Sueño Escarlata [FanFic Crimson Peak]

CAPÍTULO UNO

HACE CIENTO CARTOCE AÑOS, BÚFALO, NUEVA YORK

VIVIÓ EL MÁS TERRIBLE DE LOS ROMANCES POR EXISTIR QUE CULMINO EN 

CUMBERLAND, INGLATERRA.

ESA ES LA HISTORIA DE MI TATARABUELA

EDITH M. CUSHING.

*

Levantándose con un sobresalto, Isis Sharpe Bennett se observó en el espejo de su tocador el cual estaba al lado izquierdo de su habitación. Detallaba con cuidado como caían las gordas gotas de sudor por todo su rostro haciendo que algunos mechones de su cabello castaño oscuro se pegaran al mismo, no porque hubiese calor, tampoco porque fuese julio, se encontraba agitada y sudada por culpa de ese sueño que la estaba perturbando desde hacía una semana. 

Si, hacía una semana había cumplido veinticuatro años y lo había celebrado a lo grande con su familia y conocidos, recibió bonitos recuerdos y como regalo extra, su padre Alan Sharpe Austen le obsequió además de un apartamento humilde un extraño cofre con aire de antigüedad.

Al principio no le tomo mucho interés al viejo objeto pero después de haber apagado las velas de su pastel su abuelo, Carter Sharpe McMillan le aparto de la reunión para felicitarle y así poder seguir con la tradición que habían creado dentro de su familia. Esa noche fue testigo propia de los prejuicios que guardaba su apellido y por supuesto, la razón por la que todos parecían ser herméticos ante el tema de sus antepasados. Acepto con una sonrisa aquella explicación y un nuevo regalo de lo más delicado, un anillo antiguo de rubí. Más que interés o compresión, lo acepto por cortesía.

Ese día el señor Carter le conto de donde provenía aquel objeto y la horrible historia que estaba atrás de su belleza escarlata, además se tomo la molestia de contarle sobre el contenido de aquel cofre que había despreciado en su mente al comienzo de la fiesta.

Sentía un horror inexplicable por saber lo que ocurrió en el pasado con sus familiares pero a la vez admiraba a su tatarabuela, la protagonista de toda aquella vivencia. Desde ese momento deseó con todo su ser descubrir el contenido de aquellos antiguos escritos por sí misma, claro estaba que si en ese entonces hubiera reconocido el peligro que eso conllevaba jamás lo hubiera concebido.

La hermana de su abuelo, una mujer de rasgos hermosos pero intimidantes había desaparecido luego de saber aquella verdad, su abuelo no quiso entrar en detalle sobre lo sucedido pero le recordó a modo de consuelo, que ko ocurrido en su familia había sucedido años atrás y nadie, absolutamente nadie les acusaba por ello. Ni siquiera Edith o Alan, los cuales criaron a su padre, es decir su bisabuelo, Thomas Sharpe Cushing hijo de Sir Thomas Sharpe, con amor y mucho cariño. Jamás le juzgaron y Edith le amo con toda su alma.

Esa noche cuando todos se despidieron y estuvo sola en su nueva casa corrió como niña hacia la sala con aquel cofre en manos, aprovechando su interés infantil por el misterio oculto, portando con orgullo el anillo de compromiso de Edith.

Ignorando por completo su real procedencia, tan maravillada estaba que por su mente jamás paso la posibilidad de conseguir algo extremadamente horrible y una vez abierto el baúl de madera pulida y fina dejo salir un suspiro de asombro. Había olvidado parte del relato de su abuelo, aquellos eran los recordatorio de una masacre gótica.

Al verlo, sus ojos avellanas se abrieron por completo. Por dentro era incluso más hermoso de lo que jamás imagino. Recubierto con una tela suave y rojiza protegía con recelo los documentos y escritos de Edith. 

Tomo lo que primero visualizó, eran sobres y cartas escritas a mano, haciéndolos a un lado en la mesa, no deseaba leer nada legal o sentimental, solo quería investigar aquel libro verdoso que descansaba al final del papeleo, el libro que según su abuelo guardaba las memorias más palpable de lo ocurrido en "Crimson Peak". Una vez en sus manos un frío intenso recorrió su columna vertebral, una especie de alerta silenciosa y sobrenatural que decidió ignorar por terquedad.

Se levanto con cuidado de aquel mueble para dirigirse a la mesa comedor que tenia a unos pasos. El libro tenía un siglo de existencia y no quería ser ella la que lo destruyera con su falta de sutileza. Al colocarlo sobre una superficie plana toco su textura con cariño. El primer libro de su antiguo familiar, uno que en su época conoció la fama y la grandeza. No podía leer su título por lo antiguo que era pero aun así quería grabarse en su memoria la suavidad que este le entregaba, estaba enamorada de lo aprendido. Cuando vio suficiente la evaluación exterior aparto con sumo cuidado su portada para que así se le fuese revelado su maravilloso título, no primero que hojeo fue a su alrededor un marco pintado a mano de forma llamativa, eran mariposas y... ¿Como se llaman esos insectos con alas negras? ¿Polillas?... Al menos eso pensaba.

-La Cumbre Escarlata -Susurro a medida que leía, era el mismo lugar del cual huían, decirlo en voz alta solo trajo excitación a su cuerpo. Ser rebelde era uno de sus defectos- ¿Crees en los fantasmas?

Prosiguió leyendo consiguiéndose de frente con la decepción. Todo lo que había imaginado se esfumó al instante que comprendió que todo era parte de publicidad para así vender su contenido. ¿De eso se trataba el libro? Historias sobre fantasmas. Ficción en la más ruda expresión.

Bufo por lo bajo y cerró de nuevo la portada. Era lo suficientemente tarde como para leer ese tipo de novela y al otro día tenía que presentarse en una entrevista de trabajo. Se había graduado de doctora como todos los descendientes de su familia y necesitaba comenzar a ejercer antes de obtener su título en pediatría.

Camino hacía el cofre con desgana, ignorando que del libro habían caído varios papeles, entre ellos fotografías. Guardo cada cosa dentro y lo cerró con seguro, ese día no terminaría con sus dudas y tampoco revelaría a su mente el secreto que tanto simbolizaba su apellido. Cuando estuvo todo acomodado se fue a su habitación dispuesta a descansar. Esa sería su primera noche fuera de casa y también sería la primera en que soñaría algo tan espantoso, o más bien preocupante.