zayn, inició el la conversación por primera vez.

—Soy vegetariana—me límite a responder.

El asintió sin pronunciar sonido y la cena continuó. Mi familia y Zayn charlaban con gracia, mientras yo, seguía analizando al novio de mi hermana. No se veía para nada transparente y eso me causaba una mala espina.

Ya me estoy volviendo loca, pensé. ¿Que podría tener de malo ese chico que me tenía tan inquieta?

Dos horas después por fin término la infernal cena, en la cuál, no pude evitar sentir incomodidad. Y no fui buena para dismular.

–Fue un verdadero placer haberte conocido, Zayn. Esperamos verte pronto por aquí.

Mis ojos se abrieron más ante las palabras de mi padre. Se veía el gusto en la forma de mirar a Zayn; entonces sabía que no estaba mintiendo y le caía bien el muchacho. Lo admito, tenía la esperanza de que se oponga a que éste, según mi parecer, tétrico muchacho se acerque a mi inocente hermana.

El susodicho mostró una complaciente sonrisa y estrechó su mano con la de mi padre. Se despidió de mi madre con un beso en cada mejilla, y luego se acercó a mi.

—Adiós, Beverly—susurró en mi oído, causando unos espeluznantes nervios en mi. Besó con una aterradora ternura cada uno de mis cachetes, y se alejó.

(...)

Le dí el famoso último vistazo a mi celular cuando ya por fin hube estado acostada en mi cama. Revisé mis perfiles en las redes sociales, me dispuse a -con una casi inexistente fuerza de voluntad- apagar el aparato y descansar.

Pese a mis mínimos esfuerzos de desconectarme un mensaje, el cual provenía de un número desconocido captó mi atención llamándome a gritos que lo abra.

«El juego ya comenzó. Eres la muñeca de trapo que voy a manejar a mi antojo; vas a sufrir tanto como yo disfrutaré este juego del terror que del que no puedes escapar. J»

N.A: Primer capítulo, ahre. Realmente espero que lo hayan disfrutado leyendo, así como yo disfruté haciéndolo.

Espero que sea digno de algún voto o comentario de su parte.

Foto de la sensual Beverly en multimedia. Ahre. 😍

Gracias por leer.

All the love. xx

Demon «zm»Where stories live. Discover now