c u a t r o

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Montando como Poseidón.

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c u a t r o:

Cuando llegué a mi cabaña, desperté a Stevie, aún sorprendida, cuando ella me dijo que las duchas eran por las mañanas. Les dije a las chicas que se fueran a la mierda por decirme la hora incorrecta, y terminé durmiendo en la misma cama con Stevie. Ella no se sentía bien y yo estaba triste, así que nos acurrucamos.

Al principio estaba emocionada al descubrir que hoy iríamos de paseo en kayak, lo cual nunca hice antes, pero después me encontré decepcionada cuando el Señor Davids se rehusó a dejar que Steve fuera al paseo en kayak. Dijo que él no quería que ella se lastimará más su tobillo, debido a la responsabilidad y algo sobre una chica tratando de demandarlo hace un par de años.

Así que, debido a estas circunstancias, estaba de pie junto al despeñadero mientras las chicas subían a sus kayaks, de dos en dos, como el arca de Noé. Estaba de pie con una mirada de decepción, Elle y Alex. Taylor y Joey. Estaba abandonada sin una compañera. De pronto me puse emocional, y muy enojada de que no tendría una compañera.

Como sea, Stevie y yo podíamos jugar cartas o algo.

Mordí el interior de mi mejilla y cuando me alejé de la orilla, hasta que el señor Davids me detuvo—. Woah, Jesse, ¿a dónde vas sin permiso? —Soltó una risa, que solo podía sonar como un profesor de álgebra.

—No tengo una compañera. Así que asumo que me quiere en mi cabaña, y no estar rondando por ahí. —Su ceja se arqueó.

—¿Nadie te dijo? —Lo miré expectante, mientas él permanecía sorprendido—. Te tenemos un compañero.

Y en ese momento, un chico larguirucho vino caminando hacia el despeñadero con tres salvavidas, y una enorme sonrisa. Casi perdió el equilibrio, por correr demasiado rápido—. Harry es tu compañero, —el señor Davids hizo un gesto, con su mano sobre el hombro de Harry. Una sonrisa tonta estaba en el rostro de Harry.

Sí él era atractivo, carismático y adorable, hice una mueca hacia él—. ¿Por qué está usando tres salvavidas?

—¡La seguridad primero! —Harry intervino, con una sonrisa cursi. Esto debe ser un comercial o algo—. Siempre necesitas estar preparada. Siempre tengo protección para todo el tiempo. —Casi me atraganté con mi propia saliva.

Sí, hermano, toda la cabaña tres sabe lo precavido que eres respecto a la protección.

El señor Davids asintió en acuerdo, empujando a Harry, hacia mí—. Ustedes dos en el kayak rojo. —Suspiré, caminé hacia la orilla.

—Y, eh... no tienes un salvavidas, —señaló Harry mientras yo pateaba que aún no estaban incrustadas dentro del oscuro y denso fango. Lo miré sin expresión alguna, sin mostrar emoción. Lo miré de arriba abajo, sin molestarme en ser lo suficientemente discreta con mi contemplación.

Mis ojos se centraron en lo apretado que estaba su cabello alrededor de su cara y una bola levemente creciente—. Voltea la cabeza, —ordené, mientras me miraba con sus ojos verde bosque, muy abiertos. Giró su cabeza a su izquierda un poco, revelando una pequeña bola de cabello. Aprisioné mis labios entre mis dientes para suprimir mi risa—. Tu cabello, está, en... un moño. —Comenté, aclarando mi garganta. Él vaciló, buscando en el suelo, parecía que esperaba que las palabras que necesitaba cayeran sobre el fango que estaba engullendo sus sandalias negras.

—Bueno, tu cabello está en un moño.

—Bueno, soy una chica.

—Bueno, eso no es del todo sexista.

Cabin Three // h. s. au (Español)Where stories live. Discover now